Reivindicación de la figura del obispo don Pelayo
Vicente J. González García pide para el obispo don Pelayo, clave en el estudio de la historia medieval asturiana, una mayor consideración y que Oviedo le levante un monumento, en un artículo publicado en el último número de la revista El Basilisco, en el que discute las tesis del historiador asturiano J. Fernández Conde, contenidas en su tesis doctoral publicada en Roma (CISC, 197l), con el título de El libro de los testamentos de la catedral de Oviedo.
Para Vicente J. González, un ilustre canónigo ovetense engendró en uno de sus discípulos amados la idea de un ataque ...
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Vicente J. González García pide para el obispo don Pelayo, clave en el estudio de la historia medieval asturiana, una mayor consideración y que Oviedo le levante un monumento, en un artículo publicado en el último número de la revista El Basilisco, en el que discute las tesis del historiador asturiano J. Fernández Conde, contenidas en su tesis doctoral publicada en Roma (CISC, 197l), con el título de El libro de los testamentos de la catedral de Oviedo.
Para Vicente J. González, un ilustre canónigo ovetense engendró en uno de sus discípulos amados la idea de un ataque fantasmal al obispo Pelayo. Había que aniquilarlo como fuera, y surgió una tesís doctoral en la que constaban afirmaciones gratuitas, ilógicas y ofensivas para la Iglesia asturiana, y, en consecuencia, para la historia regional y española».
El último número de El Basilisco -el ocho- publica también una reseña «llena de respeto» de Gustavo Bueno al libro Historia crítica del pensamiento español, de José Luis Abellán. El filósofo asturiano afirma que su simpatía y estimación por esta obra no excluyen sus constantes discrepancias en enfoques generales y en puntos concretos, o su denuncia de los descuidos o incoherencias menores encontrados en ella. Este mismo número recoge el primer análisis riguroso y científico de las experiencias en el Hospital Psiquiátrico de Oviedo, entre 1962 y 1972. Su autor es el médico José García González.
La reforma introducida en aquellos años en la práctica psiquiátrica era la primera de España en su género, y no tardó en chocar con las eltructuras. La mayor parte de los médicos que participaron en la experiencia tuvieron que abandonar Oviedo. Desde aquella «diáspora», el Psiquiátrico, dependiente de la Diputación, entró en una fase de degradación que actualmente alcanza límites insospechados.