Declarada culpable de homicidio imprudente la armera del ‘caso Rust’
El jurado cree que Hannah Gutierrez Reed, de 26 años, no respetó los protocolos de seguridad en el manejo de armas
Hannah Gutierrez Reed, la armera durante el rodaje de la película Rust, protagonizado por Alec Baldwin, ha sido declarada este miércoles culpable del homicidio imprudente de la directora de fotografía Halyna Hutchins. El jurado de Santa Fe, Nuevo México, ha dado a conocer su veredicto sobre los trágicos hechos ocurridos el 21 de octubre de 2021, en el rodaje de este wéstern. Aquella mañana, Gutierrez Reed, la inexperta hija de un avezado consultor en armas, estaba a cargo del revólver con el que Alec Baldwin disparó accidentalmente a la directora de fotografía durante un ensayo. La defensa de la acusada, quien puede ser sentenciada hasta un año y medio de prisión, ha señalado que recurrirá al fallo. La condena sirve de preámbulo al juicio que encarará el protagonista y productor de la cinta en julio.
Gutierrez Reed, de 26 años, es la segunda persona declarada culpable en el caso Rust. La primera fue David Halls, el asistente de dirección, quien el año pasado aceptó un cargo por negligencia en el manejo de arma de fuego. La armera, no obstante, se había declarado no culpable del delito de homicidio imprudente. La fiscalía también la había acusado de destruir pruebas por supuestamente haberse deshecho de una bolsa con drogas. El jurado, que deliberó por dos horas y media, la absolvió de ese cargo. Además de la pena, la armera deberá pagar una multa de 5.000 dólares (unos 4.600 euros).
Las dos semanas del juicio se centraron en el papel que Gutierrez Reed tuvo en el manejo del arma. Esta, una réplica de un revólver Pietta de 1873, tenía en la recámara una bala de verdad. Los miembros del jurado han declarado a la prensa que la armera, entonces de 24 años, no respetó los protocolos de seguridad. “Ese era su trabajo, revisar las balas de esas armas”, ha señalado Alberto Sánchez, uno de los 12 integrantes del jurado.
Los fiscales presentaron un caso lleno de pruebas y por el que han desfilado decenas de expertos y testigos para dar sus testimonios. Joel Souza, el director de la película, quien resultó herido por la misma bala que mató a Hutchins, contó por primera vez en público su versión de los hechos. “Sabía que algo me había sucedido”, contó. Souza fue trasladado de urgencia a un hospital, pero dijo al personal médico que descartaba que el daño lo hubiese causado una bala de verdad. Hollywood prohíbe los proyectiles reales en los rodajes, les mencionó. “Yo les decía, ‘no lo entienden, es una película y eso es imposible’. Ellos me insistían: ‘No, no, no... Es una bala de verdad’. Al final se hartaron de mis quejas y me enseñaron una radiografía de mi espalda en la que se veía una enorme bala”, dijo desde el estrado en un relato emitido en YouTube.
A lo largo del juicio, la Fiscalía de Nuevo México culpó a Gutierrez Reed de haber llevado las balas verdaderas al rodaje. La acusación, encabezada por Kari Morrissey, mostró para probarlo una imagen de la armera en los primeros días de la filmación, antes de que el proveedor enviara al set el principal cargamento de salvas. Este punto fue desestimado por la defensa, quien se apoyó en un testimonio de un agente del FBI, quien señaló que a simple vista no se pueden distinguir las balas reales de las falsas. La policía encontró en la escena del crimen, el rancho Bonanza, al menos seis proyectiles verdaderos. “Cada vez que un actor empuñaba un arma cargada con salvas en ese set era un juego de ruleta rusa”, aseguró Morrissey al jurado durante los alegatos finales. La Fiscalía, no obstante, no probó cómo llegaron las balas reales al plató.
La estrategia de la armera se centró en culpar a los responsables de la producción. Jason Bowles, el abogado defensor, rechazó que su clienta hubiera llevado los proyectiles. El letrado argumentó que no era responsabilidad de ella, una joven de 24 años en su segunda producción, hacer cumplir los protocolos de seguridad de todo el equipo. Los testimonios han dibujado un caótico rodaje en donde varias responsabilidades recaían sobre una persona. De esta manera, los productores podían ajustarse al presupuesto. La propia Gutierrez Reed debía supervisar también tareas relacionadas con el atrezo.
Bowles culpó a Baldwin de la muerte de Hutchins. El actor ha negado públicamente haber apretado el gatillo. El abogado de Gutierrez indicó en sus argumentos finales que la armera no pudo haber previsto que el protagonista accionaría el revólver. “Eso no estaba en el guion, ni siquiera que apuntara con la pistola. Ella no sabía que el señor Baldwin iba a hacer lo que hizo”, aseguró. La sala del tribunal presenció un vídeo de otro momento del rodaje donde el protagonista de 30 Rock vacía un arma. El último tiro lo hace después de que Souza gritase “¡corten!”. Baldwin conocerá el desenlace del caso Rust a mediados de julio.