Descubiertos coronavirus con un preocupante número de mutaciones en cinco personas con VIH sin medicar
La media decena de casos, en África y Europa, sugiere que algunas infecciones descontroladas por el virus del sida pueden favorecer la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2
Algunas infecciones descontroladas por VIH, con su bajada de defensas asociada, pueden convertirse en un caldo de cultivo para la aparición de nuevas variantes preocupantes del coronavirus, según confirman cinco casos detectados en Sudáfrica y el Reino Unido de personas sin medicar. En uno de ellos, una mujer de 22 años con inmunodeficiencia —que vivía en una zona rural sudafricana y no había tenido acceso a una vacuna contra la covid— sufrió una infección paralela de SARS-CoV-2 durante nueve meses. En su cuerpo debilita...
Algunas infecciones descontroladas por VIH, con su bajada de defensas asociada, pueden convertirse en un caldo de cultivo para la aparición de nuevas variantes preocupantes del coronavirus, según confirman cinco casos detectados en Sudáfrica y el Reino Unido de personas sin medicar. En uno de ellos, una mujer de 22 años con inmunodeficiencia —que vivía en una zona rural sudafricana y no había tenido acceso a una vacuna contra la covid— sufrió una infección paralela de SARS-CoV-2 durante nueve meses. En su cuerpo debilitado, el coronavirus tuvo tiempo para evolucionar y acumular 21 mutaciones, algunas de ellas asociadas a una mayor capacidad para escapar de las defensas humanas.
Los expertos advierten de que el virus de la covid todavía puede dar sorpresas. La variante ómicron del coronavirus, con medio centenar de mutaciones, se detectó en Sudáfrica hace poco más de dos meses y rápidamente se convirtió en la dominante en el mundo, pero la versión habitual ya está siendo desplazada por otra todavía más transmisible, denominada BA.2. En el mundo siguen registrándose más de 50.000 muertes por covid confirmadas cada semana.
La mujer de 22 años, atendida en un hospital de Ciudad del Cabo, superó la infección crónica por SARS-CoV-2 gracias a un tratamiento adecuado contra el VIH, que recuperó sus defensas perdidas, según detalla el virólogo Tongai Maponga, miembro del equipo médico. “Este caso muestra que algunos de los desafíos asociados con el SARS-CoV-2 se pueden afrontar atendiendo a otros problemas sanitarios, como el VIH”, subraya Maponga, de la Universidad de Stellenbosch. Sudáfrica es el país con más personas afectadas por el virus del sida: casi ocho millones. Uno de cada cinco ciudadanos vive con VIH. La mujer de 22 años nació con el virus.
Los científicos sudafricanos llevan meses alertando de que la pasividad ante la pandemia de covid en los países con alta incidencia del VIH puede favorecer la aparición de nuevas variantes del coronavirus, más transmisibles o incluso capaces de regatear a las defensas producidas por las vacunas. Un nuevo estudio, publicado el 14 de enero, calcula que 80.000 personas que viven con VIH en Sudáfrica reúnen las condiciones para sufrir infecciones crónicas de SARS-CoV-2, en las que el coronavirus puede acelerar su evolución. El trabajo —encabezado por el biólogo Alex Sigal, de la Universidad de KwaZulu-Natal— detalla el caso de una mujer treintañera con VIH y una infección paralela por el coronavirus durante más de seis meses. El virus de la covid acumuló en ese tiempo diversas mutaciones inquietantes, como las denominadas Erik (E484K) y Nelly (N501Y), asociadas a una mayor capacidad para burlar las defensas humanas.
En el África subsahariana tienes las incidencias más altas de VIH y una población que no tiene acceso a las vacunas contra la covidTeresa Cutiño, viróloga
La viróloga mexicana Teresa Cutiño cree que la aparición de variantes preocupantes del coronavirus va a ser “muy común” en los países con una incidencia muy alta de VIH. Cutiño trabaja en Barts Health, uno de los grupos de hospitales públicos más grandes de Inglaterra. Su equipo acaba de publicar tres casos de pacientes con una enfermedad avanzada por VIH y una infección crónica por el coronavirus, en los que surgieron mutaciones asociadas a una mayor transmisibilidad y a una mayor capacidad para regatear al sistema inmune. “En África subsahariana tienes las incidencias más altas de VIH y una población que no tiene acceso a las vacunas contra la covid. Tienes todos los elementos para que se produzcan nuevas variantes”, advierte.
Cutiño considera “obsceno” que algunos países ricos ya estén ofreciendo cuartas dosis de la vacuna mientras hay países pobres sin acceso a las primeras inyecciones. En España, el 82% de la población ya está vacunado, frente al 28% en Sudáfrica y al 11% en todo el continente africano, según el recuento de la Universidad de Oxford. En Burundi y República Democrática del Congo, menos del 0,5% de los ciudadanos están vacunados contra la covid. Y en África viven más de 25 millones de personas con VIH, dos terceras partes del total mundial.
La científica mexicana recuerda que las nuevas variantes del coronavirus también pueden surgir en otras personas con las defensas muy bajas, no solo en las que viven con VIH descontrolado: pacientes que han recibido un trasplante, enfermos de cáncer sometidos a quimioterapia, gente con inmunodeficiencias de nacimiento. En la literatura científica constan varios casos de infecciones crónicas por SARS-CoV-2 que duraron meses, como las de un hombre de 60 años con linfoma de células del manto y el de una mujer de 71 años con leucemia linfocítica crónica, ambos en EE UU.
La variante ómicron del coronavirus es tan diferente de las anteriores que algunos científicos, como el biólogo danés Kristian Andersen, llegaron a hipotetizar que el virus había saltado a los animales y había regresado a los humanos meses después, ya transformado. Andersen, un investigador del Instituto Scripps (San Diego, EE UU) que es uno de los mayores expertos en la evolución del coronavirus, ha reconocido en sus redes sociales que ha cambiado de opinión tras ver los nuevos estudios en personas con VIH descontrolado. Ahora cree “al 90%” que las variantes más divergentes han surgido en pacientes con infecciones crónicas.
El virólogo Tongai Maponga hace un llamamiento a no “alimentar el estigma” de las personas con VIH. Los pacientes que reciben tratamiento antirretroviral tienen niveles indetectables de virus y pueden vivir con normalidad. Sin embargo, 10 millones de los casi 38 millones de personas que viven con VIH en el mundo no reciben terapia contra el virus, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA). Seis millones de estos ciudadanos sin tratamiento están en África.
Las dos pandemias, la de VIH y la de covid, se retroalimentan. El caos provocado por el SARS-CoV-2 en los últimos dos años ha dificultado el acceso a los tratamientos contra el virus del sida. Las personas con VIH, además, tienen el doble de riesgo de morir por covid que la población general, según estudios en Inglaterra y Sudáfrica citados por ONUSIDA.
Maponga y sus colegas piden que se priorice la vacunación contra la covid de las personas con VIH y que se facilite el acceso a los tratamientos antirretrovirales. El virólogo recalca que no hay ninguna prueba de que el coronavirus con 21 mutaciones detectado en la chica sudafricana con VIH haya llegado al resto de la población, pero cree que el caso ofrece una “lección esencial” al mundo. “No podemos permitirnos el lujo de ignorar otros desafíos sanitarios —como el VIH, la tuberculosis, la hepatitis vírica, la malaria y el cáncer— mientras nos concentramos en la covid”, advierte Maponga.
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