George Benjamin, Premio Fronteras del Conocimiento por “modernizar el lenguaje operístico”

El maestro británico recibe el galardón de la Fundación BBVA por “su extraordinaria aportación y su impacto en la creación contemporánea en los ámbitos de la música sinfónica”

El maestro británico George Benjamin.Javier del Real (Teatro Real)

El maestro británico George Benjamin (Londres, 64 años) ha sido galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento que concede la Fundación BBVA por “modernizar el lenguaje operístico” manteniendo una forma “rigurosa y detallista en todos los aspectos compositivos”, ha informado este jueves la institución. El jurado otorga en su XVI edición el galardón a Benjamin, autor de cuatro óperas, por “su extraordinaria aportación y su impacto en la cr...

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El maestro británico George Benjamin (Londres, 64 años) ha sido galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento que concede la Fundación BBVA por “modernizar el lenguaje operístico” manteniendo una forma “rigurosa y detallista en todos los aspectos compositivos”, ha informado este jueves la institución. El jurado otorga en su XVI edición el galardón a Benjamin, autor de cuatro óperas, por “su extraordinaria aportación y su impacto en la creación contemporánea en los ámbitos de la música sinfónica, la ópera y la música de cámara”.

Su música sinfónica y de cámara ha sido interpretada por las orquestas de instituciones más importantes del mundo, pero el jurado destaca que las óperas Into the Little Hill (2006), Written on Skin (2009-12), Lessons in Love and Violence (2015-17) y Picture a Day Like This (2023) consiguen proponer “nuevas estructuras narrativas” y mantener “una dramaturgia emocional que conecta y conmueve al público del siglo XXI”.

Benjamin mantiene un profundo vínculo con España, y por ejemplo en su obra para orquesta y coro Dream of the Song (2014-2015) utiliza poemas de Federico García Lorca —cuya casa visitó en Granada la primera vez que fue y cuyo piano tocó—, explica él mismo en la nota sino también hay textos basados en poesía hebrea del siglo XI de Andalucía.

En parte se explica esta conexión, relata, porque él mismo es sefardí en más de un 50 %: “Mi familia es judía, y la familia de mi madre vino de España. El nombre original era Abendana, y estoy bastante seguro de que las raíces vienen de la tradición traductora del centro de España, ya sea Toledo o más al sur. Así que siento un vínculo real, espiritual [con España]”.

Josep Pons (actual director musical del Gran Teatre del Liceu de Barcelona) le invitó a dirigir la Orquesta de Cámara del Teatro Lliure de Barcelona y la Orquesta Ciudad de Granada. “Eso me dio la emocionante oportunidad de ver el que quizá sea el lugar más hermoso de Europa, que es la Alhambra”, subraya.

El maestro Pons fue encargado de dirigir el estreno en España de Lessons in Love and Violence, en el Teatre del Liceu en 2021. Antes, cuando Pons era director de la Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE), le dedicaron un ciclo que incluyó entre sus actividades una proyección en la Filmoteca Nacional del Nosferatu de Murnau.

“Durante el pase con público, se puso al piano como en las antiguas sesiones de cine mudo e improvisó. Fue una experiencia única porque tiene una gran capacidad de improvisación y es un gran pianista. No solo es un número uno en lo musical, además tiene una gran calidad humana, una ética y unos valores que le impiden hacer concesiones”, afirma el catalán en la nota.

Alumno destacado de Olivier Messiaen, que le definió como “el músico más importante desde Mozart”, Benjamin fue el compositor más joven en estrenar en los BBC Proms de Londres, y en la actualidad es compositor, director y catedrático Henry Purcell de Composición en el King’s College de Londres.

El pop de mediados de la década de los sesenta del pasado siglo, en especial los Beatles, era una pasión para él, especialmente a través de su hermana mayor. Le duró hasta que fue a ver la película de Walt Disney Fantasia (1940), un largometraje musical con composiciones de Bach, Chaikovski, Stravinsky y Schubert, entre otros.

“Me quedé paralizado y me convertí, casi como si se tratara de una conversión religiosa, en un solo día, y no sólo me volví intolerante hacia cualquier otra música, sino casi hacia cualquier otra cosa en el mundo. Esa música me parecía mucho más hermosa, maravillosa, emocionante y profunda que todo lo que había conocido hasta entonces. Así que me convertí en un fanático musical, me temo. Como pueden serlo los niños”, asegura el premiado.

Desde esa corta edad, siete años, comenzó a estudiar música y a los nueve compuso su primera pieza, aunque su primera ópera llegó décadas más tarde. “Quise componer ópera desde muy joven, cuando tenía 10 años. ¡Soñaba con óperas!, pero compuse mi primera ópera cuando tenía unos 45 años. Y la razón principal es que tardé entre 20 y 30 años en encontrar al colaborador perfecto: el autor Martin Crimp”, asegura sobre el dramaturgo.

Tal y como reconoce Víctor García de Gomar, secretario del jurado y director artístico del Gran Teatre del Liceu: “Probablemente estamos hablando del nombre más representativo de la música contemporánea y que todavía está en un momento creativo importantísimo; cada título nuevo que presenta en su catálogo es esperado por el mundo, especialmente en las óperas”.

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