‘Donde caben dos’: divertida apología de otras formas de amar

El filme es una ruptura de muros morales, bien escrito e interpretado a la perfección por un plantel donde cada actor y actriz parece el perfecto para su papel

Imagen de 'Donde caben dos'. En el vídeo, el tráiler.

En paralelo a Perdiendo el Este, su discreta película de debut en la dirección, Paco Caballero desarrolló ese mismo año 2019 un proyecto mucho más personal que la secuela de Perdiendo el Norte: What is love, cortometraje de casi 20 minutos filmado en un bello plano secuencia, con su escritura en solitario, que ahondaba en los vanos intentos de una pareja por conservar un amor hacía tiempo destruido, a través de nuevas formas de excitación sentimental y sexual que lo que ún...

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En paralelo a Perdiendo el Este, su discreta película de debut en la dirección, Paco Caballero desarrolló ese mismo año 2019 un proyecto mucho más personal que la secuela de Perdiendo el Norte: What is love, cortometraje de casi 20 minutos filmado en un bello plano secuencia, con su escritura en solitario, que ahondaba en los vanos intentos de una pareja por conservar un amor hacía tiempo destruido, a través de nuevas formas de excitación sentimental y sexual que lo que único que hacían era revelar su hastío interno y poner de relieve que simplemente resulta imposible “intentar quererse”.

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Caballero, que en 2012 ya había apuntado a la diana de los estragos del amor con Doble check, otro corto, estrena ahora Donde caben dos, una película ambiciosa no solo en lo humorístico y en lo formal, sino también en lo social, a pesar de estar compuesta como una comedia comercial (y puede que lo sea, pues es bien inteligente). Las muy recientes Sentimental (Cesc Gay, 2020) y Poliamor para principiantes (Fernando Colomo, 2021) han mostrado el meridiano interés mediático, social y seguro que personal por otros modos de amar poco o nada relacionados con la monogamia y el romanticismo, y Donde caben dos reincide con un luminoso retrato coral muy bien filmado, y una estupenda colección de canciones muy dispares que encajan a la perfección con las imágenes a las que ponen sonido, y La pared, de Bambino, como clímax.

Es Donde caben dos una divertida ruptura de muros morales, bien escrita (con ecos de Resacón en las Vegas en una de las tramas), e interpretada a la perfección por un plantel donde cada actor y actriz parece el perfecto para su papel. La doble ambientación, un club de intercambio de parejas en el que convergen hasta cuatro tramas principales, y una cena en la que dos matrimonios juegan a intentar la osada práctica, está visualizada además con una (muy difícil de resolver) fusión entre explicitud y finura, libertad y recato, insolencia y buen (mal) gusto.

Queda quizá una única duda con la película: si era necesaria la redundante apología final, narrada por la voz en off de la anfitriona del club. Un panegírico de Caballero en contra del dolor en el amor y a favor de la libertad de actuación para alcanzar cualquier forma de felicidad en torno a la pasión y al sexo, perfecto en la teoría, si no fuera porque en la práctica esos mismos modos de conducta sentimental pueden llevar a otras formas de dolor, aunque no en el camino de la tradicional decencia sino en el de la feliz indecencia. Y esa puntual amargura, que en realidad podía subyacer en la totalidad de la historia, queda borrada por el tono excesivamente optimista de su cierre.

DONDE CABEN DOS

Dirección: Paco Caballero.

Intérpretes: Ernesto Alterio, Anna Castillo, Álvaro Cervantes, María León.

Género: comedia. España, 2021.

Duración: 110 minutos.

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