La Fórmula 1 en carne, hueso, corazón y cenizas
Madrid acoge la primera gran exposición oficial sobre “lo que es, ha sido y será” la categoría reina del automovilismo
Madrid quiere un gran premio de Fórmula 1 y, inviable el circuito del Jarama, donde entre 1968 y 1981 se disputaron nueve, y ganaron mitos como Jim Clark, Emerson Fittipaldi, Jackie Stewart, Niki Lauda, Graham Hill o Gilles Villeneuve, para celebrarlo la capital ofrece a la competición las avenidas y autopistas que rodean los pabellones de la feria de muestras. El patrón y CEO de la Fórmula 1, Stefano Domenicali, le agradece el interés y el deseo, explica que aunque el calendario de 2023 prevé 23 grandes premios las peticiones por albergar alguno son más de 30, recuerda que en España existe un compromiso con el circuito de Montmeló hasta 2026 con el que están muy a gusto, y que ve muy difícil que pueda haber dos grandes premios en España el mismo año. Como compensación, visita la feria de muestras madrileña para inaugurar en el Pabellón Uno de Ifema Formula 1. The Exhibition, la primera exposición oficial de la Fórmula 1 y sus 73 años de historia que se celebra en el mundo, y que después de Madrid, donde estará hasta el verano, recorrerá el resto del planeta, empezando por Milán.
Bajo la mirada melancólica de Ayrton Senna en un gran póster en el que recuerda que quien no intenta llegar el primero a un hueco no puede llamarse a sí mismo piloto de carreras (y que se fastidie Alain Prost), el pabellón se abre en seis salas llenas de materiales, pantallas con entrevistas actuales y películas antiguas, motores, chasis y recuerdos, cascos y monos. La fórmula 1 es carne y hueso, y corazón. Tecnología, mucha tecnología, pilotos legendarios –de Fangio a Lewis Hamilton y Max Verstappen, y Fernando Alonso, Michael Schumacher, y todos los grandes—, patrones visionarios –Enzo Ferrari, Ron Dennis, Frank Williams-- e ingenieros revolucionarios, Colin Chapman y sus negros Lotus invencibles, Ross Brawn, los mejores años de Ferrari, o Adrian Newey, el padre de los Red Bull que arrasan.
“Esta exposición es una oportunidad única para exhibir lo que la Fórmula 1 es, fue y será, todas las dimensiones de nuestro compromiso”, dice Domenicali, de 57 años, italiano de Imola, donde el circuito Dino y Enzo Ferrari, donde se estrelló y murió Senna. “Visitándola sientes cómo se conecta la historia de tu vida con los grandes momentos del automovilismo. Te das cuenta de cuántas cosas sucedieron y nos marcaron cuando éramos niños. Cada esquina despierta una memoria”.
Quizás la joya de la exposición, la Monna Lisa del Ifema, por así decirlo, ocupe ella sola una de las salas. Se trata del chasis calcinado del Haas de Romain Grosjean que se convirtió en una bola de fuego cuando chocó contra las barreras a 192 kilómetros por hora en el GP de Bahrein de 2020. El pilotó francés sobrevivió al accidente con solo unas quemaduras en manos y tobillos gracias a las medidas de seguridad y al halo de su monoplaza. Fue el triunfo supremo de la tecnología y de la evolución, como subraya el piloto británico Tim Harvey, comisario de la exposición. “Creo que la historia de cómo Grosjean pudo salir caminando de su coche en llamas en noviembre de 2020 es una de las más fascinantes de la historia de nuestro deporte, porque refleja más de 50 años de un trabajo continuo para mejorar la seguridad”, dice Harvey. “Es un viaje increíble que comenzó a finales de los años 60, en los tiempos de Jackie Stewart, cuando los motores de tres litros llegaron a la fórmula 1 y cada mes moría un piloto. Y los pilotos entonces instigaron la revolución para que la cultura de la seguridad llegara al deporte. Y desde entonces todo se ha desarrollado como en una especie de teoría de las cuerdas que todo lo conecta, empezando por el efecto suelo, el colchón de aire bajo el chasis que mejora el aerodinamismo e impide el despegue del coche. Y todo eso se ve perfectamente en la exposición, en la que se ofrecen entrevistas a 80 de las personas que han forjado la historia del automovilismo, más de 200 horas de testimonio de la historia del deporte”.
No tantas horas serán necesarias para apreciar la grandeza de la exposición, prometen sus promotores. “En hora y media se podría disfrutar de todo lo que ofrece la exposición, y cada persona que la vea saldrá con un recuerdo único, especial”, asegura Domenicali. “Y atraerá a gente como nosotros, que vivimos dentro de la Fórmula 1 y también, seguro, a quien no sepa nada de ella. Tal como lo cuenta la exposición, la vida no solo de quienes se sientan detrás del volante sino de la gente que creó este gran desarrollo tecnológico, la gente que marca la diferencia. Será una gran experiencia”.
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