Los nueve días que los actores españoles hicieron temblar al franquismo
El documental ‘Mucha mierda’ reconstruye la huelga que paró los teatros, los rodajes y la televisión en 1975 y acabó con la detención de ocho intérpretes, entre ellos Rocío Dúrcal, Tina Sainz y Enriqueta Carballeira
“Ocho actores, entre ellos Rocío Dúrcal y Tina Sainz, detenidos en Madrid”, informaban los periódicos españoles del 9 de febrero de 1975. Fueron arrestados “sobre las ocho de la tarde de ayer en el teatro Bellas Artes […] con ocasión de las perturbaciones que se vienen registrando en los espectáculos teatrales de la capital —explicaban las crónicas—. Pretendían informar a la compañía de Juanjo Menéndez ...
“Ocho actores, entre ellos Rocío Dúrcal y Tina Sainz, detenidos en Madrid”, informaban los periódicos españoles del 9 de febrero de 1975. Fueron arrestados “sobre las ocho de la tarde de ayer en el teatro Bellas Artes […] con ocasión de las perturbaciones que se vienen registrando en los espectáculos teatrales de la capital —explicaban las crónicas—. Pretendían informar a la compañía de Juanjo Menéndez […] con piquetes, amenazando de forma violenta a los actores y actrices. Fueron interrogados varias veces en la Dirección General de Seguridad. Cuatro de ellos permanecen en prisión”. Algunos artículos los relacionaban con grupos terroristas como el FRAP o ETA.
Fue el momento de mayor tensión de un episodio único en la historia del teatro, el cine y la televisión españoles: la huelga que unió a todos los intérpretes del país y obligó a suspender representaciones de espectáculos, rodajes y programas de televisión entre el 4 y el 12 de febrero de 1975. Nada menos que nueve días de huelga en un tiempo en que las huelgas estaban prohibidas. Un verdadero pulso a la dictadura franquista que iba más allá de las reivindicaciones laborales. “El día de descanso y el pago de los ensayos fueron desencadenantes, pero en el fondo había una protesta política. Queríamos un sindicato democrático, elegido por nosotros, no vertical como el que nos imponían”, recuerda por teléfono el director teatral José Carlos Plaza, otro de los detenidos junto a Rocío Dúrcal y Tina Sainz. Los otros cinco fueron Antonio Malonda, Yolanda Monreal, Enriqueta Carballeira, Pedro Mari Sánchez y Flora María Álvaro.
Justo cuando se cumplen 50 años del comienzo de la huelga, este martes 4 de febrero tendrá su estreno de gala el documental Mucha mierda, título que toma la expresión que se usa en los teatros para desearse suerte antes de una función. Dirigido por Alba Sotorra a partir de una investigación de David Lara, la película reconstruye aquel lance con imágenes de archivo, fotografías y testimonios de algunos que participaron: Marisa Paredes, Ana Belén, José Carlos Plaza, Tina Sainz, Petra Martínez, Juan Margallo, Rosa León, José Sacristán o Alberto Alonso, entre otros. Un relato coral que da cuenta no solo de la trascendencia del episodio, sino también de la emoción con que lo vivieron sus protagonistas.
Lo constatan los ojos empañados de la actriz Marisa Paredes, recientemente fallecida, cuando narra en el documental la asamblea en que votaron la huelga: “Una mano, otra mano. Pues mira, me emociona todavía. Sabíamos a lo que nos exponíamos. O sea, no éramos para nada ignorantes. Pero teníamos la fuerza de la verdad. De querer cambiar las cosas”. Ana Belén reflexiona: “Solo el hecho de decir esa palabra… ya te entraba un poquito de repelús. Yo lo tenía interiorizado desde que era pequeña, cuando mi madre decía: ‘Se han puesto en huelga los mineros en Asturias, pues ya la vamos a tener’. Y piensas: ‘Lo mínimo es que pasemos una noche en una comisaría. Eso lo mínimo. Y lo máximo, pues que vayamos a Carabanchel”. Alberto Alonso: “Ver todo un patio de butacas abarrotado, con la gente por los suelos, votando. La libertad es una sensación maravillosa. Y eso es lo que vivimos”.
