‘Culpable’: ‘remake’ para el lucimiento de Jake Gyllenhaal

Remake de la película danesa de 2018 The Guilty, dirigida por Gustav Möller, Culpable es un thriller claustrofóbico que ocurre enteramente en un centro de llamadas de emergencia de la policía de Los Ángeles, concretamente en la mesa de un agente sobre el que cae un juicio disciplinario. Una idea sencilla y bien calculada para el lucimiento de su intérprete principal y (al menos de cara a la cámara) ...

Remake de la película danesa de 2018 The Guilty, dirigida por Gustav Möller, Culpable es un thriller claustrofóbico que ocurre enteramente en un centro de llamadas de emergencia de la policía de Los Ángeles, concretamente en la mesa de un agente sobre el que cae un juicio disciplinario. Una idea sencilla y bien calculada para el lucimiento de su intérprete principal y (al menos de cara a la cámara) único, Jake Gyllenhaal.

La cámara de Antoine Fuqua se pega a los ojos azules del actor y lo que en un principio parece una encerrona para el espectador se convierte en un thriller de acción capaz de mantenerlo en vilo. Gyllenhaal sabe aprovechar bastantes aspectos de su personaje, aunque en el tramo final se desata tanto como la propia trama de la película dejando ver una mecánica un tanto falsa.

En el radio de tiempo de una madrugada el personaje que interpreta Jake Gyllenhaal experimenta una catarsis personal a través de un suceso externo que le cae por azar como policía de guardia. Mientras los incendios destruyen los alrededores de Los Ángeles y la oficina de emergencias echa humo, el policía recibe la llamada de una mujer pidiendo ayuda mientras disimula una conversación de despedida con su propia hija. Un hilo telefónico aterrador que es el pistoletazo de salida de un relato que seguiremos a través de las voces de unos personajes que jamás aparecerán en pantalla. Un viaje oral a la enajenación que ocurre en el rostro de este policía algo turbio y ensimismado, que esconde problemas personales que vamos intuyendo y que se obsesiona con un suceso. La película se mueve por un escenario mínimo, pero cada vez menos ajeno para la mayoría, una realidad virtual en la que solo hay voces y pantallas abiertas a un nuevo universo de interpretaciones y paranoias.