Varias mujeres acusan a Neil Gaiman de agresión sexual en una revista estadounidense

El autor responde a ‘New York Magazine’ que las relaciones siempre fueron consentidas, aunque reconoce que “tenía que haber hecho las cosas mejor”

Neil Gaiman, en un evento en junio de 2024.Daniel Zuchnik (Getty Images for Picturehouse)

El autor británico Neil Gaiman se enfrenta a nuevas acusaciones de agresión sexual, tras la publicación en la revista New York Magazine de una extensa información en la que hasta ocho mujeres narran sus experiencias con el responsable del cómic Sandman y libros como American Gods. Sus testimonios se unen a los de las mujeres que acusaron al autor de abuso en la serie de podcasts de The Tortoise del verano de 2024 titulado Master. La mayoría de las mujeres, explica la periodista Lila Shapiro, estaban en la veintena cuando conocieron al autor (la más joven tenía 18). Dos de ellas trabajaban para él, y cinco eran fans. Con la excepción de un beso supuestamente forzado en 1986, los relatos suceden cuando Gaiman, por su parte, superaba los 40 años. Entonces, cuenta el reportaje, Gaiman ya se presentaba como un luchador por los derechos de las mujeres.

La investigación repasa con detalle, a través de mensajes, testimonios y correos electrónicos, las acusaciones de estas mujeres, aunque el relato más gráfico es el que construye Scarlett Pavlovich, una antigua niñera de Gaiman y su exmujer, la cantante Amanda Palmer. El primer asalto que narra esta mujer sucedió al poco de empezar a trabajar para ellos en su casa de Nueva Zelanda. El autor, según el relato de su empleada, se metió desnudo en la bañera del jardín en la que estaba y le pidió que se abriera de piernas, lo que ella rechazó. A eso le siguió que se sentara en su regazo y que, pese a que le dijera que era lesbiana, Gaiman intentara penetrarla, y eyaculara en su cara. El escritor ha respondido en su blog que “mientras repasa su pasado”, no acepta que hubiera ningún “abuso”: “nunca he tenido relaciones no consensuadas con nadie”. Dice que algunas de las historias nunca pasaron y otras han sido distorsionadas, aunque reconoce que “tenía que haber hecho las cosas mejor”.

Previamente, todas las peticiones de respuesta por parte de la revista, los representantes de Gaiman han explicado que el sexo siempre fue consentido, y que el reportaje forma parte de la estrategia de Palmer para lidiar con su “complicada” batalla de cinco años por el divorcio y la custodia de su hijo. Palmer asegura que contactaron con ella 14 mujeres, pero no ha querido colaborar con las pesquisas policiales.

Pavlovich llevó su caso a la policía en enero de 2023, pero la investigación se dio por sobreseída. No hubo una interrogación formal a Neil Gaiman, pero el autor sí que entregó un testimonio escrito. Al menos ella y otra de las víctimas denunciaron las agresiones a la policía, según apunta New York Magazine, aunque ninguna ha prosperado. Varias de las mujeres, además, explican que han recibido compensaciones económicas para costearse ayuda psicológica de hasta 60.000 dólares y firmado acuerdos de confidencialidad. Tras las acusaciones vertidas en The Tortoise, el equipo legal de Gaiman ya defendió que todo fue consensuado y que “la degradación, la esclavitud, la dominación, el sadismo y masoquismo, aunque puedan no ser del gusto de todos, es legal entre adultos que consienten el sadomasoquismo”. Pavlovich defiende que en varias ocasiones gritó “no”.

La niñera relata detalles como que se desmayó teniendo sexo anal con él, que tuvo que mantener sexo oral mientras veían la primera temporada de la serie The Sandman, de Netflix, y que en otra ocasión ella le vomitó encima por la fuerza con la que le oprimía y luego la obligó a lamérselo de su regazo. Los detalles más escabrosos llegan en el momento en el que describe cómo él, siempre según el relato de la víctima, la obligó a tener sexo en una habitación de hotel mientras su hijo estaba delante mirando su iPad y Gaiman le hablaba. En otra ocasión, narra, el niño le empezó a llamar “esclava” y le pidió que le llamara a él “amo”, lo que causó las risas de su padre.

Los representantes de Gaiman sostienen que “todo es falso y deplorable”. Caroline, otra de las niñeras de Nueva Zelanda que lo acusan y que firmó un acuerdo por 5.000 dólares con el autor para no denunciarlo, también cuenta que su empleador se metió en la cama con ella y el niño e hizo que le agarrara su pene. El equipo de Gaiman asegura que fue ella quien comenzó los encuentros sexuales y que el hijo nunca estuvo envuelto.

El pasado diciembre, las acusadoras, que no se conocían, se reunieron para contar sus experiencias y ahora comparten un grupo de WhatsApp. Muchas veces el mismo relato se repite. “Es como conocer supervivientes de la misma secta”. Otra de las voces del reportaje es Kendra Stout, que tenía 18 años cuando conoció a Gaiman como fan en una cola para que le firmara su libro. La joven asegura que la invitó a su habitación de hotel y que el sexo siempre fue “doloroso” porque, según su relato de lo que decía Gaiman, “nunca fue lo suficientemente sumisa”. Sout asegura que el autor nunca le preguntó por lo que le gustaba en la cama, que nunca le pudo poner “límites” ni “cuidados” y que “no había palabras de seguridad”, como se titula el reportaje, que también relata la infancia en una familia ciencióloga, y abusiva, del autor, así como los reflejos en su obra. “Le pedía que le llamara su ‘maestro’ y le pegaba con su cinturón. Ella le dijo que no le gustaba”, cuenta sobre Sout, que puso su denuncia el pasado octubre.

Gaiman es uno de los autores más reconocidos de su generación, y uno de los grandes nombres de la literatura fantástica y el cómic, a través de obras como Coraline y Stardust, adaptas también al cine. La segunda temporada de Sandman sigue entre los planes futuros de Netflix, si bien el autor no aparece en ninguno de los últimos tráilers y avances detrás de las cámaras. Desde que surgieron las acusaciones, Netflix canceló la serie Los detectives muertos, Disney paró el desarrollo de la película animada El libro del cementerio y Amazon Prime Video decidió convertir la tercera temporada de Buenos presagios (Good Omens) en una película final sin que Gaiman sea ya show-runner, aunque ninguna de las empresas relacionó estos cambios y cancelaciones con las acusaciones vertidas por el podcast. También en Prime Video tiene pendiente de estreno Los hijos de Anansi, el derivado literario de American Gods.

En su blog, Gaiman sí que pide ciertas disculpas: “No estaba disponible emocionalmente, mientras que lo estaba sexualmente, enfocado en mí mismo y no tan considerado como debería. Obviamente fui descuidado con los sentimientos de las personas, y eso es algo de lo que realmente me arrepiento. Fui egoísta. Estaba atrapado en mis problemas e ignoré los del resto”.

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