Primavera teatral en Barcelona
De entre muchas funciones, me quedo con diez. Algunas me han tocado mucho; por la gente que sonríe a la salida intuyo que me van a gustar
La felicidad de ver, de repente, que en Barcelona vuelve a iluminarse un buen puñado de teatros por encima de las calles a media luz, de los bares y cafés cerrados, de los silencios como si hubiéramos retrocedido en el tiempo. Vuelvo a ver público riendo y aplaudiendo, o con silencios conmovidos. Tras esos meses de sequía, vuelve la risa como el regalo del agua fresca. Y como no quiero exagerar, se impone seleccionar breves listas. De entre muchas funciones, me quedo con diez. Algunas me han tocado mucho; por la gente que sonríe a la salida intuyo que me van a gustar. Son diez estrenos; alguno...
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La felicidad de ver, de repente, que en Barcelona vuelve a iluminarse un buen puñado de teatros por encima de las calles a media luz, de los bares y cafés cerrados, de los silencios como si hubiéramos retrocedido en el tiempo. Vuelvo a ver público riendo y aplaudiendo, o con silencios conmovidos. Tras esos meses de sequía, vuelve la risa como el regalo del agua fresca. Y como no quiero exagerar, se impone seleccionar breves listas. De entre muchas funciones, me quedo con diez. Algunas me han tocado mucho; por la gente que sonríe a la salida intuyo que me van a gustar. Son diez estrenos; algunos llegan de Madrid, pero podrían ser bastantes más. Y viceversa.
Hasta el 4 de abril estará La Calòrica en la sala Petita del TNC con De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda, una farsa sobre la crisis climática durante una ruidosa reunión de vecinos. El texto es de Joan Yago, la dirección de Israel Solà. Mónica López encabeza el reparto. Del 10 de marzo al 11 de abril, el Teatre Akadèmia abre sus puertas a la versión de David Yves de La Venus de la pieles, de Sacher-Masoch, con Raquel Ferri y Rubén de Eguía, a las órdenes de Guido Torlonia. Abril trae abundante material. La Villarroel presenta (del 1 de abril al 9 de mayo) Classe, de Iseult Golden y David Horan, una historia familiar, en versión y dirección de Pau Carrió, con un buen trío: Pol López, Carlota Olzina y Pau Roca.
La felicidad de ver, de repente, que en Barcelona vuelve a iluminarse un buen puñado de teatros por encima de las calles a media luz, de los bares y cafés cerrados
Del 8 de abril al 2 de mayo, Àlex Rigola adapta Anatomía de un instante, la crónica de Javier Cercas sobre el 23-F, en el 40 aniversario del ridículo golpe. Una obra que protagonizarán Enric Auquer, Pep Cruz, Xavi Saez y Roser Vilajosana, en el Lliure de Gràcia. Del 21 de abril al 9 de mayo, Lina Lambert, Imma Colomer y Lurdes Barba dirigen entre las tres Talking Heads de Alan Bennett: Una cama entre las lentejas, La mano de Dios y Las noches en los jardines de España. Arrancan en la Akadèmia, y está por fijar la fecha del TNC. La traducción al catalán la hicieron Anna Soler Horta y Moisès Maicas.
Cerrando abril, dos inclasificables joyas que maravillaron en Madrid: no han de perderse Las canciones, de Pablo Messiez (se estrena el 22 y solo estará tres días en el Lliure de Montjuïc porque se va el 25), ni El bar que se tragó a todos los españoles, escrita y dirigida (tres horas que vuelan como una pluma) por Alfredo Sanzol, jefe del CDN. Fue un gran éxito en Madrid y posiblemente repita en la sala grande del Lliure del 28 de abril a 2 de mayo. Y el 2 de mayo cierra Els Brugarol, ácido retrato familiar escrito y protagonizado por Ramon Madaula, su sobrino Jaume Madaula y Estel Solè, dirigidos por Mònica Bofill, en el Poliorama. Del 27 de mayo al 20 de junio, Vicky Peña, Imma Colomer, Muntsa Alcañiz y Lurdes Barba protagonizan I només jo vaig escapar-ne, de Caryl Churchill. Dirige Magda Puyo. Unas damas inglesas toman el té mientras en el jardín el mundo parece venirse abajo. Lliure de Montjuïc, del 27 de mayo al 20 de junio.
Y de nuevo el Lliure grande en Montjuïc, del 3 al 20 de junio, Història d’un senglar, del uruguayo Gabriel Calderón, con un soliloquio portentoso a cargo de Joan Carreras emulando a Ricardo III.