CONVERSACIONES A LA CONTRA

Liza Ambrossio: “No puedes dedicarte al arte si no tienes un instinto suicida”

La artista mexicana, que ha desarrollado su obra entre Francia y España, expone en Logroño una muestra, ‘Toda devoción causa ira’, en la que revisa su trabajo hasta ahora

Liza Ambrossio, el 15 de octubre en Madrid.Santi Burgos

Liza Ambrossio es intensa, lo es su obra, lo es su discurso, lo es su manera de estar en el mundo. “No veo Netflix, vivo”, resume. Le gusta el trato con la gente, lo busca, lo exprime, de eso se nutre. Ella usa el adjetivo intenso para describir México, su país, nació en la capital hace 30 años: “Todo es muy intenso allí. La comida, el picante, los amores, las madres, la religión. Nada es plano. Y eso me ha hecho ser quien soy”. Una muestra de quién es esta artista, que no diferencia entre su vida y su trabajo, se puede ver en l...

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Liza Ambrossio es intensa, lo es su obra, lo es su discurso, lo es su manera de estar en el mundo. “No veo Netflix, vivo”, resume. Le gusta el trato con la gente, lo busca, lo exprime, de eso se nutre. Ella usa el adjetivo intenso para describir México, su país, nació en la capital hace 30 años: “Todo es muy intenso allí. La comida, el picante, los amores, las madres, la religión. Nada es plano. Y eso me ha hecho ser quien soy”. Una muestra de quién es esta artista, que no diferencia entre su vida y su trabajo, se puede ver en la sala Amós Salvador de Logroño hasta el 19 de noviembre. Toda devoción causa ira es una revisión de su carrera hasta ahora, sus obras plásticas siempre están vinculadas a la palabra, a los libros, en este caso también. Califica sus piezas de “liberadoras y en un sentido afrancesadas: son decapitantes. Es la construcción del mundo para volverlo a destruir y comenzar de nuevo”

Pregunta. ¿No quiere asentarse, prefiere estar siempre empezando?

Respuesta. No tengo miedo a comenzar constantemente porque aprendes. Tengo un hondo deseo de aprendizaje. Me gusta decir que mi trabajo es profundamente feminista, pero no en el sentido del feminismo estructurado eurocentrista, en el de la valentía de las mujeres que siempre sabemos enfrentarnos a los conflictos que se nos presentan.

Por México soy quien soy. España me ha hecho una profesional y Francia me ha convertido en adulta. Estos países son hogares para mí. Pero, a fin de cuentas, mi hogar más íntimo es mi mente. Creo que voy a ser una feliz espora toda la vida, una que pueda levitar en diferentes culturas y asumirlas como propias. La idea de nacionalismo representa una especie de enfermedad mental.

'La muerte española' (2023), de la serie 'La etapa bruja', de Liza Ambrossio.

P. Huyó de su país tras una asfixiante infancia y adolescencia. Su padre se suicidó; más tarde, un buen amigo de juventud, también; la relación con su madre era muy dura. ¿Qué es México para usted?

R. Es un trauma que no se acaba, pero al que no guardo rencor. Si hubiera nacido hombre, mi vida sería diferente. Sigue siendo la capital mundial de los machos. México se ha convertido en un cementerio de mujeres. Y esto también es objeto de mi creación.

P. ¿Cómo es su proceso de trabajo? ¿Por qué no quiere que la clasifiquen como fotógrafa?

R. La fotografía es un medio para un fin. Comparo mi obra con la de la artista cubana Ana Mendieta [1948-1985], ella tampoco se consideraba fotógrafa y casi todos los registros de su obra que existen son fotográficos. Mi trabajo tiene un cuerpo que comienza con la fotografía y el vídeo, pero la única motivación es que yo era una nómada, lo sigo siendo, y este era un formato portable y económico. Nunca he sido leal a ese universo. Todos somos poliamorosos en el mundo del arte. Mi poliamor tiene que ver con desarrollar todas las ideas y sentimientos posibles en el formato que requieran. Estoy en un momento de construcción. Le pasa a cualquiera, también a los empresarios; en sus 20, 30 o 40 [años] viven un periodo de construcción. El arte también es empresa.

México se ha convertido en un cementerio de mujeres.

P. ¿Se puede vivir del arte?

R. Claro. Pero has de tener una red de gente que trabaje contigo, que te apoye en todo lo que el artista no necesariamente debe saber: leyes, contabilidad… y eso cuesta dinero. Tienes que generar un respeto, sobre todo por la obra. Sin ella y sin el artista nada de esto existiría y los autores son los más desprotegidos. Hay que exigir y controlar contratos, que se entienda nuestra disciplina, no hay horarios de salida o de entrada. Es un trabajo por el que das la vida. No puedes dedicarte al arte si no tienes un instinto profundamente suicida.

P. Eso es poco alentador.

R. Bueno, las posibilidades de fracasar son altísimas. Sin embargo, el arte es el último espacio de libertad, donde no deberíamos doblegarnos a lo institucional. Si lo logras, sobrevives.

P. A veces no se puede dar la espalda a lo institucional.

R. ¡Claro! Es un doble juego (ríe). Al final, lo más importante para mí es que la obra tenga un espacio, que llegue al público, que transcienda. Mi obra es más importante que yo.

Liza Ambrossio, el 15 de octubre en Madrid.Santi Burgos

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