Festival de cine de Málaga: segundo año de la era covid

Sin alfombra roja y con los patios de butacas a un tercio de su capacidad, el certamen se inaugura este jueves centrado en la exhibición para ofrecer la foto fija del cine español en pandemia. Secun de la Rosa, que inaugura la cita, ausente por coronavirus

Una mujer posa junto a un cartel de José Coronado en la exposición 'Cine de cerca' en la calle Marqués de Larios, en Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

Sin alfombra roja desplegada por la ciudad, apenas unas banderolas en el paseo marítimo y una exposición de retratos en calle Larios recuerdan que este jueves arranca la vigesimocuarta edición del festival de cine de Málaga, la segunda desarrollada durante la pandemia. La cita vuelve con todas las medidas sanitarias ...

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Sin alfombra roja desplegada por la ciudad, apenas unas banderolas en el paseo marítimo y una exposición de retratos en calle Larios recuerdan que este jueves arranca la vigesimocuarta edición del festival de cine de Málaga, la segunda desarrollada durante la pandemia. La cita vuelve con todas las medidas sanitarias introducidas el verano pasado y lo hace más centrada que nunca en el cine. Las proyecciones son ahora el pilar fundamental de un festival que se inaugura esta noche con El Cover, con la que Secun de la Rosa se estrena como director. El actor catalán no podrá asistir a la gala inaugural, que presentarán Toni Acosta y Silvia Abril, por haber contraído recientemente la covid-19. El viernes se prevé algún chaparrón, pero este junio malagueño recibirá al cine español rondando los 30 grados. Hasta el 13 de junio se sucederán 11 días de cine (uno más de lo habitual), durante los que 19 películas competirán por la Biznaga de Oro.

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Si hay algo que ha mareado hasta el último día a la organización han sido las restricciones motivadas por la covid, a merced de la política. Málaga es hoy la única provincia andaluza en nivel 1, el más flexible de la región, así que teatros y cines tienen autorización para llegar a aforos al 85% de la capacidad. Se exige, sin embargo, una localidad de separación delante, detrás, a izquierda y a derecha. Ello reduce los más de 600 asientos del patio de butacas del teatro Cervantes a apenas 200. La dirección ha trabajado por modificar esta circunstancia porque no entiende que mientras tanto los turistas puedan llegar a Málaga en trenes o aviones repletos y sin distancias.

La taquilla del Teatro Cervantes, en Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

Con los teatros a un tercio de capacidad, el festival queda reducido al mínimo. “Hay que adaptar el formato a la realidad”, dice el director del festival, Juan Antonio Vigar. La organización ya desplazó su fecha habitual de celebración ―suele ser a principios de la primavera― para dar tiempo a que mejorase el contexto sanitario (y, de paso, al cine español para rodar más películas). “Fue un acierto: la situación ha mejorado, aunque no lo suficiente”, reconoce Vigar, que repite como un mantra dos conceptos: prudencia y responsabilidad. Cree que el festival servirá, eso sí, para que el cine español se reencuentre, pero con mesura. Ya habrá tiempo de celebrar a lo grande las bodas de plata en 2022, ya en las fechas clásicas, durante la segunda quincena de marzo.

“Volvemos con mascarillas y las distancias de seguridad, como en 2020, pero creo que este año hay más ganas que nunca de ver cine”, afirma Macarena Astorga, que debuta en la Sección Oficial con La casa del caracol, protagonizada por Paz Vega y Javier Rey y para cuya proyección ya no quedan entradas, como ocurre también con la gala inaugural. La suya es una de las dos películas malagueñas —la segunda es Hombre muerto no sabe vivir, de Ezekiel Montes— que aspiran a la Biznaga de Oro, algo que ocurre por primera vez en el certamen. Ambos, como todos los invitados, tendrán que pasar por el hotel AC Málaga Palacio, donde el festival ha instalado un dispositivo médico. Allí se someterán a una prueba de antígenos antes de alojarse en sus habitaciones en alguno de los hoteles elegidos por la organización, como el Miramar, donde se ha habilitado un espacio para los photocall, solo ante la prensa.

Lonas publicitarias de películas en la plaza de la Constitución, en Málaga.Garcia-Santos (El Pais)

Con 2.321 películas inscritas —hay 181 seleccionadas en los distintos apartados entre largometrajes, cortometrajes y documentales—, la saludable foto fija que muestra la competición oficial del cine español es una mezcla donde aparecen cineastas consagrados como Agustí Villaronga (El vientre del mar) y otros llamados a renovar el sector, como Julia de Paz (Ama) y Ainhoa Rodríguez (Destello bravío). También hay mucha comedia. Ahí se encuadran las cuatro películas fuera de concurso, donde destaca Historias lamentables, de Javier Fesser, quien recibirá la Biznaga de Honor. Entre el cine rodado en español, hay películas procedentes de Perú, Colombia, México, República Dominicana o Uruguay, y el argentino Lucas Turturro vuelve a Málaga con una ficción (Cómo mueren las reinas), una década después de obtener una mención del jurado en documentales.

En el resto de programación hay joyas como All The Souls, dirigida por Roberto Lozano y que supuso el último trabajo como director de fotografía de Roberto Fraile, asesinado recientemente en Burkina Faso. El encuentro de documentalistas se ha cancelado, pero se mantiene la sección dedicada al género. Entre las presencias destacadas en este apartado aparece el nombre de Carolina Astudillo, dos veces ganadora de la Biznaga de Plata al mejor documental. Hay varios filmes de temas sociales como la inmigración (#Boza), la transexualidad (Sedimentos) la precariedad laboral (#PrecarityStory) o el suicidio (Retiros (in) voluntarios). Hay risas aseguradas en A comuñón da niña prima Andrea, de Brandán Cerviño.

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