Grammy Latinos 2023 en Sevilla: porque Shakira y Rosalía lo merecen

La capital andaluza acoge este jueves la gala de los premios más importantes en español con docenas de estrellas y la expectación de las actuaciones de la colombiana y la catalana. Es la primera vez en 24 años que se celebra fuera de EE UU

Lola Indigo actuando en la Plaza de España de Sevilla el 11 de noviembre, en los actos paralelos de la 24ª edición de los Grammy Latinos.Joaquín Corchero (Europa Press via Getty Images)

Carlos Marcos

Sevilla - 15 nov 2023 - 20:08CET

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Seguir leyendo Seguir leyendo

Ya soy suscriptor

Cuenta un músico español que el año que acudió a la gala de los Grammy Latinos en Las Vegas se dio cuenta de dónde estaba cuando se vio sometido al protocolo de la alfombra roja de estos premios. Los periodistas de 200 medios de todo el mundo aguardaban en esta antesala glamurosa e incómoda. El objetivo: preguntar asuntos intrascendentes a los músicos que pasan por allí, la mayoría nominados o presentadores. Para evitar el “y tú quién eres”, los músicos menos conocidos portan un cartel en sus manos donde aparece escrito su nombre. Puede tomarse la situación como una cura de humildad para el músico o como una toma de contacto algo engorrosa con la gala. Este año, al menos los artistas españoles se podrán librar de este paso, ya que la gala se celebra este jueves 16 de noviembre en Sevilla (la primera vez fuera de Estados Unidos en 24 ediciones, retransmitida en España por La 1 de TVE desde las 22.30 hora peninsular; en Latinoamérica, por Televisa Univisión) y cabe suponer que de los 150 medios acreditados es posible que los periodistas españoles identifiquen a los artistas de su país (¿esos de ahí son los murcianos Arde Bogotá?). Les tocará, pues, portar el cartel a colombianos, mexicanos, argentinos… Los favoritos son tres colombianos, cada uno con siete nominaciones: Shakira, Karol G y Camilo. El español con más nominaciones es Pablo Alborán, que suma cinco.

Se abre el sol en Sevilla en la víspera (miércoles 15) de los Grammy Latinos. Unos 23 grados durante casi todo el día que hace más llevaderas las gestiones para conseguir las acreditaciones a las 6.000 personas que mueven estos premios. Un cierto ambiente de caos que obliga a esperar a algún artista casi hora y media hasta encontrar su pase. Fue el caso de la brasileña Anitta. Ni tan mal para los periodistas, que solo aguardan una hora. Más complicado lo tienen las cocineras de la gala, que por no se sabe qué fallo no aparecen sus nombres en el ordenador. Han llegado a Sevilla desde un restaurante de Mallorca. Es de esperar que al final consigan el acceso y puedan atender a los 2.000 invitados a la cena/gala de la Persona del Año de los Grammy, que este año recae en la italiana Laura Pausini, que se celebra por la noche. Todo ocurrirá en los diferentes edificios que conforman el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (FIBES).

Alejandro Sanz, durante los ensayos en Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes) el pasado martes. Kevin Winter (Getty Images for Latin Recording Academy)

Los Grammy Latinos nacen en 2000 como un apéndice de los Grammy Internacionales, cuya primera gala se celebró allá por 1959. Aconsejados por pesos pesados de Miami como Emilio Estefan, Tonny Motola o Mauricio Abaroa, los Grammy originales accedieron a bifurcar su marca “para atender a la proyección de la música latina”. La sede que más se ha repetido es Las Vegas, pero también se han celebrado en Los Ángeles, Miami, Nueva York o Houston. Votan los miembros de la Academia Latina de la Grabación. “Más de 5.000 personas de 43 países”, informa la organización, entre “músicos, compositores, productores y otros profesionales creativos y técnicos que se especializan en los géneros latinos”. La regla principal es esta: “Todas las canciones que son consideradas para nominaciones deben ser nuevas y tener un porcentaje mínimo de la letra (51%) en español, portugués o cualquier dialecto autóctono regional”.

En 2010 se tenía previsto que la gala saliese por primera vez de Estado Unidos. Y la ciudad elegida fue Valencia. El estallido del caso Gürtel con la implicación de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana en ese momento, frenó el proyecto. Luis Merino, exdirector de Los 40 Principales y miembro de la Academia de los Grammy Latinos durante años, ha asistido a varias galas: “Cuesta mucho trabajo sacar los Grammy Latinos de Estados Unidos y tiene que haber una oferta muy potente en todos los sentidos para que salga de allí. Es mucho más fácil montar en Estados Unidos un espectáculo de este tipo. Hay muchas más empresas de producción y de luminotecnia, están muy acostumbrados y es más barato. Y la garantía que tienes de servicios es absoluta. Si lo haces en Las Vegas tienes transportes, hoteles... Me dijeron que en una gala se habían contratado 700 limusinas. Montar esto en Sevilla ha tenido que ser de un coste altísimo”. En concreto, unos 20 millones de euros, que ha aportado la Junta de Andalucía con alguna ayuda de los Fondos de Desarrollo Regional de la Unión Europea.

