"No toquen a la nena", premio en el Certamen de Cine de Humor de La Coruña

La cuarta edición del Certamen Internacional de Cine de Humor, clausurado el sábado último en La Coruña, pasó con más pena que gloria. Las impresiones que ha podido recoger EL PAIS durante los ocho días que duraron las proyecciones son relativamente negativas en cuanto al interés que el público ha podido encontrar en el festival. En general, las críticas, conocidas ya de ediciones anteriores, se centraron esta vez más que nunca en una organización que se considera desacertada y totalmente de espaldas a la realidad gallega a la que teóricamente va destinado el festival.Todo el mundo coincidió e...

La cuarta edición del Certamen Internacional de Cine de Humor, clausurado el sábado último en La Coruña, pasó con más pena que gloria. Las impresiones que ha podido recoger EL PAIS durante los ocho días que duraron las proyecciones son relativamente negativas en cuanto al interés que el público ha podido encontrar en el festival. En general, las críticas, conocidas ya de ediciones anteriores, se centraron esta vez más que nunca en una organización que se considera desacertada y totalmente de espaldas a la realidad gallega a la que teóricamente va destinado el festival.Todo el mundo coincidió en la opinión de que lo único realmente interesante de esta cuarta edición radicó en algunas películas incluidas en la sección retrospectiva, todo un ciclo dedicado a Berlanga, y en otras que se programaron en una sección de conversaciones con cintas de Marco Ferreri, Summers, Fernán Gómez, Francisco Bertriu y Jean-Louis Trintignant. En cuanto a las obras escogidas para el certamen, hay que decir que, en la mayor parte de los casos, el público salió decepcionado cuando no contrariado por la mediocridad de algunas cintas. Excepciones como L'année Sainte, del francés Jean Girault, No toquen a la nena, del argentino Juan José Jusid, o los siete sketch que Woody Allen presenta bajo el largo título de Evertything you always wanted to know about sex but were afraid to ask salvaron a medias el nivel de la semana.

Antonio Fraguas, el Fórges, fue también este año la figura del certamen. Y lo fue no sólo para acaparar premios al igual que en la anterior edición sino para recibir la más sonada pitada y el más estruendoso pateo por parte del público. La verdad es que su película El bengador gusticiero y su pastelera madre no convenció a casi nadie. Hay que reconocer que, como es fácilmente presumible en un humorista como Forges, el público recibió con agrado la proyección de varios de los gags que lograban la hilaridad de los espectadores aunque sólo fuera a base de chistes fáciles sobre Pinochet o temas similares. Esto no bastó, sin embargo, para que al ser nominada esta obra en la jornada de clausura, para el premio al mejor gag, su autor pasase con el más estrepitoso pateo general acompañado de sonoros silbidos, hecho que se repitió cuando se anunció el nombre de Fernando Delgado como mejor interpretación masculina en El bengador... Por cierto que Delgado, ni corto ni perezoso, tomó el micrófono para responder a las protestas del público y estuvo a punto de armarla gorda con su intervención.

De la sección retrospectiva, se han visto varias obras de Luis G Berlanga (El verdugo, Calabuch, Plácido, Bienvenido, mr. Marshall, Esa pareja feliz, etc.) despiertan todavía el interés de un público que, como el de La Coruña, no siempre tiene ocasión de ver cine sistemáticamente.

Comentario aparte merece la casi vergonzante inclusión de tres cortos gallegos dentro de la sección informativa. Según ha podido averiguar EL PAIS, gracias a las gestiones de uno de los miembros del equipo organizador, se contó al final con la proyección de los cortometrajes O cadaleito (Enrique R. Baixeras), O herdeiro (Miguel Gato) y Fendetestas (Antonio Simón). Su proyección no ha sido prácticamente dada a conocer y ni siquiera en el catálogo del certamen se ha dado a este cine el tratamiento de difusión que sin duda merecía, aunque sólo fuera por tratarse de válidas muestras del incipiente cine gallego.