‘En un muelle de Normandía’: el escritor Emmanuel Carrère también es cineasta, y dirige con brío
El Princesa de Asturias de las Letras dirige su tercer largometraje adaptando un libro de Florence Aubenas, que se infiltró en un batallón de limpiadoras del ferry que atraviesa el Canal de la Mancha
En Corredor sin retorno (Samuel Fuller, 1963), un periodista cuerdo ingresaba voluntariamente en un psiquiátrico con el objetivo de ganar el premio Pulitzer contando la brutal experiencia. Se volvió loco y, por supuesto, no obtuvo el galardón. En Los viajes de Sullivan (Preston Sturges, 1941), un director de cine de evasión, obsesionado por hacer una gran película sobre la miseria y el sufrimiento, recorría disfrazado de vagabundo los pueblos más desfavorecidos de los Estados Unidos de la Gran Depresión para conocer de primera mano la sensación y lograr su trascendente obra magna...
En Corredor sin retorno (Samuel Fuller, 1963), un periodista cuerdo ingresaba voluntariamente en un psiquiátrico con el objetivo de ganar el premio Pulitzer contando la brutal experiencia. Se volvió loco y, por supuesto, no obtuvo el galardón. En Los viajes de Sullivan (Preston Sturges, 1941), un director de cine de evasión, obsesionado por hacer una gran película sobre la miseria y el sufrimiento, recorría disfrazado de vagabundo los pueblos más desfavorecidos de los Estados Unidos de la Gran Depresión para conocer de primera mano la sensación y lograr su trascendente obra magna. Acabó desechando la idea de hacer la mejor tragedia rodada nunca y decidió filmar una comedia que hiciese reír a la gente.
Los trabajos de investigación sobre el terreno, los que tienen más que ver con la infiltración que con la observación, no siempre salen como se espera. Al menos en el cine. Seguramente porque hay en ellos una arrogancia, ya sea social o intelectual, que hace que no baste con el disfraz y el oficio para imitar, y aún más para comprender, una situación personal inimaginable para el altivo. Algo de eso puede haber también en el ejercicio llevado a cabo por Florence Aubenas, la periodista y reportera de guerra que se infiltró en un batallón de mujeres de la limpieza tras la crisis de 2008, sin que sus compañeras conocieran su verdadera identidad ni sus objetivos, para acabar describiendo en El muelle de Ouistreham su inmersión en la clase trabajadora y su labor de exploración y de denuncia de sus penosas condiciones laborales. Al menos ella logró un éxito rotundo y su libro se convirtió en superventas.
En un muelle de Normandía, adaptación cinematográfica del texto de Aubenas, viene además con la firma de alguien acostumbrado a las pesquisas y a la novela de no ficción: Emmanuel Carrère, reciente premio Princesa de Asturias de las Letras, formidable autor de, entre otros libros, El adversario y Limónov, del que quizá parte de los lectores desconocieran su faceta cinematográfica como director, esporádica y menor si la comparamos con la literaria —apenas dos películas anteriores, una ficción y un documental, y la última, de hace 16 años—, pero de particular brío: la adaptación de El bigote (2005), su novela de 1986, no editada en España hasta 2015, es una soberbia película de corte kafkiano, perturbadora en su cotidianidad enajenada, sobre la crisis de identidad, la demencia y el desencuentro sentimental. Pero nunca se estrenó en España.
Hay, por tanto, una lógica evidente en que haya sido Carrère quien se encargue de las tribulaciones de Aubenas, con la siempre perfecta Juliette Binoche en el frente interpretativo, acompañada además, como en Nomadland —otra reciente adaptación cinematográfica de una labor investigadora—, de una corte de trabajadoras de la limpieza reales ajenas a la actuación; dos de ellas, de hecho, interpretándose a sí mismas. El resultado es una película que durante al menos dos tercios de su relato se presenta auténtica y desoladora, mostrando la impotencia de las de abajo frente a la sinrazón de los de arriba, y el respeto y la solidaridad mutuos en un universo laboral que no admite descansos. 230 camas a cuatro minutos por cama, en el ferry que atraviesa el Canal de la Mancha.
Sin embargo, el último trecho de la película, el del descubrimiento por parte de sus compañeras, resulta algo atropellado. Sin la profundidad ni la reflexión necesarias, a esa coda del encontronazo social entre lo genuino y lo impostado le falta una conversación más desarrollada y le sobra sutileza. Sobre todo, porque detrás de ese nebuloso reencuentro entre las dos amigas de trabajo, y su ausencia de veredicto, que queda para el espectador, lo que puede esconderse es el complejo de culpa y la mala conciencia por haberse adueñado de unas vidas ajenas.
EN UN MUELLE DE NORMANDÍA
Dirección: Emmanuel Carrère.
Intérpretes: Juliette Binoche, Emily Madeleine, Evelyne Porée, Didier Pupin.
Género: drama. Francia, 2021.
Duración: 107 minutos.
Estreno: 28 de enero.