‘As bestas’, viaje a los infiernos rurales de la mano de Rodrigo Sorogoyen
El director recrea en su nueva película, presente en la sección Cannes Première, el asesinato en Galicia de un residente extranjero por sus propios vecinos de la aldea
El 19 de enero de 2010, en la remota aldea de Santoalla do Monte, del municipio de Petín (Ourense), el holandés Martin Verfondern fue asesinado a tiros. Había llegado hasta aquel pueblo en mayo de 1997 “buscando el aire y el agua más puros” para fundar su particular ideal de vida ecológica, según había contado a EL PAÍS. Pero entre las casas derruidas encontró la inquina de una familia, los Rodríguez, un ...
El 19 de enero de 2010, en la remota aldea de Santoalla do Monte, del municipio de Petín (Ourense), el holandés Martin Verfondern fue asesinado a tiros. Había llegado hasta aquel pueblo en mayo de 1997 “buscando el aire y el agua más puros” para fundar su particular ideal de vida ecológica, según había contado a EL PAÍS. Pero entre las casas derruidas encontró la inquina de una familia, los Rodríguez, un anciano matrimonio y sus dos hijos. La convivencia se pudrió cuando Verfondern y su esposa empezaron a reclamar sus derechos sobre el monte comunal. Aquel 2010 Verfondern, que había entregado meses antes a este diario vídeos y pruebas gráficas de la violencia que estaba sufriendo (”terrorismo rural”, lo calificaba), desapareció. Su cadáver apareció devorado por las alimañas en 2014. En la sentencia del juicio, fueron declarados culpables los hermanos Juan Carlos (discapacitado mental por una caída de caballo, que disparó “porque le calentaron la cabeza y lo hizo para agradar a su padre y a su hermano”, según el fiscal) y Julio Rodríguez González (el mayor, que encubrió el crimen y escondió el cuerpo y el coche de Verfondern), hijos de Manuel O Gafas, el anciano desconfiado y ludópata que trataba de imponer su ley del “terror” (en palabras de la víctima). Aquella tensión in crescendo, aquella olla a presión, ha alimentado el guion de As bestas, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 40 años), que de nuevo ha escrito el guion con Isabel Peña (Zaragoza, 38 años). Se estrena este jueves en la sección Cannes Première, creada el año pasado en el festival.
Sentados en la terraza de un hotel de Cannes (Sorogoyen lleva algunos días en la ciudad, Peña está recién aterrizada), ambos empiezan a recordar todo el tiempo que le han dedicado a la historia. “La escribimos en 2015 e iba a ser nuestra siguiente película tras Que dios nos perdone”, recuerda el director. “Se ha ido retrasando por muchos motivos: la oferta de hacer un thriller, y así nació El reino, la posibilidad de desarrollar Madre en corto y en largo, y la serie Antidisturbios”. A su lado, Peña explica que el guion les gustaba mucho y sabían que saldría “con la libertad necesaria”. A ello se sumó el año de la pandemia y de la búsqueda de un actor francés protagonista. Porque As bestas juega con los elementos reales, pero ha enriquecido la trama. El matrimonio, que en la ficción es francés —encarnado por dos intérpretes de peso, Denis Ménochet y Marina Foïs—, tiene una hija que se quedó en su país. En el bar de la zona donde se reúnen los lugareños, nadie se atreve a llevarle la contraria a Zan (Luis Zahera) ni a su hermano pequeño discapacitado, que quieren que el pueblo venda los terrenos comunales a una empresa de energía eólica. Antoine, el francés, intenta convencerles de que existe una posibilidad de albergar turismo rural y que por ello está restaurando las casas gratis. Sus vecinos, en cambio, temen que la oferte vuele a otro concejo, y el dinero les haría salir del barro. “En estos años hemos matizado en los personajes y en los temas en los que queríamos ahondar”, subraya Peña. “Es más humano y más profundo”.
En As bestas hay un dibujo claro del falso paraíso, “de esa romantización de vuelta al pueblo de nuestra generación, que poco tiene que ver con lo que encuentras”, explica la guionista. “Luego sufres las dificultades, el barro a las cinco de la mañana... La película también tiene algo de pequeña colleja a nuestra generación”, cuenta. Por supuesto, “hay ingredientes de ecologismo, o de ese ‘a mí por qué va a venir un extranjero a enseñarme algo del pueblo, y encima un francés”, incide Sorogoyen, reflexiones sobre la vida actual, “y más temas positivos y negativos en constante conflicto y no siempre corresponden a los personajes buenos y malos”, según Peña, “que son en el fondo los temas que nos interesan según nos vamos haciendo mayores”.
La búsqueda del actor francés se hizo larga. Con Foïs (El taller de escritura) a bordo, varios intérpretes llegaron a charlar sobre el guion con Sorogoyen y Peña. “El protagonista era mayor, de casi sesenta años, y acabamos con Ménochet [Malditos bastardos, Custodia compartida], más joven, que llena más la pantalla y aporta calor al papel”, dicen al alimón.
As bestas es el segundo rodaje en francés de Sorogoyen, tras Madre. “Ya me siento cómodo con el idioma, aunque llegaba alguna noche con la cabeza como un bombo”, recuerda entre risas. Sí es su primera vez en Cannes, y lo viven con “alegría”. “Es un honor estar aquí”, dice Peña. “Es bastante sorprendente, hace mucha ilusión entrar en este club. Para nuestra salud nos anunciaron más tarde de lo que podría ser previsible que nos seleccionaban”.
Cannes Première es un invento del año pasado para aumentar más películas en la sección oficial. “Y se ha hecho de rogar, aunque a cambio aquí estamos”, explica Sorogoyen. “Además, vamos a estrenar en Francia en verano, antes que en España, que será en noviembre. Y esa carrera hecha por delante del estreno nacional tranquiliza”.