Un bosquejo social
'La estrella', de Alberto Aranda, cosecha resultados discretos entre el drama y la comedia
Violencia de género, maquinaciones urbanísticas, conflictos sociales en torno a la inmigración, prejuicios religiosos, clasismo interfamiliar… Desde luego, no son pocas las ambiciones respecto de algunos de los grandes temas (y lacras) sociales de la España contemporánea expuestos en La estrella, primera película como director del hasta ahora productor Alberto Aranda. Y, sin embargo, cuán discretos son los resultados de un drama con ligeros toques de comedia y espíritu esperanzado, a pesar de la tragedia, donde la autenticidad apenas aparece con cuentagotas.
Basada en una novel...
Violencia de género, maquinaciones urbanísticas, conflictos sociales en torno a la inmigración, prejuicios religiosos, clasismo interfamiliar… Desde luego, no son pocas las ambiciones respecto de algunos de los grandes temas (y lacras) sociales de la España contemporánea expuestos en La estrella, primera película como director del hasta ahora productor Alberto Aranda. Y, sin embargo, cuán discretos son los resultados de un drama con ligeros toques de comedia y espíritu esperanzado, a pesar de la tragedia, donde la autenticidad apenas aparece con cuentagotas.
LA ESTRELLA
Dirección: Alberto Aranda. Intérpretes: Ingrid Rubio, Carmen Machi, Marc Clotet, Fele Martínez, Carlos Blanco. Género: drama. España, 2013. Duración: 95 minutos.
Basada en una novela de Belén Carmona, también guionista junto a Aranda, La estrella se articula siempre a partir del lugar común en cada uno de los estereotipos que pueblan el relato y, aún más, acaba acudiendo con cansina frecuencia al cliché de palabra, como una suerte de refranero popular que no es sino falso espejo de la realidad. Una existencia por la que deambulan criaturas sin aristas, bosquejos de roles reconocibles (como la mujer maltratada y el marido violento), pero que nunca encuentran desarrollo. Así, aunque la posición de los personajes en la línea de meta de la película sea la adecuada, la credibilidad de la carrera, es decir, los pasos dados para llegar a ello, son superficiales e impostados.