Nazario, la continua reinvención de un irreverente

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo reúne todas las facetas creativas del artista sevillano, padre del cómic ‘underground’ en España, en una gran retrospectiva

Nazario posa durante el montaje de su retrospectiva en la instalación 'Plaza Real', en el CAAC de Sevilla.Paco Puentes

Nazario, el artista que no necesita apellido, lleva más de 60 años contando historias. Historias descarnadas, irónicas, eróticas, brutales y provocadoras que ha ido creando con lo que tenía a su alcance. Primero con acordes de una guitarra, después en viñetas en blanco y negro en fanzines o en lujosos álbumes a color y, más tarde, en el único escenario de un cuadro, para después pasar a la escritura, la fotografía y el vídeo. ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Nazario, el artista que no necesita apellido, lleva más de 60 años contando historias. Historias descarnadas, irónicas, eróticas, brutales y provocadoras que ha ido creando con lo que tenía a su alcance. Primero con acordes de una guitarra, después en viñetas en blanco y negro en fanzines o en lujosos álbumes a color y, más tarde, en el único escenario de un cuadro, para después pasar a la escritura, la fotografía y el vídeo. Nazario Luque (Castilleja del Campo, Sevilla, 77 años), padre del cómic underground en España, es un culo inquieto que va por la vida defendiendo la libertad individual de todas las criaturas, especialmente de los excluidos.

El historietista ha inaugurado en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) de Sevilla la muestra Nazario, una gran retrospectiva con más de 200 obras —muchas de ellas múltiples— que recorre su trayectoria desde el primer cómic a lápiz sobre Juana de Arco que dibujó en la escuela a los 15 años hasta vídeos y fotografías tomados este año desde el balcón de su casa en la Plaza Real de Barcelona, la atalaya desde donde le gusta ejercer de voyeur.

La muestra, la mayor que se ha realizado hasta ahora del artista y que estará abierta hasta el 28 de febrero de 2022, incluye también su faceta de coleccionista con dos ejemplos relacionados con Sevilla, donde vivió antes de trasladarse a Barcelona en 1971 “con una carpeta de dibujos bajo el brazo”, y en las que deja ver su nostalgia por la ciudad. Se trata de unas 250 postales de los años cincuenta de la Feria de Abril, que forman parte de una colección de 15.000, y una veintena de piezas de cerámicas antiguas de La Cartuja, vajillas que salieron del mismo lugar que hoy alberga la muestra: el antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas.

Una visitante observa obras del artista sevillano Nazario, en una exposición retrospectiva en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). Paco Puentes

Antes de la inauguración de la exposición, el jueves 23, Nazario dio un paseo por las amplias salas del monasterio con este periódico para hilar un relato entrelazado con su propia vida, en obras en las que aparecen él, Alejandro ―su pareja durante 36 años—, los novios de ambos, el artista y performer Ocaña y hasta el guitarrista Diego del Gastor, con quien Nazario aprendió a tocar en Morón de la Frontera, su primer destino como maestro de escuela. “Si van a venir niños a ver la exposición, que firmen antes que no se van a escandalizar con nada”, advierte el dibujante, conocido por sus explícitas escenas homoeróticas y sus críticas a la Iglesia católica, por las que tuvo problemas con la censura durante la dictadura.

“Muchas de las historietas que dibujé en Sevilla no las publiqué hasta que llegué a Barcelona y sacamos El Rrollo Enmascarado en 1973 con Mariscal, Farry y Pepichek. Una de ellas fue Sábado, sabadete, que dibujé cuando estaba leyendo La ciudad y los perros, de Vargas Llosa, y por eso aparecen las ensoñaciones de los personajes que se mezclan con el tiempo real, cada uno persigue cosas distintas. Por ejemplo, en una escena en la bodega de la Viuda [Casa Morales, en Sevilla] estamos Diego del Gastor y yo con melena y bigote. Son dibujos muy minuciosos en los que se puede ver hasta la medalla de la Virgen del Rocío que lleva colgada la chica”, explica el artista, quien no está demasiado conforme con el montaje de Juan Antonio Álvarez Reyes, director del CAAC. “Él es un poco minimalista y yo soy más barroco”, comenta en referencia a la decisión del comisario de no incluir algunas obras seleccionadas en principio.

Nazario, a quien los años no han restado ni empatía con los demás ni ganas de disfrutar del sexo, se para ante la primera y la última portada de El Víbora, el cómic al que estuvo vinculado desde su nacimiento en 1979 hasta que cerró en 2004 y que dio a conocer su trabajo en toda España. La exposición incluye dos pruebas de portada de 1979, cuando la revista pretendía llamarse Goma-3 y las autoridades no lo permitieron por su alusión a los explosivos que usaba la banda terrorista ETA.

