Pau Vila fue enterrado ayer en Barcelona
Numerosas personalidades de la vida política y cultural catalana asistieron ayer, en Barcelona, al entierro del geógrafo y pedagogo catalán Pau Vila i Vinares, fallecido el pasado viernes en Barcelona a la edad de noventa y nueve años.
En la presidencia oficial, al lado del señor Pujol, presidente de la Generalidad, se encontraban el presidente del Parlamento de Cataluña, Heribert Barrera; alcalde de Barcelona, Narcis Serra; el anterior presidente de la Generalidad, Josep Tarradellas, y otros dirigentes políticos y familiares y amigos del fallecido.Entre dichas personalidades figuraban ...
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Numerosas personalidades de la vida política y cultural catalana asistieron ayer, en Barcelona, al entierro del geógrafo y pedagogo catalán Pau Vila i Vinares, fallecido el pasado viernes en Barcelona a la edad de noventa y nueve años.
En la presidencia oficial, al lado del señor Pujol, presidente de la Generalidad, se encontraban el presidente del Parlamento de Cataluña, Heribert Barrera; alcalde de Barcelona, Narcis Serra; el anterior presidente de la Generalidad, Josep Tarradellas, y otros dirigentes políticos y familiares y amigos del fallecido.Entre dichas personalidades figuraban el conseller de Hacienda de la Generalidad, Josep María Cullell; concejal del ayuntamiento, Felip Sole Sabaris; secretario general del PSUC, Antoni Gutiérrez Díaz, con otros miembros de la ejecutiva comunista, representantes de los restantes partidos parlamentarios y dirigentes nacionalistas, encabezados por Lluis María Xirinacs y Jordi Carbonell.
Asimismo, se encontraban presentes representantes de los medios científicos, culturales y sociales de toda Cataluña, y una representación de la ciudad de Sabadell, donde Pau Vila nació hace casi cien años, y donde la noticia de su muerte causó una gran impresión.
Algunos de los rasgos científicos y humanos de Pau Vila i Vinares, eminente científico, de formación autodidacta y creador de las modernas bases de la geografía catalana, fueron puestos de relieve en el panegírico pronunciado en el curso del funeral, donde, asimismo, se exaltó la vida sencilla que Pau Vila llevó a lo largo de este siglo casi completo, de una existencia que siempre se mantuvo «fiel a su creencia y convicción personal, con una absoluta y total ilusión de trabajar en favor de cada hombre de su país, y de cada palmo de esta tierra que nadie como él acertó a definir».
Los restos mortales de Pau Vila i Vinares recibieron sepultura en el cementerio del suroeste de Barcelona, en el panteón propiedad de la familia.