Existe una razón comercial más: utilizar España como trampolín para expandir al resto de Europa (Francia, Alemania, Italia, norte de Europa...) el furor actual por la música latina. Una vez conquistados los mercados de Latinoamérica, Estados Unidos y España, ahora toca el resto de Europa.

Se podrían citar unas cuantas pegas a esta entrega de premios (¿es necesario abarcar tanto hasta incluir una categoría a mejor álbum cristiano?), pero ocuparía demasiado espacio y agotaría al lector. Son unos galardones altamente comerciales y esto supone dejar fuera la otra parte del mundo. En el magma de categorías (suman 56) se encuentran propuestas notorias que no aparecen en las listas de los más escuchados de las sacrosantas plataformas digitales como Spotify. Algunas de ellas: Natalia Lafourcade, Valeria Castro, Silvana Estrada, Babasónicos, David Aguilar, Israel Fernández, Dante Spinetta… También AleMor, una colombiana que se ha colado con su preciso disco Beautiful Humans en la categoría de mejor álbum vocal, compitiendo con artistas consagrados como Pablo Alborán o Camilo. Colombiana de 34 años residente en Miami, AleMor (Alejandra Mor) responde a este periódico desde Madrid sobre si ganar un gramófono te cambia la carrera. “Totalmente. Podría cobrar más…”, se ríe, y añade: “Te abre más puertas y genera más oportunidades, eso está claro. Casi se me cae el café de las manos la mañana que me dijeron que estaba nominada”.

Unos veteranos como Molotov responden desde México: “Nos sentimos cómodos con los premios porque vamos a pasarlo bien, a saludar a amigos, a encontrarnos con gente que casi nunca vemos. También sentimos que en las nominaciones no siempre están los artistas que deberían estar. En muchas ocasiones encuentras a artistas que no precisamente corresponden al género de la nominación al cien por ciento. Pero quizá se deba a que muchas veces falta más música, falta más calidad y faltan más nominados para poder hacer estas categorías adecuadamente”.

Juanes y Rauw Alejandro, en un ensayo para la gala esta semana en Sevilla. Kevin Winter (Getty Images for Latin Recording Academy)

Queda ya olvidado el boicot que propuso J Balvin en 2021 por la poca presencia del género urbano. Los Grammy Latinos 2023 han abrazado alegremente lo urbano y las candidaturas rebosan reguetón, trap, rap… Habla AleMor, cuya propuesta de cantautora pop supone una excepción: “Yo no he encontrado en mi carrera ningún obstáculo por ser mujer y latina, pero sí he encontrado una falta de espacio para poder expresar mi arte por hacer música que no es urbana. No tengo nada en contra del género urbano, pero sí creo que ocupa demasiado espacio y opaca otros estilos que son hermosos”. El género urbano domina el mundo y unos premios tan pegados al mercado no pueden hacer otra cosa que seguir la tendencia. El compositor y productor mexicano-estadounidense Edgar Barrera, el que más nominaciones acumula (13), ofrece un dato a EL PAÍS sobre el fervor por cantar en castellano: “Trabajé con The Weeknd hace poco y quiere hacer algo en español”.

La ceremonia de los Grammy es básicamente un espectáculo de televisión. Este año solo asistirá público profesional e invitados. “Por limitaciones de aforo, la 24ª ceremonia de los Grammy Latinos no contará con entradas para el público en general. La mayoría de los asistentes serán nominados y personas de la industria de la música latina”, informan desde la organización. El Palacio de Congresos de Sevilla cuenta con 4.000 localidades. Y como una gala de este tipo vale lo que luzcan sus invitados, la organización ha puesto todas sus energías en que en el escenario se exhiban las grandes estrellas de momento. Lo han conseguido. Solo por ver las actuaciones de Shakira y Rosalía ya merece acudir al trabajo el viernes con algo de sueño. Cuentan que la catalana prepara algo en sintonía con el Día Internacional del Flamenco, que se celebra precisamente el 16 de noviembre. Veremos...

Pablo Alborán abraza a María Becerra durante los ensayos de los Grammy Latinos en Sevilla. Kevin Winter (Getty Images for Latin Recording Academy)

También actuarán Rauw Alejandro, Bizarrap, Pablo Alborán, Maluma, Camilo, Alejandro Sanz… Una veintena de artistas. Karol G, otra de las estrellas de la noche (siete nominaciones, como Shakira y Camilo), estará en Sevilla, pero no actuará. Solo faltaría el actual dios de la música latina, Bad Bunny, que tiene cinco nominaciones, pero a la organización no le consta que vaya a aparecer. Los presentadores son el músico colombiano Sebastián Yatra, la cantante mexicana Danna Paola, y las actrices Roselyn Sánchez, de Puerto Rico, y la española Paz Vega.

Y no se asuste el que los vaya a seguir por televisión: de las 56 categorías solo se concederán en la gala una docena, los más importantes. El resto se hará en una ceremonia no televisada.