Aduanas minimiza el fraude de la leche en polvo de Santander

«Las 650 toneladas de leche en polvo sin desnaturalizar que faltan en el depósito franco de Santander, no han sido sustraídas, sino que responden a las mermas naturales experimentadas por los sacos durante los nueve años de funcionamiento de los almacenes». dijo ayer el director general de Aduanas. Antonio Rúa, durante una rueda informativa celebrada en Madrid para dar cuenta de las investigaciones realizadas por el este departamento desde el pasado 30 de abril.Tras mes y medio de investicaciones, la dirección General de Aduanas, no ha encontrado otras anomalías que las veintiuna toneladas que...

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«Las 650 toneladas de leche en polvo sin desnaturalizar que faltan en el depósito franco de Santander, no han sido sustraídas, sino que responden a las mermas naturales experimentadas por los sacos durante los nueve años de funcionamiento de los almacenes». dijo ayer el director general de Aduanas. Antonio Rúa, durante una rueda informativa celebrada en Madrid para dar cuenta de las investigaciones realizadas por el este departamento desde el pasado 30 de abril.Tras mes y medio de investicaciones, la dirección General de Aduanas, no ha encontrado otras anomalías que las veintiuna toneladas que desaparecieron el pasado mes de febrero de uno de los almacenes adicionales al depósito franco, así como la confusión en el libro de cuentas de 1.108 toneladas inscritas como naturales (aptas para el consumo humano) cuando en realidad estaban sin desnaturilizar, es decir. destinadas para su transformación en pienso.

Respecto a esta partida mal inscrita, el señor Rúa v los otros directivos presentes en la rueda de prensa aflirmaron que se trataba de una «confusión lógica» debido a que en la época de inscripción -febrero de 1978- se cambió el proceso de desnaturalización de la leche y a la desorganización del depósito de Santander, que absorbía cantidades de leche en polvo muy superiores a las que podía admitir por su capacidad.

La otra anomalía, la desaparición de veintiuna toneladas de leche natural, es un asunto «fuera de la competencia de Aduanas y sobre el que el Tribunal de Contrabando está estableciendo las diligencias oportunas».

La investigación que ha sobrevenido a raíz de esta desaparición, arroja los siguientes datos: se encontraron 10.064 toneladas de leche natural y 4.724 para el consumo animal. Según los libros de cuentas del depósito franco. tenía que haber 8.956 toneladas de leche natural Y 6.428 toneladas de leche desnaturalizada. Faltan, por tanto, 1.758 toneladas de leche desnaturalizada y 1.108 de leche en polvo natural. Si a estas cantidades se restan las 1.108 toneladas de leche para animales que constaba por equivocación en la partida de leche para el consumo humano quedan pendientes 654 toneladas de leche desnaturalizada. Su desaparición, según los citados informantes, no ha sido tal, sino que obedece a las mermas naturales de los sacos, bien por rotura, bien por controles, o por la Palta de fidelidad de la balanza. En un volumen total de 227.000 toneladas manejadas en el puerto santanderino durante nueve años, las 654 toneladas desaparecidas suponen un 3%0 del total, lo que, en opinión del señor Rúa. «es una cantidad insignificante». Pese a ello, no deja de resultar extraño que tales pérdidas por merma jamás hayan sido contabilizadas, por lo que podría pensarse por este concepto pudieran haber desaparecido más toneladas.

Un detalle importante puesto de maniñesto ayer, hace referencia a las normas de desnaturalización. En España existía hasta febrero del presente año, un sistema para desnaturalizar la lecho mediante harina de alfalfa y fenoftaleina, difícilmente detectable en el caso de que esta leche hubiera sido vendida para el consumo humano. Dado que la Administración consideró que tal sistema podría haber propiciado los fraudes (de hecho han sido sancionados por este concepto alguna central lechera nacional y varias fábricas de chocolate y galletas se ha sustituido la mezcla por harina de sangre y de pescado, casi imposible de ocultar a los análisis.

Lo curioso de estas normas es que puede suponerse que durante años los españoles hemos estado consumiendo -y pagando- bastantes litros de leche animal, hipótesis en absoluto rechazada por el señor Rúa, aunque difícilmente comprobable.

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