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Álvaro y Ángela Cervantes, los hermanos actores que han devorado el festival de Málaga

Cuatro veces candidatos a los Goya, los intérpretes coinciden en la sección oficial del certamen andaluz con cuatro dramas que reflejan su meticulosidad en el trabajo y su talento

Ángela y Álvaro Cervantes, el sábado por la tarde en Málaga.García-Santos

A un lado, Álvaro Cervantes (Barcelona, 35 años), actor dos veces candidato al Goya y con dos películas en la sección oficial del festival de Málaga. Al otro, Ángela Cervantes (Barcelona, 32 años), actriz dos veces candidata al Goya y con dos pelícu...

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A un lado, Álvaro Cervantes (Barcelona, 35 años), actor dos veces candidato al Goya y con dos películas en la sección oficial del festival de Málaga. Al otro, Ángela Cervantes (Barcelona, 32 años), actriz dos veces candidata al Goya y con dos películas en la sección oficial del festival de Málaga. “Estábamos antes pensando, y nunca nos había pasado lo de coincidir en un evento así”, explica él. Ella, mucho más callada —acabará confesando su timidez―, sonríe. Su hermano mayor remata con una broma: “Ya les hemos dicho a nuestros padres, que están aquí, que no se malacostumbren. Es muy difícil estar en una película en un gran certamen. Como para que encima coincidamos. Y con cuatro filmes”.

Cuando eran pequeños, en el piso de los Cervantes, en el barrio barcelonés de Poblenou, los dos críos protagonizaban los shows navideños que grababa su padre con una handycam. “En muchas casas estaba aquella cámara de vídeo que usabas con una mano. Y él la sacaba y nosotros nos crecíamos. Recuerdo que yo intentaba dirigir a Ángela, como hermano mayor, y ella pasaba, iba a su bola. Y después, como éramos familia pequeña, nos íbamos a casa de un amigo, con familia numerosa, y repetíamos el show”, recuerda Álvaro. Puede que de ahí naciera su pasión, aunque hay más pistas. Su padre, comerciante de informática, contaba que le hubiera gustado ser actor. “Eso dice, pero sospechamos que no es así, que nos ha visto disfrutar ahora y que de ahí le ha saltado la chispa... Dijo que cuando se jubilara se apuntaría a teatro, y no lo ha hecho”, agrega. Y su hermana añade otro matiz: “Nuestra madre tiene una vena artística, que se le veía cuando trabajaba en la floristería, y dibuja muy bien. Por otro lado, a ambos les gusta el ritual del ir al cine, y ahora ya van a sesión original subtitulada”.

Ángela y Álvaro Cervantes, este sábado por la tarde en Málaga.García-Santos (El País)

Durante años, Ángela (que se llama así por Ángela Molina), aunque hacía teatro en el colegio, no verbalizó su intención de ser actriz. “Tenia vocación y un referente claro que demostraba que podía vivir de esa profesión. Pero me costó dar el paso porque no quería que sonara a imitación”. Mientras, Álvaro ya había debutado en la serie Abuela de verano (2005), había logrado su primera candidatura al Goya con El juego del ahorcado, y participado en Tres metros sobre el cielo (2010) y Tengo ganas de ti (2012), fenómenos taquilleros nacidos de la literatura de Federico Moccia. Incluso había participado, dirigido por Joe Wright, en Hanna (2012). Nunca ha parado de trabajar, bien en cine en 1898, los últimos de Filipinas; Loca por ella; El árbol de la sangre, Adú (segunda candidatura al Goya) o 42 segundos; bien en televisión, con Carlos, rey emperador; La zona o Brigada Costa de sol. Ángela se formó, como Álvaro, con Fernando Piernas (”Y por eso”, cuenta él, “puede que en ambos resuenen los mismos gustos, un lenguaje común”), antes de lanzarse a una serie diaria de TV3, Com si fos ahir. Debutó en el cine con candidatura al Goya en Chavalas, y después llegaron La Maternal (segunda nominación) y Valenciana.

