El Tonto que hacía canciones para no olvidar

A punto de sacar su primer disco, esta banda madrileña reivindica el pop-rock de los 80 y 90 apostando por las letras y no la pose

El local de ensayo de Tonto es como la torre de Creta en la que encerraron a Ícaro y su padre Dédalo. Una prisión para tramar la melodía perfecta y así vencer al laberinto en el que se ha convertido la industria musical en España. Esta banda madrileña de "pop-rock fresco", como sus cuatro integrantes la definen, lleva desde 2007 buscando una alternativa a la cera para que sus alas no se derritan con el sol abrasador del mercado.

En el salón de la casa de Gustavo Castellote, consultor informático de 28 años y bajo de Tonto, tratan ...

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El local de ensayo de Tonto es como la torre de Creta en la que encerraron a Ícaro y su padre Dédalo. Una prisión para tramar la melodía perfecta y así vencer al laberinto en el que se ha convertido la industria musical en España. Esta banda madrileña de "pop-rock fresco", como sus cuatro integrantes la definen, lleva desde 2007 buscando una alternativa a la cera para que sus alas no se derritan con el sol abrasador del mercado.

En el salón de la casa de Gustavo Castellote, consultor informático de 28 años y bajo de Tonto, tratan de descifrar el galimatías empezando con una palabra clave: canciones. "En el rock español hay demasiada pose y poca música", dice Sergio Keusses, voz y guitarra, de 29 años y educador social en un piso de acogida. "Nadie se ha olvidado de las canciones de pop-rock de los 80 y 90. Ahora, le pides a alguien que te cante alguna y como mucho la tararean. Eso no pasará con nosotros si nos dan una oportunidad, porque hacemos canciones", apostilla Jaime Rodríguez de 28 años y responsable de marketing cuando no está con la guitarra. Para ello cuentan con "el talento depresivo" de Keusses. "Soy un idiota en el amor. Lo positivo de esto es que he encontrado algo de lo que hablar en mis canciones. El desamor es más inherente al ser humano que la política", dice.

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El primer disco del grupo, previsto para finales de año, viene precedido por dos EPs (www.erestonto.info y El verano de Rosaura). "Seguimos apostando por la autogestión, aunque no nos compense económicamente. Estamos grabando en el local donde ensayamos y en el pequeño estudio en el que hemos convertido el cuarto de Gustavo", dice Marta Ábalos, la batería de 24 años. "No vamos a pagar 10.000 euros por alquilar el mejor estudio de Madrid".

En las nueve canciones que incluirá su nuevo trabajo seguirán mandando los estribillos para bailotear, las guitarras, y una apuesta firme por reducir las segundas personas del singular. "Me he prometido escribir menos tú y ti", ríe Keusses. No se desanimen, en sus directos -se han hecho con el carné de banda de local madrileño y una vez al mes hacen acto de presencia en algún bar de la capital- suenan temas como Sorprenderte o Lujo en los que poder recordar amores platónicos; pero también chirrían las guitarras en otros como El Caballo ganador o Tutu, para compensar suspiros y gastar un poco de suela.

El último proyecto de la banda es vencer al protagonista de sus canciones rendido al arrepentimiento y el "y si hubiera...", aunque su fórmula se antoje ingenua: tres chicos y una chica de Madrid envidando a sus canciones al grito de Tonto en un momento en el que lo último en la música española es un buen flequillo, unos pitillo y el gesto cabizbajo.

El grupo se prepara para su primer concierto en Tenerife.TONTO
El grupo madrileño durante una actuación en la discoteca Pachá.TONTO
"Nadie nos enseña a perder", dice Jaime Rodríguez, guitarra de TONTO. "Con este tema tratamos de transmitir la tranquilidad personal que supone saber que nunca vas a ganar, aunque la presión social va a seguir ahí".
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