Salen a la luz en Pompeya varios frescos sobre la guerra de Troya en un imponente salón de banquetes
El excepcional estado de conservación de las pinturas a color traslada al visitante a la Antigua Roma y permite evocar las celebraciones en la ciudad
El cofre de los tesoros de Pompeya se ha vuelto a abrir. Los arqueólogos que siguen excavando en la ciudad arrasada por la explosión del Vesubio en el año 79 han descubierto un imponente salón de banquetes decorado con elegantes frescos con temas mitológicos inspirados en la guerra de Troya. El excepcional estado de conservación de las pinturas traslada al visitante a la Antigua Roma y permite evocar las celebraciones y las conversaciones que tenían lugar en la enorme sala, amenizadas e inspiradas por las majestuosas representaciones de las pa...
El cofre de los tesoros de Pompeya se ha vuelto a abrir. Los arqueólogos que siguen excavando en la ciudad arrasada por la explosión del Vesubio en el año 79 han descubierto un imponente salón de banquetes decorado con elegantes frescos con temas mitológicos inspirados en la guerra de Troya. El excepcional estado de conservación de las pinturas traslada al visitante a la Antigua Roma y permite evocar las celebraciones y las conversaciones que tenían lugar en la enorme sala, amenizadas e inspiradas por las majestuosas representaciones de las paredes.
Desde el parque arqueológico de Pompeya destacan el alto nivel de vida de los dueños y de los invitados del salón de banquetes. “Se trata de un ambiente refinado en el que disfrutar de momentos de convivencia, entre banquetes y conversaciones, en el que se respiraba un elevado nivel de vida, como atestiguan las dimensiones del espacio, la presencia de frescos y mosaicos, la calidad artística de las pinturas y la elección de los temas”.
En este caso, los expertos han explicado que el tema dominante en los frescos parece ser el del heroísmo, que se aprecia por las representaciones de parejas de héroes y dioses de la guerra de Troya. Las composiciones, según los estudiosos de Pompeya, también reflexionan sobre la cuestión del destino, y “sobre la posibilidad, a menudo incomprendida, que tiene el hombre de poder cambiar su destino”.
En las paredes del gran salón discurren los personajes que Homero describe en la Ilíada, como los protagonistas Helena, considerada hija de Zeus en la mitología griega y Paris, príncipe de Troya, que en el fresco de Pompeya aparece mencionado en una inscripción griega como Alexandros (Alejandro), su otro nombre. Además, está la figura de Casandra, emparejada con el dios Apolo y que era hija de Príamo, considerado el último rey de Troya, en el trono en la época de la guerra.
La versión más popular del mito griego dice que Apolo prometió a Casandra el don de la profecía para seducirla, pero cuando la joven descubrió sus intenciones lo rechazó, el dios entró en cólera y decidió mantenerle el don, pero acompañado de la maldición de que nadie creyera sus predicciones. De este modo, Casandra podía ver lo que iba a ocurrir en el futuro, pero nadie creía en sus vaticinios. Así, predijo el engaño del caballo de Troya y la caída de la ciudad, pero nadie la escuchó y no fue capaz de evitar la tragedia. Acabó como esclava del rey Agamenón en Micenas.
Los expertos del Parque Arqueológico de Pompeya explican que “la frecuente presencia de figuras mitológicas en las pinturas de las salas de estar y de convivencia de las casas romanas tenía precisamente la función social de entretener a invitados y comensales, proporcionando ideas para la conversación y la reflexión sobre la existencia”.
Las paredes del inmenso salón sobre las que las aparecen las figuras de la mitología estaban pintadas de negro para evitar que el humo de las lámparas de aceite se viera en los muros, como ha señalado el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel. “La gente se reunía aquí para festejar después de la puesta de sol, la luz parpadeante de las lámparas de aceite hacía que las imágenes parecieran moverse, sobre todo después de unos vasos de un buen vino de Campania”, ha explicado Zuchtriegel. Y ha puntualizado que las parejas mitológicas de las paredes pretendían inspirar a los asistentes “para hablar del pasado y de la vida”. “Aparentemente, eran de carácter meramente amoroso. En realidad, hablan de la relación entre el individuo y el destino: Casandra que puede ver el futuro, pero nadie le cree, Apolo que se pone del lado de los troyanos contra los invasores griegos, pero a pesar de ser un dios es incapaz de asegurar la victoria, Helena y Paris que con su amor políticamente incorrecto son la causa de la guerra, o quizás solo un pretexto, quién sabe. Hoy, Helena y Paris somos todos nosotros: cada día podemos elegir si preocuparnos solo de nuestra vida íntima o explorar cómo esta vida nuestra se entrelaza con la gran historia, pensando por ejemplo no solo en las guerras y la política, sino también en el clima humano que estamos creando en nuestra sociedad, comunicándonos con los demás en persona y en las redes sociales”, ha reflexionado el director del Parque.
El salón de banquetes que albergaba los frescos mide aproximadamente 15 metros de largo por seis metros de ancho y se abre a un patio que parece un pasillo de servicio al aire libre, con una larga escalera que conduce al primer piso, desprovista de decoración. Debajo de los arcos de la escalera se encontró una enorme pila de material de construcción y alguien había dibujado con carboncillo, sobre el tosco yeso a dos parejas de gladiadores y lo que parece ser un enorme falo estilizado.
Protección del patrimonio
Las excavaciones de la ínsula 10 de la Regio IX, donde se encuentra el salón, forman parte de un proyecto más amplio que tiene por objetivo asegurar un perímetro entre la zona excavada y la no excavada para proteger el vasto patrimonio pompeyano. Hasta el momento, entre otras cosas, en la zona se han descubierto dos casas conectadas entre sí, una casa con panadería y una lavandería, que daban a vía Nola, una de las calles principales de la antigua ciudad, y cuyas fachadas ya fueron extraídas de las cenizas a finales del siglo XIX. Detrás de estas dos casas, en esta fase de excavación están surgiendo suntuosas salas de estar decoradas con frescos, que estaban en obras en el momento de la erupción del volcán.
El ministro de Cultura italiano, Gennaro Sangiuliano, ha defendido la apuesta por impulsar más excavaciones de Pompeya que, desde hace algunos años, está viviendo una segunda vida, después de un periodo de abandono y corrupción. “Pompeya es realmente un cofre de los tesoros que no deja de sorprendernos y maravillarnos porque, cada vez que excavamos, encontramos algo bello y significativo. Creemos en este lugar único en el mundo que es Pompeya y por eso hemos financiado nuevas excavaciones en la ley de presupuestos”, ha declarado el ministro.
El Director General de los Museos italianos, Massimo Osanna, antiguo director del Parque Arqueológico de Pompeya ha destacado el valor de los nuevos yacimientos como “demostración de cómo una excavación bien hecha en la ciudad del Vesubio puede seguir aumentando nuestros conocimientos sobre uno de los lugares más importantes que han sobrevivido de la antigüedad”. Y ha detallado los logros recientes que Pompeya ha aportado a la arqueología y la historia: “Pinturas nuevas e inéditas, nuevos datos sobre las grandes obras que había en Pompeya en la época de la erupción, nuevos descubrimientos sobre la economía y las formas de producción. Es una extraordinaria recopilación de datos que está cambiando la imagen hasta ahora codificada de la ciudad antigua”.