Ángela Cervantes, en una imagen de 'La furia'.

En Málaga, Ángela presenta Lo que queda de ti, de Gala Gracia, la historia de dos hermanas: una se quedó en el pueblo, la otra se fue a Nueva York a ser pianista, y ahora vuelve por la muerte del padre; y La furia, la película que debería de proporcionarle su tercera aparición en los Goya: su personaje es una actriz que, tras ser violada en una fiesta de Nochevieja, busca la ayuda de su hermano, que estalla con una rabia que ella, en cambio, canaliza a través del teatro, donde interpreta Medea. Curiosamente, ambas películas nacen de experiencias vitales de sus directoras. “A Gemma [Blasco, responsable de La furia] la conozco desde el instituto, y desde que se empezó a gestar la película la he acompañado en el proceso. Ambos filmes son óperas primas y hay una responsabilidad y una ilusión por dar lo mejor para debutantes”, explica la actriz. El rodaje de La furia se encadenó con la obra de teatro Jauría, de Jordi Casanovas, basada en la violación cometida en los sanfermines por La Manada, que Ángela ha protagonizado en el segundo montaje. Su hermano explica: “La vi varias veces, y comprendo la dificultad que entrañaba. Técnicamente era como lanzarse al abismo cada función. Y el desgaste diario”. Aunque de los trabajos de ella, elige su papel en La Maternal, “porque está muy alejado de Ángela”. “Dejé de verla, me la creí como madre”, añade.

Eva Libertad dirige a Álvaro Cervantes y a Miriam Garlo en el rodaje de 'Sorda'.Nuria Jean


De Álvaro, Ángela escoge justo una de sus dos películas de Málaga, Sorda (”Me emociona muchísimo”), que se presentó en la pasada Berlinale, y en la que Cervantes encarna al novio “oyente”, subraya el actor, de una chica sorda, madre primeriza. “Me ha permitido trabajar con mucho tiempo y mucho mimo, y me gustaría disfrutar de esos privilegios más veces”. Los dos ponen otro detalle en común con sus cuatro películas en Málaga: “Nos sentimos agradecidos por haber sido invitados a esos mundos”. Y junto a Sorda, de Eva Libertad, él encarna a otro secundario jugoso en Desayuna conmigo de Iván Morales. “Si la primera es la gran historia de amor, Desayuna conmigo es una gran historia de desamor, aunque, cuidado, nada tóxico, sino puro y más honesto”.


Los hermanos Cervantes, en Málaga.García-Santos

Ambos arrastran fama de meticulosos en su trabajo. Nunca han coincidido en pantalla, y en teatro una vez y de casualidad, cuando él hizo una sustitución, y ni siquiera compartieron escena. Álvaro se ha escapado del rodaje de Balandrau. Ángela ahora ha parado voluntariamente. Comentan que se hablan constantemente, que uno sabe de los guiones de la otra y viceversa. “Es una manera de sentirte acompañado en procesos que a veces son muy solitarios”, explican. Álvaro apunta: “Los dos hemos transitado con consciencia por esas paradas. También son necesarias para vivir, para que te pasen cosas, reconciliarte con tu vida y llenarte un poco... “. Ángela remata: “... la biblioteca de emociones”.

Es en la charla que prosigue a esa reflexión cuando se palpa la interconexión, aunque la actriz apunte que mucha gente no es consciente de que son hermanos. Puede que porque tengan los ojos de color distinto. “Y eso que tuve un momento de dudas en mis inicios con repetir el apellido, pero me gusta mucho Cervantes”, ríe ella. Acabada la charla, se van a prepararse para el estreno de gala de Sorda. ¿Nombre del teatro malagueño donde se celebró esa proyección y centro neurálgico del festival de Málaga? Cervantes.

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