Marvel incendia las redes al incluir una superheroína israelí en la nueva ‘Capitán América’

La actriz israelí Shira Haas, protagonista de la exitosa serie ‘Unorthodox’, dará vida al personaje, que surgió en los cómics en 1980

Shira Haas, en una escena de 'Unorthodox'.

Shira Haas, la protagonista israelí de la exitosa serie Unorthodox, acaba de descubrir que aprender yidis y raparse el pelo puede resultar más fácil que aceptar un papel de superheroína. El mes pasado, Marvel anunció que Haas, de 27 años y la primera actriz israelí nominada a un Emmy y a un Globo de Oro, personi...

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Shira Haas, la protagonista israelí de la exitosa serie Unorthodox, acaba de descubrir que aprender yidis y raparse el pelo puede resultar más fácil que aceptar un papel de superheroína. El mes pasado, Marvel anunció que Haas, de 27 años y la primera actriz israelí nominada a un Emmy y a un Globo de Oro, personificará a Sabra, una superheroína israelí que comenzó a aparecer en los cómics del universo Marvel en 1980, en la cuarta entrega de Capitán América.

La película, que dirigirá Julius Onah, no se estrenará hasta 2024, pero el anuncio tocó la fibra sensible del conflicto palestino-israelí y generó una polémica en las redes sociales que acabó obligando a Marvel a emitir un comunicado.

El personaje representa el ángulo israelí en los cómics estadounidenses y contiene todos los estereotipos. Sabra es en realidad Ruth Bat-Seraph, una israelí judía que creció en un kibutz gestionado por el Gobierno israelí cuando se descubrieron sus superpoderes. Es policía, pero también se convirtió en el primer mutante en servir en el Mosad, el famoso servicio secreto de Israel en el exterior. Cuando se transforma en Sabra, viste de azul y blanco, con una estrella de David en el pecho, es decir, con los colores y elementos de la bandera de Israel.

El personaje hizo decenas de apariciones ―generalmente para combatir superhéroes árabes― en los cómics de Marvel hasta su desaparición en 2014, pero la miga está en una entrega de 1981 en la que aparece en portada de El increíble Hulk con el título ¡Poder en la Tierra Prometida!. En el relato, Bruce Banner, el alter ego de Hulk, ayuda a un niño palestino a huir de los vendedores que le persiguen por haber robado una sandía en un mercado de Tel Aviv. “Es muy duro ser un árabe en Israel”, le cuenta el pequeño. “Tanto mi gente como los israelíes dicen que esta tierra es suya. Podrían compartirla, pero dos libros muy antiguos les dicen que deben matarse por ella”. El niño entra entonces en una cafetería y muere por una explosión causada por terroristas palestinos.

Cuando la policía recién convertida en Sabra llega al lugar, cree que Hulk ha ayudado a los terroristas y comienzan a luchar. La superheroína le acusa de matar al niño y él le explica que ha muerto porque israelíes y palestinos rechazan compartir la tierra. Sabra se arrodilla frente al cuerpo inerte mientras se explica en la viñeta que “también es una mujer capaz de sentir” y las palabras de Hulk le han hecho ver a ese “niño árabe muerto como un ser humano”.

El relato es problemático (la explicación del conflicto como meramente religioso, el cliché femenino, la representación del árabe robando…), pero también ambivalente. Danny Filk, profesor del Departamento de Política y Gobierno de la Universidad Ben-Gurión del Neguev, recordaba en un artículo de 2020 en el diario Haaretz, con motivo del 40 aniversario del nacimiento del personaje, que la idea de que era difícil ser árabe en Israel era “muy radical” en los años ochenta, y que el texto es “muy crítico con el concepto nacional-religioso del Gran Israel”. Sin embargo, también plantea “una simetría que no es una simetría, porque un grupo nacional tiene un Estado y el otro, no” y el niño “no muere por la bala de un soldado israelí, sino como resultado del terrorismo palestino”.

El anuncio incendió las redes, con activistas propalestinos tuiteando las páginas más polémicas. La Campaña Palestina por el Boicot académico y Cultural de Israel calificó la decisión de Marvel de “glorificación del apartheid”, mientras que el Instituto para la Comprensión de Oriente Medio lo consideró “ofensivo, deshumanizador y activamente dañino para palestinos y musulmanes”. La Asociación de Musulmanes Estadounidenses por Palestina ha puesto en marcha una petición a Disney (dueña de Marvel) para que dé marcha atrás.

La politóloga y ensayista estadounidense Belén Fernández dedicó al tema un artículo de opinión, en la edición digital de la cadena Al Jazeera, en el que critica que se lleve a la gran pantalla “un personaje que cubre con una capa de superheroína la brutalidad estatal” cuando “la habilidad de Israel para la limpieza étnica y las masacres no se ha exactamente reducido en los últimos 74 años”. En respuesta a las críticas, Marvel matizó al diario The New York Times que el director dará a Sabra un “nuevo enfoque” y que todas las adaptaciones de personajes de cómics a la gran pantalla se hacen pensando en “la audiencia de hoy en día”.

Otro de los puntos espinosos es que el anuncio tuvo lugar seis días antes del 40 aniversario de la masacre de Sabra y Chatila durante la guerra civil libanesa (1975-1990), muy presente en la memoria colectiva en el mundo árabe. Allí, milicias cristianas asesinaron en tres días a entre varios centenares y 3.500 personas (no hay consenso sobre las cifras) sin que lo impidiesen sus aliados israelíes, que habían cerrado los accesos para que entrasen los falangistas e iluminaron la zona de noche. El nombre de la superheroína coincide con el de la localidad de Sabra, pero no están relacionados. Es la forma coloquial de denominar a los israelíes nacidos en la zona, en referencia al fruto de un cactus que es dulce por dentro y duro por fuera, como a ellos les gusta definir su personalidad.

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