Cuando el ser humano saca su bestia interior
El director surcoreano Lee Jeong-ho propone su versión del largometraje francés 'Asuntos pendientes', 'The Beast', que se acaba de estrenar en España
El cine de Corea del Sur vive su mejor momento tras el éxito de Parásitos. Sin embargo, el interés por películas como la de Bong Joon-ho es más antiguo y lo demuestran los varios remakes de éxitos como Into the Mirror u Oldboy en Hollywood. Esta vez pasa lo contrario. Llega a los cines de España una versión coreana de Asuntos pendientes (2004), largometraje francés de Olivier Marchal interpretado por Gérard Depardieu y Daniel Auteuil. Se llama The Beast y está dirigida por Lee Jeong-ho, cineasta de 45 años que solo había tenido contacto una vez con el mundo occidental para presentar en 2010 su obra Bestseller en el Festival de Cine de Bruselas.
The Beast, que ha participado en el último BCN Film Fest, se desarrolla alrededor de dos policías que se enfrentan a un caso con inaudita competitividad para jugarse su promoción a toda costa. El thriller busca “mantener la emoción del original tanto como sea posible, pero también cambiar mucho la historia”, afirma Jeong-ho en una entrevista a este diario por correo electrónico. De hecho, en el trabajo original el conflicto entre los dos detectives no llega a ser violento como en su versión coreana, caracterizada por un clímax que conduce a un final trágico, en el estilo de otras obras del cine de este país. “El mal no se presenta de forma violenta, sino que es una brecha muy pequeña que va convirtiéndose en una erosión muy lenta”, cuenta el director.
Porque el objetivo de esta película es demostrar que “todos tenemos una bestia encerrada dentro de nosotros, es solo cuestión de cuándo aparece”, como sostiene un personaje al principio del filme. El veterano policía Han-Su, el actor Lee Sung-min, combate el mal de un asesinato en serie con las manos manchadas de sangre; su colega Min-Tae, interpretado por You Chea-myung, aprovecha sus debilidades de una forma poco ética. Los que parecen profesionales honestos se convierten lentamente en villanos.
La relación entre Jeong-ho y el thriller empezó antes de su periodo universitario. Los filmes estadounidenses les parecían buenos pero “la atmósfera, el color y la puesta en escena” de los europeos les atraían más. Cuando le ofrecieron una nueva versión de Asuntos pendientes, no dudó ni un segundo, pero había que darle vida propia: “Si en el original las palabras clave fueron las de fe y amor, traición y venganza, la nueva versión es la historia de un detective que lidia con el deseo de atrapar el mal y el de subir de grado. Algunas opciones no son correctas o incorrectas, pero conllevan responsabilidad. Las elecciones incorrectas siempre causan otro problema. No es demasiado tarde entonces, pero los humanos vuelven a tomar decisiones equivocadas. Cuando miras hacia atrás, te das cuenta de que has llegado a un punto en el que no puedes regresar. Si te miras al espejo, ya te has convertido en una bestia”, dice.
Hay muchas personas que conocieron por primera vez la existencia de películas coreanas a través de ‘Parásitos'. Sin embargo, Corea ha estado haciendo buenas películas durante mucho tiempo
El director cita como su principal influencia a un grupo musical en lugar de otros cineastas. La música de la banda de rock coreana Jaurim es la base para la construcción del ambiente de The Beast, como de sus otras dos películas, Bestseller y Broken. En las palabras de su lideresa, Yuna Kim, se encuentra la esencia de la oscura e inhóspita ciudad que relata Jeong-ho: “El público odia la música oscura, pero tengo que contar también esa parte de la vida”.
Jeong-Ho reconoce que el éxito de Parásitos ha aumentado radicalmente el interés occidental hacia el cine coreano. Lo llama “síndrome mundial”, un milagro conseguido por un país que ha “trabajado duro” para reconstruirse después de la guerra y en que la democracia ha crecido más rápidamente que en cualquier otro lugar del mundo. En su opinión, el secreto es la dedicación con la que se busca una idea, que siempre ha sido puesto en primer lugar, para ofrecer algo diferente en lo que era un nicho con bajo presupuesto y que ahora ha llegado a triunfar en los Oscar en la categoría de mejor película, donde ningún extranjero había logrado éxito.
Detrás hay una larga tradición que se está redescubriendo: “Hay muchas personas que conocieron por primera vez la existencia de películas coreanas a través de Parásitos. Sin embargo, Corea ha estado haciendo buenas películas durante mucho tiempo”. El año pasado fue el centésimo aniversario del cine coreano y Jeong-ho rinde homenaje a los “maestros” de los 60 y 80, como Lim Kwon-taek, Kim Ki-young y Yoo Hyun-mok y a los de ahora, como Lee Chang-dong y Park Chan-wook. “El público coreano ya tiene un nivel bastante alto cuando ve cine. Para satisfacer a la audiencia que ve el éxito de taquilla de Hollywood estudiamos constantemente las ideas que solo nosotros podemos hacer”, afirma.