Para Emilio Bernárdez, director de La Cúpula, la editorial de El Víbora y que también ha publicado casi toda la obra gráfica del artista, Nazario fue “una revolución en el mundo del cómic” y tuvo el valor de hablar de temas con los que nadie se atrevía. “Cosas que hoy son normales como los colectivos LGTBI y sus derechos antes no lo eran y Nazario tuvo los santos huevos de hacer esa obra y nosotros, de publicarla”, asegura Bernárdez, quien recuerda cómo en 1981 en el festival de Angulema los editores franceses le preguntaron cómo podían publicar esas cosas en España, cuando en su país era imposible.

En la instalación 'Plaza Real' pueden verse miles de imágenes tomadas por el artista en los últimos años.Paco Puentes

Francesc Capdevilla, ‘Max’, quien comenzó con Nazario en El Rrollo y coincidió con él durante todo el periodo de El Víbora, define al dibujante como “una persona clarividente”. “Para mí fue un ejemplo y lo continúa siendo. Se dio cuenta de la capacidad del cómic para contar cosas que en otros lenguajes no se podían contar. Es un maestro”, explica Max, quien aclara que, a pesar de que el cómic se contempla ahora como un arte y se ha popularizado, los historietistas siempre han vivido en precario. “Por eso hemos metido nuestras narices en otros oficios más rentables como la ilustración, en mi caso”, apunta.

En el repaso por la trayectoria de Nazario ocupa un lugar principal su personaje más popular: Anarcoma, el detective travesti que tantos adeptos tiene por el mundo. Aparecen un protoanarcoma de 1974, que no tiene mucho que ver con el dibujo final, y viñetas de varias de sus aventuras hasta 1985. El primer travesti de la historia del cómic según su autor es un macarra sofisticado que se pasea por la Barcelona canalla de los años setenta y ochenta. También pueden verse páginas de Salomé, del fascinante universo que creó para Turandot, inspirada en la ópera de Puccini, o de Alí Babá y los 40 maricones, uno de sus últimos cómics a principios de los noventa.

Nazario señala una de sus obras.Paco Puentes

El paseo de la mano de Nazario está lleno de referencias a Alejandro, su pareja que falleció en 2014. Él, junto a otros amigos, novios y amantes aparecen en las 65 fotos eróticas realizadas entre 2000 y 2021 que se muestran por primera vez como una sola pieza. Nazario, que se confiesa tan tímido que dejó de tocar la guitarra porque no podía hacerlo ante el público, no tiene ningún problema en explicar con todo lujo de detalles las cualidades amatorias de sus modelos.

Otro de sus inseparables colegas, Pepichek (Josep Farriol), ve a Nazario como un libertador en unos años en que el régimen reprimía no solo a los homosexuales, sino a cualquiera que se saliera del tiesto. “Sus historias tan claras, rotundas y fuertes fueron una bofetada que nos hizo despertar. Utilizó el cómic, aunque podría haber contado sus historias en una pantalla, su lenguaje es casi cinematográfico, pero con unos recursos mínimos”, aclara Pepichek, quien ahora es diseñador de jardines.

Nazario está en plena forma y no tiene intención de bajar el ritmo. Sigue haciendo fotos y vídeos, cuida con esmero los 120 árboles y plantas que tiene en la azotea de su casa, herencia de Alejandro, escribe y busca editorial para una obra muy particular.

“Cuando murió Alejandro me quedé colgado, nunca me ha gustado vivir solo y entonces pasó algo que me ayudó a sobrellevar el duelo: en la plaza había tres alcohólicos en sillas de ruedas y a los que llevaba 20 años fotografiando, pero sin cruzar palabra: una alemana que había sido bailarina, un marroquí y un español manco. Un día me vieron con una bolsa de la compra y el marroquí me preguntó: ‘¿Qué llevas ahí?’, cuando le dije que sardinas me dijo que le gustaban mucho y que le gustaría probarlas. Así que subí a casa, cociné y les bajé las sardinas. Se convirtió en una costumbre y cada día durante cinco años en lugar de cocinar solo para mí lo hacía para los cuatro. Veía sus broncas, conocí sus historias… y al final esa obligación me ayudó a sobrellevar la pena”, comenta el artista, quien ha escrito esas vivencias y las acompaña de fotografías de los años que compartió con sus “vecinos” de abajo que ya se han mudado, dos al otro mundo y uno a una residencia.

El montaje 'La casa', con diez trabajos realizados entre 1995 y 2008, reúne obras (acuarelas, tinta china y lápiz sobre papel) en las que Nazario recrea la vida desde su casa en la Plaza Real de Barcelona. Paco Puentes

'Nazario'

Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (Isla de la Cartuja, Sevilla).

De martes a sábado de 11 a 21 horas.

Domingos y festivos de 10 a 15:30 horas.

Hasta el 28 de febrero de 2022.

Entrada gratuita.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Sobre la firma

Más información

Archivado En