El español más popular del fin del mundo
Felipe Vega-Arango dirige la selección de Islas Salomón. El equipo ha conseguido los mejores resultados de su historia desde que llegó. Él es uno de los 320 entrenadores enviados por LaLiga a todos los rincones del mundo para fomentar el fútbol
Islas Salomón: País situado al noreste de Australia. Dos archipiélagos; casi 1.000 islas. 600.000 habitantes. La mitad son niños. Clima tropical con cinco meses de estación de lluvia. Su capital, Haniara, solo tiene dos barrios urbanizados; el resto son favelas. El estadio principal utiliza una ladera como grada. Hasta allí ha llegado LaLiga para fomentar el fútbol.
Felipe Vega-Arango se levantó un lunes de hace dos años a las 5 de la madrugada en su Gijón natal para llegar puntual a su primer día de trabajo. La oficina le quedaba lejos. Muy lejos. Llegó tres días después. Recorrió casi 16.000 kilómetros. Estuvo 24 horas volando, más de 30 de viaje con las paradas en los aeropuertos de Dubái y Brisbane. Su destino era Islas Salomón, antigua colonia británica en Melanesia, al este de Nueva Guinea y al noreste de Australia. “Es, junto con Nueva Zelanda, el recorrido más largo que se puede hacer desde España”, constata este asturiano de 47 años. La federación de fútbol salomonense había pedido ayuda a LaLiga para reflotar su selección, que en 2017 estaba entre las más modestas del mundo.
Vega-Arango aterrizó allí para encargarse de la dirección técnica, enviado por el departamento de Proyectos Deportivos de LaLiga, que realiza labores de formación y asesoramiento similares en 32 países de todo el planeta. Poco tiempo después le nombraron seleccionador. Tras casi dos años de trabajo, le ha merecido la pena un viaje tan largo: el técnico español ha conseguido, en uno de los pocos países de Oceanía donde el fútbol es (con diferencia) el deporte rey, que su equipo nacional alcance resultados sin precedentes.
El documental El peor equipo del mundo (Next goal wins), de 2014, narra la llegada del técnico holandés Thomas Rongen al banquillo de Samoa Americana, combinado tristemente famoso por encajar la mayor goleada oficial de la historia, 31-0 frente a Australia en 2001. En el momento de la llegada de Vega-Arango a Islas Salomón, la selección local ocupaba el puesto 187 en el ranking FIFA. Samoa Americana solo estaba cuatro peldaños por debajo. Rongen tenía la titánica tarea de clasificar a su selección para el Mundial 2014. El objetivo de Vega-Arango era más realista: “Queríamos crear estructuras de fútbol, sobre todo para los más jóvenes, instaurar un método, formar entrenadores. Aplicar allí los conocimientos y sistemas de trabajo que hay en LaLiga. Y, también, que nos metiesen menos goles”.
Samoa Americana sigue hoy en el puesto 191 de la FIFA. Islas Salomón se ha disparado hasta el 144. Es la segunda mejor selección de la Confederación de Oceanía, solo por detrás de Nueva Zelanda (Australia compite en la Confederación Asiática) y por encima de su rival histórico, la antigua colonia francesa de Nueva Caledonia. La Brasil del Pacífico, como se conoce a la selección salomonense por sus colores y por practicar un juego de toque “similar al que se da en España” según el entrenador gijonés, vuelve a sonreír.
Tres logros ilustran el buen trabajo realizado por Vega-Arango. La selección absoluta, que entrena él mismo, consiguió llegar a la final de Oceanía para la clasificación de Rusia 2018 tras vencer en la ida y en la vuelta a Papúa Nueva Guinea, un país con ocho millones de habitantes frente a los 600.000 salomonenses. En aquella final a doble partido contra Nueva Zelanda recibieron un 6-1 en la ida, pero en la vuelta empataron 2-2 contra el mejor combinado de su ámbito. “Aquel partido lo jugamos en Honiara, la capital del país. Había unas 20.000 personas animando a tope al equipo en un estadio [el Lawson Tama] que ni siquiera tiene gradas: el público lo ve desde una ladera”, recuerda el técnico asturiano. “Perdimos, pero ese partido lo empatamos y la gente estaba feliz. Fue una fiesta”.
Con ese equipo fue Islas Salomón a los Mini Juegos del Pacífico celebrados en Vanuatu a finales de 2017. Ganaron tres de los cinco partidos que disputaron, empataron otro y cayeron en el último, frente a la propia Vanuatu, que resultó campeona. “Solo encajamos tres goles en cinco encuentros y metimos 17, una proeza”. Pero tras esa proeza, esperaba otra mayor para la historia futbolística de las Islas Salomón: competir en un Mundial. La selección sub-17 se ha clasificado para el campeonato del mundo de la categoría que se celebrará en Perú el próximo año. Los chicos del equipo sub-16, entrenados por un técnico local formado por Vega-Arango con la metodología y los materiales de LaLiga, estuvieron (casi) perfectos en el campeonato de clasificación de la confederación oceánica que se disputó en su casa, en el Lawson Tama de Honiara. Ganaron los cuatro partidos disputados hasta la final, incluido un 5-0 a la poderosa Nueva Zelanda, que había conquistado el torneo las últimas seis ocasiones.
En la final volvían a cruzarse con los All Whites (se les conoce así porque juegan de blanco, en contraposición al uniforme del gran símbolo deportivo neozelandés, su selección de rugby). Empate y a penaltis. 4-5 para Nueva Zelanda ante 12.000 salomonenses. Pero el puesto en el Mundial de Perú 2019 ya estaba garantizado. “Es un éxito sin precedentes. Nunca ninguna de las selecciones de fútbol se había clasificado para un Mundial”, resume Vega-Arango, al que ahora todo el mundo conoce en Guadalcanal, la isla principal del territorio: “Me paran por la calle, me conocen y me animan. Hemos logrado algo muy grande y muy importante, sobre todo para un país tan pobre y con elevadísimas tasas de paro”.
