La política del arte

Galardonada en la Seminci, en esta ópera prima del dibujante de ‘Le Monde’ Aurel, convergen, y de qué modo, el arte y la política

Una imagen de 'Josep'. En vídeo, tráiler de la película.

En la figura de Josep Bartolí confluyen el arte y la política, la creación de un universo creativo propio en un entorno histórico hostil. Pintor y dibujante, comisario del POUM durante la Guerra Civil, Bartolí emigró a Francia tras la caída de Barcelona y pasó por los campos de concentración del Gobierno galo en 1939, en aquel tiempo en que “la gendarmería trató como a animales” a los exiliados republicanos españoles que se habían enfrentado al fascismo, poco antes de que el nazismo se los llevara por d...

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En la figura de Josep Bartolí confluyen el arte y la política, la creación de un universo creativo propio en un entorno histórico hostil. Pintor y dibujante, comisario del POUM durante la Guerra Civil, Bartolí emigró a Francia tras la caída de Barcelona y pasó por los campos de concentración del Gobierno galo en 1939, en aquel tiempo en que “la gendarmería trató como a animales” a los exiliados republicanos españoles que se habían enfrentado al fascismo, poco antes de que el nazismo se los llevara por delante también a ellos.

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En la película histórica de animación Josep, ópera prima del dibujante del periódico Le Monde Aurel, también convergen, y de qué modo, el arte y la política. Los diseños están realizados a partir de la base creativa de los dibujos del propio Bartolí, que ya habían servido para ilustrar la novela gráfica La retirada, escrita por su sobrino, Georges Bartolí, y por Laurence García, y publicada en 2009. En algunas de las secuencias, las del taller de Bartolí, ha colaborado el fantástico pintor catalán Magí Puig. El guion está escrito por Jean-Louis Milesi, coescritor habitual de las historias sociales de Robert Guédiguian. Sílvia Pérez Cruz pone voz al rol de Frida Kahlo, también con presencia en el relato, y ha compuesto la banda sonora. Pero, finalmente, es el drama de “los rojos españoles que dicen que comen críos”, en palabras de uno de los guardianes, el que domina un conjunto de enorme sensibilidad y patente activismo, donde tampoco dejan de aparecer las sempiternas luchas entre los distintos bandos de la izquierda.

Relatada a caballo entre dos épocas, aquellos años de penuria y exilio, y el presente, comandado por los últimos días de uno de los policías galos que custodiaban el campo de concentración, Josep prefiere el trazo sencillo, con mayor colorido en la época contemporánea y tonos apagados en el pretérito, con dominio del ocre y del gris, y opta también por un tipo de animación deliberadamente tosco, sin apenas movimiento en los personajes y asentado en la leve vibración del colorido.

El estilo, por tanto, es casi más conceptual que material, otorgando a la obra cinematográfica, galardonada en la Seminci en el apartado de dirección, nominada a mejor película animada en los Premios del Cine Europeo y con el sello del Festival de Cannes de 2020, un carácter en muchos momentos más cercano a lo onírico que a lo palpable. “¿Así es como os enseñan a dibujar en tu país? No es muy realista, ¿no?”, le espeta un guardia a Bartolí en el campo al ver sus creaciones. La ignorancia artística, la ineptitud política.

JOSEP

Dirección: Aurel.

Intérpretes (voces): Sergi López, David Marsais, Valérie Lemercier, Gérard Hernández.

Género: animación. Francia, 2020.

Duración: 72 minutos.

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