Los premios Independent Spirit reconocen a ‘Vidas pasadas’ como la mejor película del año
La española ‘Upon Entry (La llegada)’ no logró ninguno de los tres premios del cine ‘indie’ a los que optaba
Ni en Hollywood, ni de noche, ni de gala, ni con alfombra roja, ni mucho menos con Scorsese ni Barbenheimer. Los premios del cine independiente, los Independent Spirit, que consideraron a Vidas pasadas como la mejor película del año, están hechos de otra pasta, tan independiente como su propio nombre indica. Para optar a ellos el presupues...
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Ni en Hollywood, ni de noche, ni de gala, ni con alfombra roja, ni mucho menos con Scorsese ni Barbenheimer. Los premios del cine independiente, los Independent Spirit, que consideraron a Vidas pasadas como la mejor película del año, están hechos de otra pasta, tan independiente como su propio nombre indica. Para optar a ellos el presupuesto máximo de una película debe ser de 20 millones de dólares, y no solo los ganadores, sino las categorías son muy distintas de las de otras entregas. Algunos premios tienen hasta nueve nominados, otros, apenas tres; no hay separación entre interpretación femenina y masculina, se premia a películas noveles en muchas categorías. El ambiente también es diferente: de mañana, en unas carpas efímeras levantadas junto a la playa de Santa Mónica, distendido y cargado de risas y aplausos. No era difícil ver a actrices descalzas a mitad de la gala, o a actores tomando café con gafas de sol entre premio y premio. “Si eres una actriz que lleva sus propios zapatos en la película, eso es indie, cariño. Y cuando hay solidaridad entre los miembros de los sindicatos de guionistas y actores, eso es indie, cariño”, bromeaba la cómica Aidy Bryant, la presentadora de los Independent Spirit, en su discurso.
Tras la noche de los premios del sindicato de actores, más reivindicativos, los del domingo fueron festivos y ligeros. Independientes. Will Ferrell llegaba en traje y zapatillas a la alfombra azul; Anne Hathaway con un mono de lentejuelas. El equipo de la película española Upon Entry (La llegada) iba elegante, de traje y sin corbata sus directores, Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vásquez, y su protagonista, Alberto Ammann, y de vestido largo sus actrices, Bruna Cusí y Laura Gómez. Y todos felices, sonrientes. Se mostraban sorprendidos, “como dentro de una peli”, decían, de verse rodeados de estrellas y paseando por la gala. Sus tres nominaciones finalmente no se convirtieron en premios: en mejor primer guion ganó Secretos de un escándalo, en mejor edición Cómo dinamitar un oleoducto y en mejor película novel, Mil uno.
Vidas pasadas, obtuvo los premios a la mejor película y mejor dirección, para Celine Song. Además de Da’Vine Joy Randolph, por Los que se quedan, en reparto, la mejor interpretación se la llevó Jeffrey Wright, el escritor frustrado y tramposo de American Fiction: “Queríamos profundizar en esta historia de una manera personal, pero también reírnos, sin miedo. Es estupendo ser reconocido, ha sido una temporada larga, pero demuestra interés en nuestro trabajo”, agradecía, ante la prensa. Dominic Sessa, el malhumorado alumno de Los que se quedan, ganó a la mejor actuación novel. “Esta película ha cambiado mi vida, Alexander Payne ha cambiado mi vida”, agradecía, emocionado.
Hubo clásicos de la temporada que se llevaron el premio, como Joy Randolph, que no ha perdido uno en estos meses y a cuyo Oscar ya pueden ir grabándole el nombre. Justine Triet se volvió a coronar con Anatomía de una caída como película internacional, que tiene cinco nominaciones al Oscar (pero precisamente no la de película internacional; Francia no la seleccionó).
Secretos de un escándalo ganó el mejor primer guion; en mejor guion fue para American Fiction. Kaouther ben Hania, director de Las cuatro hijas, ganador y ahora candidato al Oscar a mejor documental, afirmó en la sala de prensa que con premios como este “demuestran que todas las historias son universales”. El premio a la mejor primera película fue para Mil uno, el de la mejor edición para Cómo dinamitar un oleoducto y el de mejor fotografía para Los que se quedan.
El premio John Cassavetes, para la mejor película con un coste menor a un millón de dólares, fue para Fremont, escrita y dirigida por Babak Jalali, que retrata la vida de Donya, una solitaria inmigrante afgana veinteañera que trabaja como traductora en un pequeño pueblo de California y cuya aburrida vida cambia cuando empieza a escribir los mensajes que van dentro de las galletitas de la suerte. El premio Robert Altman a todo el reparto fue para la historia de una escultora Showing Up, que protagoniza Michelle Williams y que pasó por Cannes en 2022.
En cuanto a series, hay pocas categorías, y empataron The Last of Us y Bronca. La primera obtuvo el premio a mejor actor de reparto en una serie nueva (Nick Offerman) y al mejor descubrimiento en interpretación en una serie nueva (que fue para el pequeño Keivonn Montreal Woodard, de 11 años). La segunda triunfó en la mejor interpretación, para la muy premiada Ali Wong, y a la mejor serie nueva. El mejor reparto fue para Jury Duty (El jurado). La serie documental de cinco episodios Dear Mama (se puede ver en Disney+/Hulu), que repasa la vida del fallecido rapero Tupac Shakur y de su madre, la activista Afeni Shakur, se alzó como vencedora en su categoría.
Lo dejó claro y con buena retranca la presentadora Aidy Bryant, la presentadora de los Independent Spirit, en su discurso inaugural: “Estos premios solo se pueden hacer en Estados Unidos, donde 20 millones de dólares es una minucia”. Razón no le faltaba. En comparación con los gigantes del cine estadounidense, los proyectos que premian los galardones del cine independiente son pequeños... si se tiene en cuenta que el presupuesto de películas como Los que se quedan es de 16 millones de dólares y el de series como The Last of Us, de entre 10 y 15 millones por capítulo. La próxima y última parada será el 10 de marzo, ya en los Oscar.