Muere Juan Antonio Carrete Parrondo, el mayor experto en grabado español
Fue un hombre generoso y un avanzado impulsor del estudio y difusión del arte, la creatividad y el trabajo colaborativo
Juan Antonio Carrete Parrondo (Madrid, 1944-2023) falleció en Madrid el pasado 2 de junio, a los 79 años. Decir de él que fue el mayor experto en grabado español sería reducir el ámbito de sus conocimientos, intereses y actividades. Por encima de todo fue un hombre generoso y un avanzado im...
Juan Antonio Carrete Parrondo (Madrid, 1944-2023) falleció en Madrid el pasado 2 de junio, a los 79 años. Decir de él que fue el mayor experto en grabado español sería reducir el ámbito de sus conocimientos, intereses y actividades. Por encima de todo fue un hombre generoso y un avanzado impulsor del estudio y difusión del arte, la creatividad y el trabajo colaborativo. Y así lo demuestra su paso por las instituciones que bajo su dirección y asesoramiento experimentaron una transformación que las situó a la vanguardia de su género.
Sus primeros pasos profesionales definieron una de sus principales virtudes, la que tienen los buenos maestros. Profesor en el colegio Nuestra Señora de Loreto, sus enseñanzas estuvieron marcadas por el fomento de la capacidad crítica y el cuestionamiento sistemático como principal paso para el conocimiento y el desarrollo personal. Idéntica metodología empleó en sus muchos años de docencia en el centro asociado de Madrid de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Paralelamente desarrolló una carrera investigadora centrada en el estudio del arte gráfico español, con obras que constituyen un obligado referente historiográfico. En ellas demostró un profundo conocimiento del grabado y del correcto uso del lenguaje ya que la precisión terminológica fue otra de sus constantes preocupaciones.
Fue secretario de la revista Goya, que bajo su dirección experimentó una notable transformación, pero sobre todo será recordado con añoranza por sus años al frente de la Calcografía Nacional. La catalogación y cuidado de sus fondos, las numerosas exposiciones y publicaciones, muchas de ellas referentes para los especialistas, y sobre todo su sentido institucional, formando un equipo de profesionales, le permitieron poner a la Calcografía en primera línea de los estudios y difusión del arte gráfico. Su visión moderna le llevó además a desarrollar, con el apoyo de las administraciones públicas y de la sociedad civil a través del patrocinio privado, un buen número de actividades y ediciones de arte contemporáneo que enriquecieron los fondos de la institución y dieron entrada a los principales artistas de nuestros días, desde los consagrados a los más jóvenes, creando el Premio Nacional de Grabado y el Certamen de Jóvenes Creadores. Fueron precisamente los jóvenes a los que dedicó gran parte de sus esfuerzos, participando en el programa de Escuelas Taller donde se formaron estampadores, diseñadores gráficos, restauradores, historiadores y museógrafos que actualmente desarrollan su trabajo en buen número de instituciones de nuestro país.
Su capacidad de anticipación le llevó a confiar en las entonces denominadas nuevas tecnologías, implementando un taller de estampa digital en la Calcografía que durante años participó de forma innovadora en España en el desarrollo de las posibilidades que estos medios brindan a los artistas. Esta clarividencia hizo de Juan Carrete un especialista en el siglo XVIII, un ilustrado de nuestro tiempo, atento a todo aquello que podía transformar la sociedad desde la cultura. Y así, tras abandonar la Calcografía, desarrolló la última parte de su carrera en el Ayuntamiento de Madrid. Primero como director del Centro Cultural Conde Duque, que transformó en un lugar de encuentro, pensamiento y desarrollo de cultura contemporánea. Allí se dieron los primeros pasos para la creación de Intermediae y de Medialab, ubicados en los renovados edificios del Matadero y de la Serrería Belga, que pusieron a Madrid en el mapa de los centros de creación contemporánea de las principales ciudades europeas, especialmente en los ámbitos del arte digital y la creación colaborativa.
Pero la verdadera pasión de Juan Carrete fue la obra de Goya y Picasso a quienes dedicó numerosos estudios y exposiciones. Sin duda en el espíritu crítico y libre de ambos encontró un espejo, y del mismo modo que en su autorretrato de los Caprichos, el pintor mira de reojo a su alrededor, Juan Carrete miró nuestro tiempo con gesto satírico tratando de mejorarlo con su quehacer diario. Al igual que Goya dio a conocer al público su pensamiento a través de las estampas, en los últimos años Juan puso gran parte de su saber en la red, a través de su página Arteprocomun, o del Diccionario Interactivo de Ceán Bermudez, alojado por la Academia de San Fernando.
Como reconocimiento a su dilatada carrera, el Rey le entregó en junio de 2021 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que le había sido concedida en 2019.
Su viaje a Ítaca ha sido largo, lleno de experiencias y conocimientos que ha sabido disfrutar y transmitir a todos aquellos que tuvimos la fortuna de tratarle. El vacío y la tristeza que nos deja sabemos que solo es temporal, pues como él mismo decía, debemos seguir trabajando y viviendo. Para todos los que tenemos la suerte de navegar en su mismo barco y guiarnos con su ejemplo, incluso la dignidad y serenidad con la que afrontó su llegada a Ítaca ha sido una lección.