Las lenguas del Estado español deben recuperar su protagonismo sociocultural

El Congreso de la Crítica en los medios de comunicación finalizó el pasado sábado con la aprobación de una serie de conclusiones, reflejo de la falta de una política cultural democrática que permita en la actual sociedad española ejercer realmente el papel de crítico en los diferentes medios de comunicación.«En la actual situación se constata -enuncia una de las conclusiones- que el control cultural que se ejercía primordialmente mediante la propiedad de los medios de producción se está desplazando hacia un control ejercido sobre los instrumentos de elaboración, distribución y consu...

El Congreso de la Crítica en los medios de comunicación finalizó el pasado sábado con la aprobación de una serie de conclusiones, reflejo de la falta de una política cultural democrática que permita en la actual sociedad española ejercer realmente el papel de crítico en los diferentes medios de comunicación.«En la actual situación se constata -enuncia una de las conclusiones- que el control cultural que se ejercía primordialmente mediante la propiedad de los medios de producción se está desplazando hacia un control ejercido sobre los instrumentos de elaboración, distribución y consumo de los mensajes.» La necesaria democratización del país, así como la urgente tarea de desarrollar una política cultural y pedagógica, ha hecho que el Congreso subraye la necesidad de que los grupos nacionales recuperen su protagonismo sociocultural para iniciar un proceso de normalización cultural.

Esto, entre otros, exige los siguientes requisitos: restablecimiento total del derecho a la libertad de expresión en todas las lenguas del Estado español, lo cual supone como condición previa la amnistía, y señala la abolición de la vigente Ley de Prensa e Imprenta, Secretos Oficiales, Ley del Libro, juntas de censura de cine y teatro, controles de programación radiofónica, Ley de Orden Público, reforma democrática de Radiotelevisión Española y libertad sindical para los trabajadores culturales.

Ha sido unánime el acuerdo de la función del crítico en este período transitorio. Consiste en seleccionar y promocionar los productos culturales más representativos de los intereses de las clases populares, mediante un trabajo en relación con los mismos, asumiendo la renuncia de las formas concretas de la manipulación de los actuales instrumentos de la comunicación. En una nueva etapa sociopolítica, protagonizada por una sociedad libre e igualitaria, las tareas de la crítica deberían ser definidas de nuevo.

La penúltima sesión del Congreso fue dedicada al análisis ideológico de la comunicación. El sociólogo José Vidal Beneyto, presidente de IRCOMC y uno de los organizadores del Congreso, presentó el trabajo realizado sobre trescientas treinta y tres críticas de libros realizadas por Gonzalo Fernández de la Mora en el diario ABC, entre 1963 y 1969, para llegar a la conclusión de que la práctica científico-social es imposible. «Todos estamos haciendo periodismo -dijo Vidal Beneyto- y de ahí no salimos. Mi trabajo constituye una lección de modestia en las ciencias sociales.»

La prensa de barrios también estuvo presente en el Congreso con la presencia de periodistas y responsables en el movimiento social urbano, presentándose una alternativa de prensa urbana, cuyas características son participación popular, dedicada a temas concretos, sin mediatización de intereses económicos y con un funcionamiento democrático.

La sesión con la que finalizó el Congreso estuvo protagonizada por las propuestas de una política cultural presentada por tres de los actuales partidos políticos de la oposición catalana. La divergencia entre los presentes -PSUC, PTE y PSC (en proceso de constitución)- en torno a una alternativa cultural catalana, fueron patentes. Sin embargo, las instancias políticas actuales, a nivel de tácticas, no facilitan que estas divergencias afloren en los planteamientos políticos.