Will Eisner: "Hay tanta fantasía en las ciudades como para crear miles de «comics »

Declaraciones del dibujante norteamericano que creó el personaje "Spirit"

Will Eisner, dibujante norteamericano nacido en 1917, uno de los grandes creadores de comics de este siglo, acaba de participar en Barcelona en el Primer Salón del Comic y la Ilustración, una manifestación que este año ha cometido algunos pecados de organización, pero que pretende llegar a cubrir un importante espacio en el mundo de la ilustración y la historieta. Durante su estancia en Barcelona, Eisner hizo unas declaraciones a EL PAIS en las que habló de las infinitas posibilidades que tiene la ciudad, en general, como motivo de inspiración de su trabajo.Will Eisner es una especie de...

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Will Eisner, dibujante norteamericano nacido en 1917, uno de los grandes creadores de comics de este siglo, acaba de participar en Barcelona en el Primer Salón del Comic y la Ilustración, una manifestación que este año ha cometido algunos pecados de organización, pero que pretende llegar a cubrir un importante espacio en el mundo de la ilustración y la historieta. Durante su estancia en Barcelona, Eisner hizo unas declaraciones a EL PAIS en las que habló de las infinitas posibilidades que tiene la ciudad, en general, como motivo de inspiración de su trabajo.Will Eisner es una especie de Duke Ellington del comic. Es el creador de Spirit, uno de los héroes inmortales de la historieta contemporánea. Mientras habla, que habla bastante, se expresa como un profesor, que lo es, y comenta sus impresiones acerca del Salón del Comic.

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Eisner creó Spirit en 1940, y desde entonces pertenece a la verdadera aristocracia del comic norteamericano.

«La importancia de mi trabajo en Spirit», comenta Eisner, sin el menor asomo de nostalgia, «reside en que yo me dirigía a un público adulto. Entonces la moda eran los superhéroes, o héroes disfrazados, que es como se les llamaba. Yo quería hacer un héroe de clase media, aunque personalmente no crea en las clases; quería hacer una persona, en suma. Claro, la clase media que leía Spirit es gente con menos fantasía que la de clase baja o muy alta; es el tendero de la esquina, un tipo realista. Por eso, Spirit era un héroe vulnerable, a quien se podía engañar, pegar y carecía de poderes muy especiales, a pesar de que seguía siendo un héroe y también pegaba si era necesario. Este hombre se mueve en un medio que tampoco es el habitual del bueno y el malo, porque muchas veces los malos son simpáticos, pueden sentir ternura, tener humor, etcétera. No creo que haya maldad o bondad absoluta, sencillamente».

El poder de lo cotidiano

Eisner sigue por los senderos de la fantasía en lo cotidiano. «Los paisajes en Spirit son los que constituyen la ciudad. Y la ciudad no tiene horizontes, sólo arriba y abajo, más aún si esa ciudad es Nueva York. En la ciudad, por ejemplo, la luz no lo llena todo, la luz viene de algún sitio, de una farola, de una ventana, de algo que la deja pasar. Todo eso crea una cultura y una imaginería. Hay suficiente fantasía en la ciudad como para llenar miles de comics».Como profesor y como dibujante, Eisner también tiene sus preocupaciones y sus insistencias, como, por ejemplo, la invasión de dibujantes españoles durante los sesenta. «Los europeos, y los españoles antes que nadie, trajeron a América una tradición cultural diferente, un orgullo y un respeto hacia su propio arte, que era casi desconocido en nuestra tierra. En comic se estaba allí como en Hollywood, lo importante era la productora y la estrella, no quienes la dibujaran o le dieran vida. Los españoles dibujaban de manera personal, el valor de Maroto residía en él mismo, no en tal o cual héroe. Eso y el comic marginal de la costa Oeste (los hijos del hippismo, en otras palabras) dieron un vuelco importante a la situación, ya que los dibujantes americanos comenzaron a pensar que ellos podían hacer lo mismo, tomar sus propias decisiones».

Eisner intenta reunir la literatura y el dibujo en un solo arte, y a eso, que es el comic, lo denomina arte secuencial. Es un buen nombre, aunque finalmente el nombre sea lo de menos: « Lo único importante es que se tengan ideas, comerciales o minoritarias, revolucionarias o clásicas, pero ideas. Eso es lo importante ».

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