Ernesto Alterio: “Humanizar a un maestro mitificado es un proceso doloroso”
El actor hispanoargentino encarna en ‘Crónica de una tormenta’ a un director de periódico que decide quién será su sucesor en una disputa brutal
Tenía cinco años cuando su familia tuvo que salir con él de Argentina y emigrar a España. “Claro que entiendo qué pasó y por qué”, recuerda hoy con 50, “pero en aquel momento me robaron mi mundo”. La respuesta entristece al entrevistado, Ernesto Alterio, porteño de nacimiento, pero criado en Madrid. Y tiene que ver con que, aunque está de promoción de Crónica de una tormenta, un drama cuya trama se desarrolla en España, responde vía telemática desde Buenos Aires, donde está rodando desde hace un mes ...
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Tenía cinco años cuando su familia tuvo que salir con él de Argentina y emigrar a España. “Claro que entiendo qué pasó y por qué”, recuerda hoy con 50, “pero en aquel momento me robaron mi mundo”. La respuesta entristece al entrevistado, Ernesto Alterio, porteño de nacimiento, pero criado en Madrid. Y tiene que ver con que, aunque está de promoción de Crónica de una tormenta, un drama cuya trama se desarrolla en España, responde vía telemática desde Buenos Aires, donde está rodando desde hace un mes Santa Evita, una serie de Disney + dirigida por Rodrigo García sobre la desaparición del cadáver de Eva Perón, basada en la novela homónima de Tomás Eloy Martínez. “Fue un best seller. A mí me toca protagonizar una de las tres líneas de la trama, la del coronel Moori Koenig, de familia alemana, que empezó como asistente de Evita, y que después de que Perón fuera derrocado, recibió de los militares golpistas la misión de esconder y vigilar el cadáver de Evita. Y acabó enamorado de ese cuerpo. Es una serie vastísima, llena de recovecos”. Además, le devuelve a su ciudad natal. “Sí, emocionalmente es distinto. Cuando ruedo aquí doy voz a ese niño que nunca pudo protestar ante aquel viaje, y que quería seguir tranquilo en su guardería”.
Alterio no reniega de España. “Por supuesto, ahí he crecido, me he desarrollado personal y profesionalmente, y no puedo estar más que agradecido”, insiste. Y eso que durante un tiempo no tuvo claro que fuera a ser actor. “Es un deseo que me costó asumir. Lo rechazaba de entrada. Todos me machacaban con el ‘vas a ser actor como tu papá'. Y por eso probé antes infinidad de cosas, porque me daba pudor. Me costaba colocarlo. Hoy, obviamente, lo tengo asumido”.
Crónica de una tormenta se desarrolla en un día de Nochebuena. El director de un periódico (Alterio) va a dimitir y en las horas previas a la celebración navideña debe decidir quién le sustituirá: su subdirectora amiga (Clara Lago), gran periodista pero sin agallas, o el subdirector trepa capaz de todo por conseguir noticias y ascender.
“Cuando ruedo en Argentina doy voz a ese niño que nunca pudo protestar ante su traslado a España con cinco años"
“Hay algo de análisis de cómo se toma el poder en una corporación en general, más allá de que esté centrada en un medio de comunicación. Mi personaje se siente más hombre de negocios que periodista, y lamenta esa situación”, explica Alterio. “A mí me interesa mucho la relación del director con su subalterna, de la que ha sido mentor. Ella, mujer, aspira al cargo de su maestro, hombre, y eso vertebra una relación muy delicada, donde la frontera del abuso es muy fina. Yo he estado en ambos lados, y son situaciones complejas. Solemos tener figuras idealizadas... y el proceso de humanizar a un maestro se vuelve peligroso y doloroso. Es necesario, por supuesto. A mí me ha pasado, por supuesto... pero no voy a decir nombres”, cierra con una carcajada. “Tendemos a idealizar a las figuras y olvidamos que son seres humanos, con sus virtudes y defectos”.
Para su investigación, Alterio leyó el libro El director, de David Jiménez. “Mariana Barassi, la directora de la película, nos recomendó varias lecturas, y hablé con amigos periodistas”, recuerda el actor. “Esto sirvió de base para el terreno en que nos íbamos a mover, pero lo importante de la película es la relación entre esos dos seres, y podría darse en muy distintos ámbitos”. Es un personaje más calmado que los últimos en los que ha participado, como Lo dejo cuando quiera, Ventajas de viajar en tren o Te quiero, imbécil, en la que encarnaba a un influencer argentino. “Sí, pertenece más al universo de Un mundo normal, de Achero Mañas, que estrené el año pasado”, confirma. “Me interesa mucho este terreno, aunque me gustan los histriónicos. Con el tiempo siento que he desarrollado una capacidad para ser todoterreno”.
Estrenos prepandemia, rodajes pospandemia
Al actor se le acumulan los estrenos prepandemia y los rodajes pospandemia. “En realidad tanto esta serie como la película de Álex [de la Iglesia], El cuarto pasajero, eran proyectos que tenía que haber realizado en 2020. He tenido suerte, dentro de todo. Fíjate, con Crónica de una tormenta participé en el primer gran festival tras el final del confinamiento, el de Málaga. Poco a poco vamos haciendo. Y mi padre [el actor Héctor Alterio] ya ha recibido la segunda dosis de la vacuna, y mi madre [la psicoanalista Ángela Bacaicoa] la primera. Va bien”.
“Quiero dirigir. Antes tenía más inquietud en este terreno, aunque se calmó cuando empecé a pintar”
Aún le quedan algunos debes. Por ejemplo, visitar Bacáicoa, el pueblo navarro del que procede su familia materna. “Me queda por ir. Con lo cerca que está... Siento mucho ese lado navarro de mi abuelo materno, Luis Bacaicoa, y por eso hay algo familiar cuando voy al País Vasco. Lo mismo me ocurrió al visitar el pueblo de donde salieron rumbo a Argentina mis abuelos paternos, Carpinone, en el centro de Italia. Algo dentro de mí se armonizó en esa visita. Viví que yo era de allí, la gente se parecía a mí. Era extraño y familiar a la vez”. Otro debe: “Quiero dirigir. Antes tenía más inquietud en este terreno, aunque se calmó cuando empecé a pintar, y lo incorporé a mi rutina artística. Con todo, sé que antes o después dirigiré. El deseo va madurando”.