La directora chilena que indaga en la muerte de un millar de niños tutelados

Tras su paso por Locarno, Claudia Huaiquimilla presenta en la Seminci de Valladolid ‘Mis hermanos sueñan despiertos’

Paulina García con los jóvenes protagonistas de 'Mis hermanos sueñan despiertos'. En vídeo, el tráiler de la película.Vídeo: EPV

Desde muy pequeña, la directora chilena de etnia mapuche Claudia Huaiquimilla (34 años) se supo excluida de la propia Constitución de su país. “Como indígena, siempre me he cuestionado quiénes son los que escriben la historia y quiénes protagonizan los libros de texto y las películas. Por eso me interesan esos personajes a los que nadie presta atención”, contaba el pasado mes de agosto, poco antes del estreno mundial de su segundo largom...

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Desde muy pequeña, la directora chilena de etnia mapuche Claudia Huaiquimilla (34 años) se supo excluida de la propia Constitución de su país. “Como indígena, siempre me he cuestionado quiénes son los que escriben la historia y quiénes protagonizan los libros de texto y las películas. Por eso me interesan esos personajes a los que nadie presta atención”, contaba el pasado mes de agosto, poco antes del estreno mundial de su segundo largometraje en el festival de cine de Locarno.

En Mis hermanos sueñan despiertos cuenta una historia de jóvenes olvidados, inspirada en hechos reales. Ángel y su hermano menor, Franco, llevan un año recluidos en un centro de internamiento de menores. Pese a las dificultades, han formado un sólido grupo de amigos con quienes pasan los días compartiendo sueños de libertad. Hasta que deciden convertir ese anhelo en algo real.

La cinta llegó el pasado viernes a las salas de Chile y se proyecta durante estos días en la Seminci, el festival de cine de Valladolid. Con ella Huaiquimilla busca poner rostro a las cifras que dan testimonio de la que es una de las grandes tragedias de la sociedad chilena.

Más de 1.300 jóvenes y niños murieron entre los años 2005 y 2013 mientras se encontraban bajo la tutela del Servicio Nacional de Menores (SENAME), organismo perteneciente al Gobierno de la nación. Las investigaciones realizadas por el Congreso chileno en 2013 y 2014 destaparon malos tratos físicos y psicológicos, abusos sexuales cometidos por adultos y compañeros y falta de atención médica ante enfermedades graves. Están parecen ser las principales causas que explican tal nivel de mortalidad en centros concebidos como lugar de acogida.

Antes de que se hicieran públicos los apabullantes datos, la directora y su equipo visitaban a menudo algunos de los centros para proyectar ante los jóvenes su anterior película, Mala junta (2016). En una de sus primeras paradas visitaron el centro que está situado en la sureña ciudad de Puerto Montt. Habían leído en los periódicos que, años antes, habían muerto allí ocho chicos, asfixiados durante el incendio que ellos mismos habían provocado tras amotinarse.

Al llegar al lugar, Huaiquimilla encontró un puñado de fotografías completamente desgastadas de los fallecidos. “Las familias las habían colocado en uno de los costados del muro de entrada, a modo de recuerdo, pero ninguno de los trabajadores del centro cuidaba ese memorial y los rostros de los chicos habían desaparecido. Me impactó tanto que escribí esta historia para volver a darle color a esos retratos”, cuenta.

Desde que se conocieron las fatales estadísticas del SENAME, se hizo mucho más complicado trabajar en estas instituciones, que aplicaron muchas más restricciones a los equipos de cine y televisión interesados en acceder a ellas. La buena relación de la directora con los trabajadores del Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado de Graneros, situado a 75 kilómetros de Santiago de Chile, le permitió finalizar el rodaje. El equipo de la película tuvo que completar todas las secuencias de interiores en un mismo día, recuerda Huaiquimilla.

Varios de esos trabajadores sociales que la ayudaron inspiraron el personaje que interpreta la actriz Paulina García, protagonista de uno de los grandes éxitos internacionales del cine chileno, Gloria, con el que ganó el Oso de Plata de la Berlinale en 2013. García encarna a una mujer que intenta inocular esperanza en los jóvenes a los que educa.

Claudia Huaiquimilla se inspira en hechos reales para el relato de su segundo largometraje, 'Mis hermanos sueñan despiertos'.

La cinta queda conectada con el estallido social chileno de 2019, que a su vez se hermana con las protestas callejeras contra las élites políticas sucedidas en lugares como Hong Kong, Líbano y Puerto Rico. “Las consignas que escuchamos en las calles de Santiago de Chile son las que de algún modo aparecen en el guion. Y ese hambre por romper con el relato que se nos ha impuesto hasta ahora también va a favorecer al cine de mi país”, opina la cineasta.

Su siguiente paso ha sido rodar junto a Gaspar Antillo (Nadie sabe que estoy aquí) la primera serie original de Netflix Chile. 42 días en la oscuridad es un relato de suspense, también basado en hechos reales, que arranca con la desaparición de una mujer y la carrera contra el tiempo que inicia su hermana para encontrarla.

Huaiquimilla cuenta que su próxima película, Mapurbe, es igualmente un relato femenino. “Es una historia que está centrada en los años 90, cuando estaban a punto de celebrarse los 500 años de la llegada de España a Latinoamérica y, a su vez, se estaba desarrollando en Chile un movimiento indígena muy fuerte, liderado por mujeres. Es una historia que no se ha contado y que yo viví en primera persona”, avanza.

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