El autor de ‘Juego de Tronos’ y otros escritores denuncian a la empresa de inteligencia OpenAI por “robo sistemático” de sus obras

George R. R. Martin y otros creadores consideran que ChatGPT viola los derechos de autor por permitir a otros usuarios hacer uso de sus libros sin permiso para escribir nuevas versiones

El escritor George R. R. Martin, en una imagen de 2022.

Los escritores George R. R. Martin (Juego de Tronos), John Grisham (El informe pelícano) y Jonathan Franzen (Libertad) son algunos de los 17 escritores que el pasado martes denunciaron...

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Los escritores George R. R. Martin (Juego de Tronos), John Grisham (El informe pelícano) y Jonathan Franzen (Libertad) son algunos de los 17 escritores que el pasado martes denunciaron en el Distrito Sur de Nueva York a la empresa OpenAI, creadora del chatbot con inteligencia artificial (IA) generativa ChatGPT, por violar sus derechos de autor y por un “robo sistemático a escala masiva” de sus obras. Los creadores consideran en su demanda que esta tecnología usó sus libros para alimentar a lo que se conoce por modelos de lenguaje (LLM, en sus siglas en inglés). Esto es, la inteligencia artificial incorpora todos estos textos a estos programas para entrenar a su IA y así mejorar su capacidad de crear contenidos con un lenguaje cada vez más similar al de una persona.

Todos los autores apuntan en la denuncia que con este uso de sus obras, cualquier usuario puede recurrir a ChatGPT para escribir precuelas y secuelas de superventas como Canción de hielo y fuego de R. R. Martin. Es decir, versionar a partir de textos originales protegidos por derechos de autor y gracias al avance de la inteligencia artificial, al creador de las novelas de fantasía que inspiraron la serie Juego de Tronos. Un trabajo que ni el propio escritor ha terminado. Por el momento, no ha publicado las dos novelas que culminarán esta saga.

Un portavoz de OpenAI explicó este miércoles que la empresa “respeta los derechos de autor y está manteniendo conversaciones productivas con muchos creadores en todo el mundo”, incluido el Authors Guild, sindicato de escritores que ha puesto la demanda en nombre de estos autores. Mary Rasenberger, directora ejecutiva de esta organización, escribió en un comunicado que “los autores deben tener la capacidad de controlar sus obras y cómo son utilizadas por la IA generativa para preservar la literatura”. Otra de las quejas que aparece en la denuncia es la duda que plantean los autores sobre el lugar de donde extrae la IA las obras, ya que podría tratarse de “depósitos de libros piratas”. En el comunicado, también se expresa la preocupación por que los autores pudieran ser reemplazados por sistemas como ChatGPT que “generan libros electrónicos de baja calidad, haciéndose pasar por autores y desplazando los libros escritos por humanos”.

La pretensión de este grupo de escritores es que un tribunal prohíba a OpenAI utilizar obras protegidas por derechos de autor en sus LLM sin “autorización expresa” y solicitan una indemnización por daños y perjuicios de hasta 150.000 dólares por obra (más de 140.000 euros). La denuncia se une a la de otros creadores que han demandado a empresas similares como Meta Platforms por las mismas razones, evitar que a partir de sus creaciones se entrene a sus programas de IA.

Hasta el momento, estas empresas tecnológicas defienden que sus chatbots no plagian el contenido de los artistas, sino que se inspiran en sus obras para crear obras propias. El pasado agosto, OpenAI se defendió asegurando que los propietarios de páginas web cuentan con las herramientas necesarias para no permitir que su contenido sea usado para adiestrar su LLM, como ya han hecho periódicos estadounidenses como The New York Times.

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