El último templo de Cleopatra emerge en Alejandría
Tras 30 años de excavaciones bajo el agua, el arqueólogo Franck Goddio desvela el hundido Iseum, el santuario de Isis de la famosa reina
En medio del excitante momento que vive la arqueología en Alejandría y su entorno (hallazgo de restos de la puerta monumental del Faro, nuevos descubrimientos en las ciudades sumergidas de Canopo y Thônis-Heracleion, en la bahía de Aboukir, a 23 kilómetros de la capital; túneles en Taposiris Magna) emerge de las aguas una maravilla: el último templo de Cleopatra VII, la postrera reina de Egipto, la popular Cleopatra de las novelas y el cine. El arqueólogo submarino Franck Goddio, que trabaja desde hace 30 años en el hundido puerto oriental de la antigua Alejandría —el Portus Magnus de la Antigüedad— y la también sumergida isla de Antirhodos, considera que ya puede ofrecer una reconstrucción de uno de los más famosos monumentos del área y de la historia de la ciudad, el Iseum, el célebre templo de Isis, conectado indisolublemente con la memoria de la gran Cleopatra y “epicentro de su reino”.
Goddio y su equipo del Institut Européen d’Archéologie Sous-Marine (a los que debemos también el hallazgo de las ruinas de Canopo) han ido gradualmente descubriendo, excavando e identificando los restos del templo, del que han hallado evidencias de que funcionaba como santuario para el culto personal de Ptolomeo XII como Neo-Osiris-Dionisios, y su hija, Cleopatra VII como Nea-Isis-Afrodita. El Templo de Isis en la isla de Antirhodos —propiedad privada de los reyes según Estrabón— era uno de los primeros edificios que veían los marinos al ingresar en el Portus Magnus (pasado el Faro, se entiende).
Los Ptolomeos, dinastía egipcia de origen griego (descendientes de uno de los generales de Alejandro Magno, Ptolomeo, que ocupó el trono de Egipto), reinaron del 323 antes de Cristo al 30 a. C en un sugestivo ambiente de depravación, intriga, crimen e incesto pero también de extraordinario desarrollo científico y cultural que tuvo su último momento de fulgor con la salida de escena de Cleopatra VII que precedió a la dominación romana. En el contexto de un fecundo mestizaje heleno-egipcio, los Ptolomeos mezclaron el panteón griego con el del país del Nilo dando lugar a cultos sincréticos (especialmente del dios Serapis) como el que se manifiesta en el templo de Isis.
Ahora, Goddio recoge su investigación y su propuesta de restitución del santuario en una publicación The Iseum of the Royal Island of Antirhodos, publicada por el Oxford Centre for Maritime Archeology (OCMA) en coincidencia con el congreso Alexandria and the sea celebrado en Oxford la semana pasada y que abrió el propio Goddio.
“Basándonos en los hallazgos arqueológicos, podemos reconstruir ahora el Templo de Isis muy bien”, ha asegurado Goddio, al que patrocina la Hilti Foundation. “La investigación muestra que el edificio tuvo diversas fases de renovación y expansión antes de ser destruido por un terremoto en algún momento en medio de los años 50 después de Cristo”. El templo continuó recibiendo donaciones y siendo redecorado en época romana. Hallazgos de la fase de fundación del monumento en el siglo III antes de Cristo han permitido identificar el recinto original como un templo al dios Osiris, la pareja de Isis. El descubrimiento de esta fase más antigua, destaca el investigador, ha sido posible gracias al uso de moderno equipamiento geofísico que ha permitido al equipo de arqueólogos llevar a cabo excavaciones muy localizadas en los estratos más antiguos del templo.
Numerosos objetos de la época de Cleopatra VII y su padre Ptolomeo XII, conocido con el sobrenombre de Auletes (el flautista) y de manera más arriesgada como Nothos (el bastardo) y que fue en buena medida una marioneta de los romanos, han aparecido en la excavación del templo, incluidas 21 medallas de plata y bronce de los monarcas. También se ha encontrado otros elementos del tesoro del santuario, columnas de granito de ocho metros, estatuas, parte de la decoración y fragmentos de mosaico. Los hallazgos incluyen asimismo parte de frescos con pigmentos de colores preservados.
Goddio y su equipo explican que los descubrimientos se han producido gracias al hecho de que partes del templo cayeron al agua en el puerto durante el terremoto y esos restos quedaron protegidos así de la limpieza y retirado de las ruinas que permanecieron en tierra. “Las investigaciones en el templo de Isis continúan”, señalan los arqueólogos, dejando en el aire efluvios de emoción y de misterio. Apuntan sin embargo que los expertos ya clasifican el descubrimiento del templo de “hito significante” en el estudio de Cleopatra VII. “Alejandría, con sus distritos reales y la también isla real de Antirhodos fue la base de Cleopatra desde donde ella reinó y forjó alianzas”, ha precisado el profesor Damian Robinson de la Universidad de Oxford. “Con el hallazgo del Templo de Isis nos encontramos en el epicentro de su reino”. Nada menos.