PREMIOS LITERARIOS

Andrés Ortega gana el Jovellanos con una reflexión sobre la tecnología y la soledad

El periodista y escritor se alza con el premio de ensayo con ‘Soledad sin solitud’, un libro sobre la desconexión interpersonal y la falta de concentración del mundo moderno

Andrés Ortega Klein, fotografiado en EL PAÍS en 2007.

“Vivimos una era de hiperconexión pero, a la vez, es una era de falta de contactos y de aislamiento”. Esa es la tesis central que el escritor y periodista Andrés Ortega Klein sostiene en Soledad sin solitud, el libro que se ha alzado con el XXXI Premio Internacional de Ensayo Jovellanos y en el que reflexiona sobre los sentimientos de soledad en un mundo (aparentemente) más interconectado que nunca.

Es de esa paradoja de la que bebe su texto: “Las nuevas tecnologías nos roban la atención, no permiten relaciones reales entre las personas y nos quitan la indispensable solitud”, sostiene Ortega Klein por teléfono. Pero, ¿qué es esa solitud del título del ensayo? “Los ingleses nos sacan ventaja en esto”, sostiene, “porque diferencian entre dos soledades: loneliness y solitude; de esta última deberíamos usar más el equivalente español: solitud”. La RAE la define como “carencia de compañía” o “lugar desierto”, pero Ortega amplía su significado a “esa soledad para con uno mismo necesaria para meditar o para crear”. Y que ahora cree en peligro.

Porque su ensayo esgrime una tesis doble: el mundo actual, con sus nuevas tecnología y la cacareada hiperconectividad fomenta, contraintuitivamente, la soledad no deseada, pero también impide esa soledad deseada y contemplativa, que hoy resulta imposible con el bombardeo constante de informaciones y alertas. “Las empresas de redes sociales se vuelcan en captar nuestra atención. Dicen que los datos son el nuevo petróleo, pero en realidad es la atención, y nos la están robando”, cuenta Ortega, muy ligado a las tecnologías durante su vida profesional y que incluso se encargó de que llegara internet por primera vez al palacio de la Moncloa en 1994, cuando ejercía allí de director del Departamento de Análisis y Estudios.

“El ensayo distingue muy bien entre la soledad no buscada y la deseada que puede aportar bienestar, y una agradable sensación de introspección y que resulta difícilmente alcanzable en una sociedad cada vez más dependiente de las tecnologías de comunicación”, expresa el acta del premio. El texto de Ortega, que como periodista se desempeñó, entre otros, en este diario, ha sido seleccionado entre 326 obras presentadas a esta edición por autores de 23 países. De hecho, el germen del libro es un artículo para el suplemento Ideas: Solitud, sin soledad, publicado en 2019.

“Conceptos tan humanos como la amistad han cambiado radicalmente”, explica Ortega. “Cuando buscamos amigos en redes sociales, buscamos en realidad a gentes que me den un me gusta. Cuanto más mejor, y eso va directamente en contra de la idea de amistad sana”. Ese cambio tecnológico, dice, afecta también a temas como la forma de ligar o las relaciones a distancia. Y, por supuesto, a la información: “Las grandes empresas te intentan vender informaciones, o desinformaciones, con las que ya comulgas, enrareciendo el ambiente. Y también te hacen desear cosas que no sabes que deseas”, contextualiza.

Ortega Klein (Madrid, 1954) proviene de una saga de intelectuales españoles encabezada por su abuelo, el filósofo José Ortega y Gasset, y seguida por su padre, José Ortega Spottorno, uno de los fundadores de EL PAÍS o Alianza Editorial. ¿Han cambiado las nuevas tecnologías el mundo intelectual? “Claro, la solitud es necesaria para las ciencias, pero también para las letras”, sostiene. “La reflexión colectiva es otra cosa que ha cambiado radicalmente”, señala Ortega: “A veces, directamente se suprime, porque en el ecosistema digital muchas veces no hay siquiera una conversación real”. En su ensayo, Ortega da tres ejemplos de cuán necesaria es esa solitud: la quietud de Buda; Heisenberg, “que se fue a una isla poco poblada a desarrollar el aparataje matemático con el que luego desarrolló su Principio de Incertidumbre; y el propio Ortega y Gasset, “que pensaba dando paseos en soledad”.

En su faceta de escritor, Ortega ha firmado La imparable marcha de los robots, La fuerza de los pocos, El purgatorio de la OTAN o La razón de Europa, entre otros libros. El Premio Internacional de Ensayo Jovellanos está dotado con 9.000 euros y la publicación de la obra.


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