Grupos de teatro gallego contra la política de subvenciones del Ministerio de Cultura

Varios grupos de teatro gallegos podrían emprender, próximamente, acciones de presión contra el Ministerio de Cultura ante la poca atención que les presta, en su opinión, para el desarrollo de una campaña teatral netamente gallega. Cuatro de dichos grupos consideran que el ministro está dando largas a las promesas que les hizo el 5 de agosto en La Coruña.«Estamos preocupados y empieza a indignamos el no cumplimiento de las promesas que nos hizo Pío Cabanillas en la entrevista que mantuvimos con él en La Coruña -informa a EL PAÍS un portavoz de los grupos-. Pensamos sinceramente que al mini...

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Varios grupos de teatro gallegos podrían emprender, próximamente, acciones de presión contra el Ministerio de Cultura ante la poca atención que les presta, en su opinión, para el desarrollo de una campaña teatral netamente gallega. Cuatro de dichos grupos consideran que el ministro está dando largas a las promesas que les hizo el 5 de agosto en La Coruña.«Estamos preocupados y empieza a indignamos el no cumplimiento de las promesas que nos hizo Pío Cabanillas en la entrevista que mantuvimos con él en La Coruña -informa a EL PAÍS un portavoz de los grupos-. Pensamos sinceramente que al ministro le trae sin cuidado el teatro gallego e incluso que el Ministerio de Cultura nos está engañando. Tendremos que adoptar las medidas de presión que dejamos en suspenso a raíz de las conversaciones que mantuvimos con Cabanillas el 5 de agosto.»

En esa fecha una comisión de grupos teatrales gallegos planteó al ministro la conveniencia de que se dejara en suspenso la campaña anunciada para realizarse en Galicia con la compañía de Pellicena. Su opinión era que, en tanto que Galicia tiene grupos de teatro que no están siendo ayudados oficialmente y que hacen teatro gallego, mejor sería que las subvenciones otorgadas a Pellicena fueran para dichos grupos gallegos. Pío Cabanillas les contestó que no se suspendería la campaña anunciada, pero que era posible hacer otra similar con el teatro gallego, para lo cual les pidió un informe detallado de lo que se podría hacer, prometiendo contestar en el plazo máximo de quince días.

Cuatro grupos (Antroido, Troula, Teatro-Circo o Facho y Escola Dramática Galega) entregaron al Ministerio una exposición de lo que estaban dispuestos a llevar a cabo. Pedían que se les otorgara idéntico presupuesto que a Pellicena y prometían llevar a cabo con él una campaña teatral mucho más variada y de mayor alcance social. Las obras que ofrecían eran Os vellos non deben de namorarse, de Castelao; O velorio, de Francisco Taxes; Laudamuco, senor de Ningures, de Roberto Vidal; Paco Pixiñas, de Isaac Díaz Pardo, y A benfadada historia do coitado bamboliñas, de Xulio González.

Desde entonces no han vuelto a recibir respuesta alguna ministerial y, debido a que el plazo de tiempo se cumplió sobradamente, decidieron discutir las medidas a tomar. «Tendremos que hacer algo -dicen- Si el ministro de Cultura se empeña en prometer a los gallegos cosas que luego no cumple, nosotros, por lo menos, no nos vamos a callar.»

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