Chile entregó a Estados Unidos uno de los implicados en el asesinato de Letelier

El testimonio de Michael V. Townley, detenido desde el domingo en un cuartel del estado norteamericano de Maryland, se considera decisivo para el definitivo esclarecimiento de la muerte del ex ministro de Asuntos Exteriores de Chile Orlando Letelier, producido en Washington, el 21 de septiembre de 1976.

Después de múltiples presiones norteamericanas, que llegaron incluso a la abierta amenaza de rompimiento de relaciones diplomáticas, el Gobierno de Pinochet accedió a que Townley fuera trasladado a EEUU para declarar en torno al caso.La Junta chilena ha sido muy poco agradecida con T...

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El testimonio de Michael V. Townley, detenido desde el domingo en un cuartel del estado norteamericano de Maryland, se considera decisivo para el definitivo esclarecimiento de la muerte del ex ministro de Asuntos Exteriores de Chile Orlando Letelier, producido en Washington, el 21 de septiembre de 1976.

Después de múltiples presiones norteamericanas, que llegaron incluso a la abierta amenaza de rompimiento de relaciones diplomáticas, el Gobierno de Pinochet accedió a que Townley fuera trasladado a EEUU para declarar en torno al caso.La Junta chilena ha sido muy poco agradecida con Townley, quien, según todos los indicios, prestó notables servicios a las organizaciones ultraderechistas que provocaron la caída de Allende, primero, y a la DINA, después.

La propia esposa del norteamericano, que lleva veinte años residiendo en Chile, confirmó que Townley trabajó para la policía secreta chilena durante largo tiempo. «Esta es la peor infamia que mi Gobierno podía haber hecho contra mi esposo», declaró.

La Junta, sin embargo, no ha aclarado absolutamente nada en relación de otro de los implicados en el asesinato de Letelier, el capitán del ejército chileno Armando Fernández Larios. Cuando la prensa norteamericana publicó las fotografías de los dos sospechosos, que habían llegado al país con pasaportes falsos a nombre de Juan Williams Rose (Michael Townley) y Alejandro Romeral Jara, una señora identificó a este último como su hermano, el capitán de infantería Armando Fernández Larios.

Según las investigaciones realizadas hasta ahora por el FBI, no parece que los dos principales sospechosos hayan participado materialmente en la colocación de la bomba que mató a Letelier y a su secretaria, pero sí en todos los preparativos del atentado. Ambos viajaron en tres ocasiones a Washington después de la liberación de Letelier y, al parecer, contrataron a miembros de organizaciones anticastristas para el asesinato del ex ministro de Allende. Otro de los puntos oscuros del caso es que el funcionario que gestionó los visados para los falsos pasaportes de Townley y Fernández Larios, el director de asuntos consulares, Guillermo Osorio, murió en octubre último en circunstancias aún no aclaradas.

Los observadores destacan el interés norteamericano por llegar hasta el final en el «caso Letelier» como una fórmula para obtener un resultado palpable y concreto que avale la política estadounidense a favor de los derechos humanos.

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Señalan, asimismo, que la sorprendente colaboración de Pinochet podría estar motivada por la relación existente entre los organizadores del asesinato de Letelier y el general Leigh, miembro de la Junta Militar chilena. Desde hace tiempo, Pinochet y Leigh mantienen abiertas y públicas discrepancias sobre la conducción política chilena, que podrían amenazar la estabilidad de Augusto Pinochet en el poder, por lo que los analistas piensan que el presidente chileno trataría de desprestigiar a su compañero de Junta.

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