Charles Serhan, médico y bioquímico: “Nuestro estilo de vida favorece la inflamación”

El investigador que identificó las moléculas que ponen fin a la respuesta inmunitaria busca mejores terapias contra la diabetes, el alzhéimer o el cáncer

El médico y bioquímico estadounidense Charles Serhan, antes de la entrevista.INMA FLORES

La inflamación es fundamental para que el cuerpo se proteja ante cualquier agresión, pero tan importante como ella es la desinflamación que restaura los tejidos a su estado inicial. El médico y bioquímico estadounidense Charles Serhan es el descubridor de las resolvinas, maresinas y protectinas, las moléculas que el organismo utiliza para resolver la inflamación. Es un mecanismo que durante mucho tiempo se dio por hecho, y del que apenas se sabía nada hasta que este científico de la...

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La inflamación es fundamental para que el cuerpo se proteja ante cualquier agresión, pero tan importante como ella es la desinflamación que restaura los tejidos a su estado inicial. El médico y bioquímico estadounidense Charles Serhan es el descubridor de las resolvinas, maresinas y protectinas, las moléculas que el organismo utiliza para resolver la inflamación. Es un mecanismo que durante mucho tiempo se dio por hecho, y del que apenas se sabía nada hasta que este científico de la Universidad de Harvard y el Hospital Brigham de Mujeres —uno de los mejores de Boston— comenzó a estudiar este proceso.

Estos hallazgos son claves debido al creciente número de enfermedades asociadas a la inflamación crónica o, tal y como lo ve este médico, a la falta de una desinflamación correcta. Desde la diabetes o la artrosis hasta el alzhéimer o el párkinson, incluso algunos tumores, pueden deberse en parte a este problema. De paso por Madrid para ofrecer una conferencia en la Fundación Ramón Areces, Serhan explica cómo espera que sus descubrimientos se traduzcan en mejores terapias.

Pregunta. ¿Cómo sabe el cuerpo cuándo poner fin a la inflamación?

Respuesta. Es lo que he estado investigando casi toda mi vida. No hay un solo tipo de inflamación, sino varios, y dependiendo de la persona se manifiesta de una forma u otra. Imagínate que te ha salido un grano en el dorso de la mano. La punta blanca que ves es pus; glóbulos blancos que te protegen de las infecciones. Si estás sano, el grano desaparecerá. Intentando responder la pregunta que me haces hemos descubierto una superfamilia de moléculas que se encargan de poner fin a la fase protectora de la inflamación. Cuando esto no funciona bien, el problema se cronifica y aparecen enfermedades como la artritis reumatoide, la hinchazón de las articulaciones, la enfermedad periodontal o la psoriasis en la piel.

P. ¿Qué otras enfermedades pueden tener un componente inflamatorio?

R. Todo comenzó cuando los cardiólogos se dieron cuenta de que las enfermedades cardiovasculares se deben a la inflamación. Hasta entonces la cardiología era básicamente el estudio de mecanismos de bombeo desde el corazón al resto del cuerpo. Luego vino otro gran cambio cuando se entendió que la diabetes es un estado inflamado del metabolismo. Ahora también se entiende que las enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson tienen su origen en la inflamación crónica del cerebro.

P. ¿Qué relación tiene esto con los ácidos grasos, como el omega 3?

R. Tuvimos mucha suerte, porque los veterinarios ya sabían que los omega 3 eran beneficiosos. El pienso que le daban a los ratones de laboratorio tenía unas 30 veces más omega 3 de lo normal. Gracias a esto, descubrimos que estos compuestos son precursores de las resolvinas y otras moléculas similares. Nuestra primera intención fue transformar estos compuestos en una terapia. Y aún hoy, sueño con la posibilidad de crear fármacos basados en estas moléculas naturales que podamos usar para estimular la resolución de la inflamación, en lugar de bloquear este proceso, que es la forma actual de tratar enfermedades inflamatorias. El efecto secundario no deseado de este enfoque es que, por ejemplo, las personas con artritis reumatoide se quedan inmunosuprimidas y son más propensas a las infecciones.

P. ¿Son necesarios los suplementos de omega 3, o basta con llevar una dieta correcta y hacer deporte?

R. La dieta es importante. Es el punto de partida. Hay que comer pescados ricos en omega 3. Pero si ya tienes inflamación crónica, es conveniente que tomes suplementos con ácidos grasos. Son suplementos alimentarios, no fármacos. Tu cuerpo transforma estos compuestos en mediadores lipídicos prorresolutivos especializados (SPMS, en sus siglas en inglés). Su función es devolverte a un estado de homeostasis; de equilibrio. Es un mecanismo natural que puedes fortalecer con estos compuestos.

P. ¿Cómo se sabe si alguien sufre inflamación crónica?

R. Con un análisis de sangre. Y tú mismo puedes sentir las consecuencias. Uno de los mayores descubrimientos que se han hecho en este campo es que los músculos producen SPMS. Así que si haces deporte, también puedes producir más de estas moléculas. Hay publicaciones sobre cómo el ejercicio intenso tiene estos efectos.

Charles Serhan, antes de la entrevista.INMA FLORES

P. ¿Cree que abusamos de los antiinflamatorios?

P. La parte difícil de esta investigación es llevarle la contraria a la farmacopea actual. Hemos visto que los medicamentos más usados en la actualidad para tratar la inflamación entorpecen la resolución de la misma. Esto se ha confirmado en estudios en humanos. Es posible que tras tomar estos medicamentos te sientas mejor, porque la hinchazón baja y también los indicadores de la misma. Pero lo cierto es que en el fondo la inflamación continúa y el tejido no se recupera del todo. El mantra en nuestro laboratorio es ayudar al mayor número de personas posible. Pero esta no es la misión de algunas farmacéuticas, su interés es si la droga funciona, y no piensan más allá.

P. ¿El estilo de vida actual promueve la inflamación?

R. Sí. Un estilo de vida con mucho estrés aumenta la inflamación y empeora el asma y las enfermedades metabólicas. Aquí el asunto es saber cuál es la nutrición adecuada para cada metabolismo. Necesitamos saber más sobre esto, la nutrición de precisión. Esta alimentación puede reequilibrar el organismo y hacer que sea más resistente ante las agresiones del día a día.

P. ¿Teme que este tipo de información se distorsione y se vendan tratamientos sin ningún fundamento científico?

R. Sí, siempre existe ese riesgo. Pero tengo mucha confianza en estas moléculas, porque han evolucionado con los seres vivos durante millones de años. No las hemos creado en el laboratorio, solo hemos aprendido a aislarlas y estudiarlas. Existen en todo el reino animal, desde los humanos a los peces, lo que nos da una idea de su seguridad. Creo que podrían usarse como fármacos porque hemos descubierto los receptores celulares para estas moléculas. De esta forma se pueden dosificar en función del efecto deseado. Tenemos que hacer caso a los datos, y la industria acabará siguiendo este camino.

P. ¿Hay conexión entre longevidad e inflamación?

R. Sí. La clave no es solo vivir más, sino llegar a una edad avanzada con buena salud. Hace unos días, la Escuela de Salud Pública de Harvard publicó dos estudios sobre los efectos positivos de los ácidos grasos omega 3, la vitamina D y el ejercicio. Vieron un aumento claro de la longevidad. Los autores no exploraron a qué se debía este efecto. Yo creo que es porque estos individuos controlan la inflamación a nivel sistémico, por lo que tienen organismos más resistentes.

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