El plebiscito chileno nació muerto

Dos destacadas personalidades políticas chilenas en el exilio, Clodomiro Almeyda, militante del Partido Socialista, ministro de Relaciones Exteriores y vicepresidente de la República durante el Gobierno del presidente Allende (actualmente secretario ejecutivo de la Unidad Popular en el exterior), y Radomiro Tomic, uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano chileno, ex senador y candidato a la presidencia de la República por su partido en las elecciotnes de 1970, en entrevistas exclusivas concedidas a EL PAÍS se refirieron al plebiscito convocado por el general Pinochet, en Chile, de...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dos destacadas personalidades políticas chilenas en el exilio, Clodomiro Almeyda, militante del Partido Socialista, ministro de Relaciones Exteriores y vicepresidente de la República durante el Gobierno del presidente Allende (actualmente secretario ejecutivo de la Unidad Popular en el exterior), y Radomiro Tomic, uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano chileno, ex senador y candidato a la presidencia de la República por su partido en las elecciotnes de 1970, en entrevistas exclusivas concedidas a EL PAÍS se refirieron al plebiscito convocado por el general Pinochet, en Chile, desconociendo enfáticamente los resultados porcentualesentregados por la Junta Militar.

Más información

«El plebiscito nació muerto, nada ni nadie le ha dado ni le dará ningún valor, y sólo ha servido para desprestigiar más a Pinochet. El dictador está hoy más aislado que nunca ante Chile y ante el mundo. Los resultados estaban previstos y prefabricados, y nadie sabrá nunca cuántos chilenos se han abstenido de ir a las urnas; nadie sabrá nunca cuántos chilenos que votaron lo hicieron en contra de Pinochet», declaró Clodomiro Almeyda, que se mostró notoriamente más interesado en referirse al marco político que precedió al plebiscito y a las causas mismas que motivaron -según él- la convocatoria de Pinochet.«El dictador -sostuvo Almeyda-, irritado e impotente frente a la cuarta condena de la Asamblea General de las Naciones Unidas por la reiterada violación de los derechos humanos en Chile, cada vez más aislado, especialmente en el país, inventó, como último Y desesperado recurso, simular un .grotesco plebiscitogara apuntalar su tambaleante junta fascista.»

Más adelante afirmó también: «Con el país en estado de sitio, con tqque de queda, sin libertad de expresión ni de reunión, con las actividades políticas prohibidas, los partidos políticos disueltos, con los medios de comunicación monopolizados por el Gobierno, no podía haber consulta popular alguna.»

«Todo Chile y el mundo también lo entendieron así de inmediato; todos los partidos políticos; miembros de la Democracia Cristiana, que, aunque con su partido también disuelto, entregaron su opinión que es de conocimiento internacional. Los dirigentes de los organismos sindicales, entidades culturales, las más relevantes personalidades del país, y hasta la propia Iglesia católica chilena, manifestaron explícitamente que no le reconocían valor ni legitimidad alguna a esta pretendida consulta, reclamando al mismo tiempo que se dé oportunidad real al pueblo para decidir libremente su propio destino», dijo Almeyda.

«La farsa ha terminado, con los demócratas y los antifascistas más unidos que nunca», concluyó Almeyda.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Refiriéndose a las Fuerzas Armadas, el ex vicepresidente de Chile sostuvo que «por primera vez y en forma pública aparecieron divididas frente al plebiscito. La aviación y la marina -dijo- lo consideraron negativo para la imagen de la Junta y contrario a la legalidad que la. propia Junta se había fabricado».

Tomic: «Un fraude»

Por su parte, Radomiro Tornic sostuvo que «como lo calificó en todo momento el Partido Demócrata Cristiano, un plebiscito hecho bajo estado de sitio, con todos los medios de expresión contro lados por el Gobierno militar, sin libertad de disentimiento y sin posibilidad de verificar la votación, es un fraude».

«Pretender analizar los resultados de un fraude -afirmó Tomic- como si los votos o las abstenciones de este "plebiscito" significaran allyo, es contribuir, aunque no se quiera, a darle una apariencia de seriedad, y en definitiva, una cierta legitimidad a este nuevo atropello de que acaba de ser víctima el pueblo chileno.»

Consultado sobre los motivos que a su juicio llevaron a Pinochet a convoca,r a esta votación, Tomic declaró: «Pienso que en primer lugar, para desanimar la creciente capacidad de expresión del desconten Lo por parte del pueblo chileno y las clases medias. Este es el Gobierno más impopular en la historia de Chile, y la agitación en la base social estaba adquiriendo en los últimos meses caracteres inquietantes para Pinochet. Simultáneamente, pienso que para desorientar a la opinión pública mundial.»

Más adelante agregó: «En los casi cuarenta años de existencia de las Naciones Unidas, ningún Gobierno del mundo ha sufrido el repudio de la comunidad internacional de una manera. más persistente y masiva que el Gobierno militar que preside el general Pinochet.»

Archivado En