A juicio los ladrones de memorabilia que querían vender la letra de ‘Hotel California’
La fiscalía de Nueva York acusa a tres hombres de conspirar para vender documentos del músico Don Henley, de los Eagles
“On a dark desert highway / Cool wind in my hair / Warm smell of colitas / Rising up through the air”. Así comienza Hotel California, el tema más emblemático de los Eagles. La canción que ha ayudado a vender millones de álbumes al grupo es también la estrella de un juicio que ha comenzado este martes en Nueva York. Tres hombres enfrentan un proceso en el Supremo de Manhattan por conspirar para vender los cuadernos y las notas de Don Henley, el batería y líder del grupo de la exitosa banda angelina de los años 70. Uno de los acusados es Glenn Horowitz, un renombrado comerciante de libros...
“On a dark desert highway / Cool wind in my hair / Warm smell of colitas / Rising up through the air”. Así comienza Hotel California, el tema más emblemático de los Eagles. La canción que ha ayudado a vender millones de álbumes al grupo es también la estrella de un juicio que ha comenzado este martes en Nueva York. Tres hombres enfrentan un proceso en el Supremo de Manhattan por conspirar para vender los cuadernos y las notas de Don Henley, el batería y líder del grupo de la exitosa banda angelina de los años 70. Uno de los acusados es Glenn Horowitz, un renombrado comerciante de libros antiguos y documentos valiosos que ha tenido entre su catálogo de ventas las obras de Don Delillo, Norman Mailer y Bob Dylan.
Entre el centenar de documentos supuestamente robados se encuentran también las notas de New Kid in Town y Life in the Fast Lane, dos temas que junto a Hotel California, himno de bares y radios de todo el mundo, abren el álbum de 1976. El disco ha vendido 26 millones de copias en Estados Unidos, donde ocupa el tercer sitio de los álbumes más vendidos de la historia. El primer lugar es también de este grupo con su recopilación de éxitos (y el segundo es para Thriller, de Michael Jackson).
“Los acusados intentaron quedarse y vender estos manuscritos únicos y valiosos, incluso sabiendo que no tenían ningún derecho a hacerlo”, dijo Alvin Bragg, el fiscal de distrito de Nueva York, en el arranque del proceso. La fiscalía asegura que el valor de las notas y papeles robados asciende al millón de dólares.
Horowitz, de 66 años, es uno de los brokers de archivos más importantes de Estados Unidos. Su despacho en Nueva York estaba decorado con carpetas de diferentes colores cuidadosamente ordenadas en libreros. Estas contenían cartas, fotografía y documentos familiares de diversos artistas. Los documentos más íntimos de Amadeo Modigliani, Vladimir Nabokov o Winston Churchill han pasado por sus manos. En 2003 negoció la venta de los papeles del Watergate por cinco millones de dólares en un caso que fue noticia internacional.
La fiscalía de Nueva York lo acusa de intentar hacerse de objetos robados y de obstaculizar las investigaciones. Sus cómplices, Craig Inciardi y Edward Kosinki, enfrentan cargos de posesión de propiedad robada. Los tres han sido acusados en el tribunal de elaborar un plan para dar legitimidad a un esquema que pretendía hacer pasar por legítima una transacción con valiosos documentos de dudosa procedencia.
“Estos hombres son inocentes... La oficina del fiscal de distrito alega crímenes que no existen y de forma injusta mancha la reputación de profesionales bien reputados”, aseguraron los abogados de los acusados en un comunicado.
El rastro de las canciones escritas por Don Henley se perdió en los años 70. El grupo, que había comenzado como una banda de apoyo para Linda Ronstadt en el Troubadour de West Hollywood, comenzaba a despegar en la década con Desperado y, sobre todo, con One of These Nights. Un escritor, quien no ha sido identificado en los documentos judiciales, fue contratado por el grupo para escribir la historia de éxito de los Eagles, conformada por músicos que habían tenido otros grupos y cuyos caminos se encontraron en Los Ángeles. El libro nunca fue publicado.
El biógrafo vendió los papeles a Horowitz en 2005. En 2012 reconoció en un correo electrónico que no recordaba cómo se había hecho con los documentos. Primero dijo que un asistente de Henley se los había enviado desde su casa en Malibú. Después dijo haberlos hallado esparcidos en los camerinos tras un concierto.
Sin aclararse el origen, Horowitz los vendió a Inciardi y Kosinski, quienes fabricaron un título de propiedad para despejar dudas. La fiscalía tiene correos electrónicos donde los acusados intentan acordar una única historia de cómo llegaron a sus manos. Henley demandó a estos cuando supo que tenían sus papeles y dijo a la policía que estos habían sido robados. La fiscalía argumenta que los acusados no obraron de buena fe. En lugar de devolverlos, emprendieron una larga batalla para evitar que los papeles volvieran al músico. Mientras negociaban un acuerdo con la casa de subastas Sotheby’s, intentaron que Henley se los comprara de vuelta, argumentando la legalidad de la operación con el título de propiedad. Una de las páginas le fue vendida por 8.500 dólares.
Cuando la policía comenzó en 2017 las pesquisas para determinar el origen de los papeles, Horowitz cambió nuevamente la historia. Después de volver a contactar al escritor, declaró que se había hecho con las canciones y las notas a través de Glenn Frey, uno de los fundadores del grupo. La versión era imposible de corroborar, pues el cantante había fallecido en Nueva York en enero de 2016. El comerciante lo sabía. En un correo al escritor dijo que al identificar a Frey como el origen “haría que todo esto acabara de una vez por todas”, aseguró la fiscalía de distrito.
“Esto expone la verdad sobre la venta de objetos altamente personales, robados y ocultos tras una fachada de legitimidad”, consideró en un comunicado el histórico manager de los Eagles, Irving Azoff, quien calificó el material en disputa de “piezas irremplazables de la historia de la música”. “Esperamos que devuelvan a Don su propiedad para que él y su familia la puedan disfrutan para la posteridad”, dijo el veterano de la industria, uno de los escasos administradores que han llegado al Salón de la fama del rock.