El departamento de Proyectos Deportivos de LaLiga ha enviado 320 entrenadores españoles para formar a jugadores y técnicos en lugares como China, India, Estados Unidos o Abu Dabi. El responsable del área, Hugo Blanco, desgrana los objetivos y resultados cosechados: “Se trata de aplicar nuestros conocimientos en lugares donde el fútbol no está tan desarrollado y adaptar el método de LaLiga a esos países. Hemos preparado a unos 7.000 entrenadores y 80.000 jugadores de diferentes edades, lo que también permite que el nombre de LaLiga se conozca cada vez más en estos territorios y que aprecien el fútbol español”.
“Me paran por la calle, me conocen y me animan. Hemos logrado algo muy grande, sobre todo para un país tan pobre y con elevadísimas tasas de paro” Felipe Vega-Arango
“El único secreto es el trabajo duro”. Vega-Arango cita a sir Alex Ferguson para tratar de explicar la gran transformación del fútbol local. Todo parte de la planificación. “Diseñamos un método de actuación junto con el departamento de Proyectos Deportivos de LaLiga. Lo primero que hice al llegar fue entrar en contacto con el entorno del fútbol. Hablé con exfutbolistas, jugué pachangas en diferentes campos, iba a los parques y caminaba para descubrir cómo funcionaba todo en el país”, relata el técnico.
A partir de ahí, siempre en contacto con la entidad española, Vega-Arango creó unas pautas para mejorar la estructura futbolística: “Yo estoy sobre el terreno y les cuento cómo lo veo. Se impulsaron más competiciones para que hubiese una regularidad, se aportaron recursos materiales y se dio formación a muchos entrenadores”.
Prepararon a 190 técnicos durante 2017. Este año van 240. El número de niños que ha recibido entrenamientos o talleres por parte de Vega-Arango y su equipo es difícil de calcular: “Solo para la selección sub-16 vimos a unos 190 chavales. ¡Una burrada! Hemos organizado varias competiciones. Y recorrí el país para ver cómo jugaban en algunas comunidades [Islas Salomón está formada por dos archipiélagos que suman casi un millar de islas]. LaLiga envió más de 1.000 balones oficiales. Cuando yo me desplazaba a algún lugar remoto, veía la competición, realizábamos talleres y regalábamos material para que pudiesen seguir”. El asturiano calcula que habrá preparado en mayor o menor medida a alrededor de 3.500 niños.
Chavales con ganas de jugar al fútbol precisamente no faltan en un país en el que la mitad de la población es menor de edad. “Ves niños por todas partes. Ves muchísimas pandillas jugando en la calle, como hacíamos los de mi generación en España. Son pobres, no tienen tabletas ni móviles y muchos no tienen dinero ni para ir a la escuela, pero juegan, y el fútbol es muy importante en sus vidas”, comenta Vega-Arango, que hizo buena parte de su carrera como técnico en la escuela de Mareo del Sporting de Gijón.
Islas Salomón tiene uno de los índices de Desarrollo Humano más bajos del planeta. “En la capital, Haniara, apenas ves edificios, solo hay dos barrios urbanizados y el resto son favelas. Viven en unas condiciones muy duras”, relata Vega-Arango. Su clima es tropical, caluroso y con una estación de lluvias que dura cinco meses, pero ni en esas condiciones dejan de lado el fútbol.
“Es el deporte rey y una de sus principales aficiones. La ayuda de LaLiga ha sido muy importante en ese sentido. Uno de los chicos de la sub-17 podrá estudiar en Nueva Zelanda gracias a una beca. Sin este apoyo no habría sido posible llegar adonde están ahora”, asegura el técnico asturiano.
“Hemos preparado a unos 7.000 entrenadores y 80.000 jugadores en 32 países. Eso permite que el nombre de LaLiga se conozca cada vez más en estos territorios y que aprecien el fútbol español” Hugo Blanco, responsable de Proyectos Deportivos de LaLiga
Vega-Arango valora la experiencia vivida en estos casi dos años al frente del fútbol salomonense: “He aprendido muchísimo. Como representante de la Federación de Islas Salomón he asistido a multitud de reuniones FIFA, al comité técnico de los mundiales o a las galas de premios. He podido conocer en profundidad las estructuras del deporte y de las competiciones. Tener a un país detrás es una responsabilidad inmensa y eso también he tenido que gestionarlo”.
En lo personal, las vivencias también han dejado lecciones: “Ha sido muy enriquecedor. Es increíble lo difícil que es la vida aquí, y ellos no protestan jamás. Me ayuda a tener claro que todos somos personas con una vida detrás del trabajo y que hay que ser cuidadoso en el trato a los demás, porque les puede estar ocurriendo algo y no puedes prejuzgar su actitud”.
El futuro del fútbol en Islas Salomón pasa por seguir fortaleciendo su organización y formando a los jóvenes. “Lo prioritario es continuar abriendo puertas a los niños. Que tengan equipos en los que jugar con buenos entrenadores, un sistema de competición y constancia”, señala Vega-Arango, que aún no tiene claro si vivirá en Islas Salomón el año próximo. “Quieren que me quede al menos hasta el Mundial de Perú pero no sé lo que me va a deparar el futuro”. El legado de su labor junto a LaLiga ya es palpable. Su camino y el de Islas Salomón guardan un denominador común, la máxima del técnico gijonés: “Seguir trabajando duro”.