Las dos primeras jornadas de huelga pararon todos los teatros de Madrid, se suspendieron ensayos y rodajes de cine y televisión. El tercer día se sumaron los de Barcelona. El cuarto se extendió por todo el país y se produjeron las detenciones. “Nos llevaron a los ocho a la Puerta del Sol, que nos daba muchísimo miedo [entonces sede de la Dirección General de Seguridad y ahora de la Comunidad de Madrid, símbolo de la represión franquista y actualmente objeto de batalla política por su declaración como Lugar de Memoria]. Nos interrogaron y a mí me mandaron a la cárcel de Carabanchel con Antonio Malonda. Estuvimos tres días encerrados y con la angustia de no saber qué les había pasado a los demás”, cuenta Plaza a EL PAÍS. A Tina Sainz y Yolanda Monreal las mandaron a la prisión de Yeserías: “Cuando los directores de Televisión Española firman la carta de adhesión a la huelga, con Pilar Miró a la cabeza, fueron palabras mayores. Porque es el sistema. Es cuando se endurecen las medidas y nos detienen”, relata Tina Sainz en el documental. Rocío Dúrcal, Enriqueta Carballeira, Pedro Mari Sánchez, Flora María Álvaro no llegaron a ser encarcelados y fueron liberados después de ser interrogados en Sol.
Las detenciones beneficiaron a los huelguistas. Hasta se sumó Lola Flores, amiga íntima de Rocío Dúrcal, lo que añadió repercusión mediática. También Sara Montiel. El 12 de febrero se decidía el final de la huelga. Las reivindicaciones todavía tardaron en lograrse, pero la demostración de fuerza hizo bastante daño al régimen. “El momento fue muy oportuno. Franco estaba acabándose y lo nuestro fue una especie de ‘sí, se puede’ por la visibilidad que teníamos”, subraya por teléfono la actriz Petra Martínez.
Hubo dos actores ya fallecidos, pero que están muy presentes en el documental: Juan Diego y Concha Velasco. Ambos fueron muy activos y además protagonizaron un episodio en 1972 que fue antecedente y primer detonante de la huelga. En enero de aquel año, cuando representaban la obra La llegada de los dioses, de Antonio Buero Vallejo, en el teatro Lara de Madrid, se plantaron ante el empresario Conrado Blanco para exigir un día de descanso a la semana. Los fulminaron, pero gracias a aquello un mes después la patronal del espectáculo pactó incluir la medida en el convenio sectorial. El incumplimiento del acuerdo derivó en mayor descontento en la profesión, asambleas clandestinas, reuniones a oscuras entre bambalinas y finalmente, tres años después, la huelga.
“Es que entonces no se tenía la conciencia de que esto era un trabajo. ¡Había obras de hasta cuatro horas y se hacían dobles funciones!”, destaca Ana Belén en el documental. Yo vi a José María Rodero casi implorando al director José Tamayo, cuando se hacía Calígula, para librar un lunes por la noche”, añade José Sacristán. “Se decía que era un oficio de putas y maricones”, apunta Tina Sainz. La huelga supuso un cambio de paradigma en ese sentido. “Se dignificó la profesión. Se nos empezó a considerar por fin trabajadores de verdad”, resume por teléfono Petra Martínez.
Tras el estreno de gala este martes, Mucha mierda llegará a los cines el viernes. David Lara confía en que sirva para que las nuevas generaciones tomen conciencia de lo importante que es la unión entre las personas para conseguir objetivos. Por eso en el documental no hay protagonistas: “Decidimos deliberadamente narrarlo de manera colectiva, hilando recuerdos, porque lo destacable de este hecho es que fue la primera vez que la profesión se unió por encima de sus ideologías políticas”, explica Lara. Fue también un momento fundacional: desde entonces, muchas otras veces los actores se han unido en causas colectivas como el No a la guerra”. Como dice Marisa Paredes al final de la película: “Mereció mucho la pena”.