CRÍTICA | MALA PRAXIS

La mentira original

El argentino Lisandro Fiks estrena en Madrid una comedia sobre el relato que construimos para dar sentido a la vida

Los actores Romina Fernandes, Lisandro Fiks (centro) y Juan Luppi, en un ensayo de 'Mala praxis'.CHRISTIAN ÁLVAREZ

Una comedia jurídica sobre el relato que construimos para darle sentido a nuestras vidas, validar nuestras decisiones y justificar los sacrificios que hacemos. Su protagonista, un abogado especializado en casos de mala praxis médica, está a punto de irse durante un largo puente con su abnegada y devota secretaria, cuando en su despacho irrumpe el hijo del dueño de una clínica, contra el cual ha presentado demanda. Viene a negociar un acuerdo amistoso, niega que hubiera negligencia en el caso que llevó a la muerte de su paciente y dice sentirse acosado: “Estas cosas pasan cuando se opera, pero ...

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Una comedia jurídica sobre el relato que construimos para darle sentido a nuestras vidas, validar nuestras decisiones y justificar los sacrificios que hacemos. Su protagonista, un abogado especializado en casos de mala praxis médica, está a punto de irse durante un largo puente con su abnegada y devota secretaria, cuando en su despacho irrumpe el hijo del dueño de una clínica, contra el cual ha presentado demanda. Viene a negociar un acuerdo amistoso, niega que hubiera negligencia en el caso que llevó a la muerte de su paciente y dice sentirse acosado: “Estas cosas pasan cuando se opera, pero usted me está acusando de homicidio”, protesta el cirujano.

Mala praxis

Autor y director: Lisandro Fiks. Intérpretes: Juan Luppi, Romina Fernandes y L. Fiks. Madrid. El Umbral de Primavera, viernes y sábados hasta el 18 de febrero.

Lisandro Fiks, autor de Mala praxis, utiliza la trama para reflexionar sobre el autoengaño y lo endeble de los pilares sobre los que erigimos castillos. Como la acción es sugestiva, el drama está entreverado de humor en casi todo momento y las interpretaciones de Romina Fernandes, Juan Luppi y el propio Fisk están impregnadas de verismo (especialmente la tierna escena íntima entre el abogado con parálisis cerebral y su amante), la función se sigue con interés y sorpresa crecientes. En el segundo acto, el curso de los acontecimientos sufre un giro violento, y, cuando se hace el oscuro final, el espectador se queda con hambre de más: expuesta la mentira original a los cuatro vientos, el autor argentino deja a la imaginación del público el broche de su obra, que esta compañía porteña ha estrenado en Madrid antes que en Buenos Aires.

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