Doscientos científicos españoles trabajan expuestos al coronavirus sin estar vacunados

El virólogo Antonio Alcamí afirma que se le ha agotado la paciencia. Él y su equipo investigan el nuevo coronavirus en un laboratorio de alta seguridad y también se adentran en las zonas contaminadas de algunos hospitales madrileños para estudiar el virus en el aire. Sin embargo, todavía no han sido vacunados contra la covid. Y no es un caso excepcional. El mayor organismo público de ciencia en España, el CSIC, reco...

El virólogo Antonio Alcamí afirma que se le ha agotado la paciencia. Él y su equipo investigan el nuevo coronavirus en un laboratorio de alta seguridad y también se adentran en las zonas contaminadas de algunos hospitales madrileños para estudiar el virus en el aire. Sin embargo, todavía no han sido vacunados contra la covid. Y no es un caso excepcional. El mayor organismo público de ciencia en España, el CSIC, reconoce que unos 200 de sus empleados trabajan en laboratorios expuestos al coronavirus sin estar vacunados. Alcamí acaba de recibir una cita para inyectarse la primera dosis el 5 de mayo. “Somos un grupo de alto riesgo que lleva tres meses abandonado, pero nos dan la cita para dentro de seis semanas. Es alucinante. Se olvidan de los investigadores”, denuncia Alcamí, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC), en Madrid.

Entre los científicos olvidados en la campaña de vacunación figuran, paradójicamente, los grupos que están desarrollando las vacunas experimentales españolas contra la covid. Llevan meses manejando directamente el virus y sin ser vacunados. Alcamí recuerda que la normativa actual impone que los trabajadores expuestos a patógenos tengan acceso a las vacunas pertinentes. “Para cumplir la ley, deberíamos cerrar todos los laboratorios y reabrirlos cuando estemos vacunados. Ahora estamos haciendo algo ilegal”, sostiene el virólogo.

Un portavoz del CSIC explica que “el personal investigador científico sigue sin aparecer como colectivo prioritario” en la última actualización de la Estrategia de vacunación frente a covid en España, aprobada por el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas. El CSIC solicitó a la Comunidad de Madrid el 12 de enero priorizar la vacunación de 150 científicos que trabajan en la capital expuestos al virus, según el portavoz. “Han sido necesarias varias solicitudes hasta conseguir dicha priorización”, afirma. Los 150 investigadores han sido citados entre el 30 de abril y el 5 de mayo, por lo que, en función de la vacuna que reciban, podrían no estar completamente inmunizados hasta junio.

“Somos un grupo de alto riesgo que lleva tres meses abandonado, pero nos dan la cita para dentro de seis semanas”, denuncia el virólogo Antonio Alcamí

La viróloga Isabel Sola, codirectora de una de las vacunas experimentales contra la covid en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), es una de las afectadas. “Desde el momento en el que había vacunas disponibles, la ley dice que las personas que trabajan con el virus deben vacunarse. No hemos sabido bien cuáles han sido las razones del retraso, la verdad”, lamenta Sola, que ha sido citada el 30 de abril. Otros grupos menos expuestos al coronavirus, como los veterinarios de vacas, ya fueron vacunados hace semanas en la Comunidad de Madrid.

Las instituciones públicas implicadas ofrecen versiones contradictorias sobre la falta de vacunación de los científicos. Una portavoz del Ministerio de Sanidad afirma que su organismo sí aconseja priorizar la vacunación de los profesionales que trabajan en “laboratorios donde se manipulan muestras que potencialmente pueden contener virus viables”. La portavoz defiende que así está establecido en la Estrategia de vacunación aprobada el 26 de febrero, pero el CSIC lo niega.

Un portavoz de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ofrece una tercera versión del desaguisado. Según esta fuente, los profesionales del CSIC expuestos al virus sí fueron considerados prioritarios, dentro del denominado Grupo 2, junto al “personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario” mencionado en la Estrategia de vacunación. “Se les ofreció vacunarlos en el Centro de Vacunación de la calle General Oraá y, por un problema ajeno a la Consejería de Sanidad, no se pudo vacunar a todos, ya que el listado estaba incompleto”, asegura el portavoz.

El biólogo Juan García Arriaza, que lidera junto a Mariano Esteban la vacuna experimental española más adelantada, ha denunciado públicamente la situación este miércoles. “Los científicos que estamos trabajando día a día con el SARS-CoV-2 deberíamos estar vacunados hace meses, pero la Comunidad de Madrid no lo considera prioritario. ¡Lamentable! ¡Pésima gestión! Necesitamos que se acelere el proceso”, ha escrito en sus redes sociales García Arriaza, del Centro Nacional de Biotecnología, en Madrid.

La lista de 150 investigadores presentada por el CSIC a la Comunidad de Madrid incluye a trabajadores de tres centros madrileños: el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas y el Centro Nacional de Biotecnología. El portavoz del CSIC explica que hay al menos otros 50 empleados afectados fuera de Madrid, en organismos como el Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra, en Granada; el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, en Murcia; y otros tres centros en Valencia.

El biólogo Iñaki Comas, del Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC), codirige un consorcio español que vigila las mutaciones del coronavirus. Los investigadores de su centro que están expuestos al virus todavía no han recibido la vacuna. “Hay grupos cuya investigación es esencial y, aunque no estén expuestos, no deberíamos arriesgarnos a que haya un positivo y se declare cuarentena a todo el grupo”, advierte Comas. “Si hay un brote en el laboratorio tenemos que cerrar 15 días. Y no nos podemos permitir parar la investigación 15 días”, coincide el virólogo Antonio Alcamí, que también ha denunciado públicamente la situación en sus redes sociales.

“Lo que más me sorprende es tener cero información, como si no existiéramos”, lamenta la investigadora Pilar Marco

El grupo de Pilar Marco en el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (CSIC), en Barcelona, es uno de los laboratorios que llevan a cabo investigaciones esenciales y además están expuestos al virus. Su equipo desarrolla pruebas de diagnóstico rápido, imprescindibles para la gestión de la pandemia. “A nosotros en Cataluña no nos han dicho nada todavía”, lamenta. Algunas de sus líneas de investigación están “medio paradas”, a la espera de la vacunación para poder trabajar con virus activos. “Me sorprende un poco que nadie esté pensando en los científicos. Y lo que más me sorprende es tener cero información, como si no existiéramos”, señala Marco.

El virólogo Javier Ortego prueba algunas vacunas experimentales españolas en ratones en el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), el principal laboratorio de alta seguridad biológica de España, localizado en Valdeolmos, a 40 kilómetros de Madrid. Ortega calcula que en el CISA trabajan expuestos al virus unos 25 investigadores que todavía no han recibido la vacuna.

El equipo de la viróloga Margarita del Val, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, es otro de los afectados. “No nos han vacunado a ninguno”, confirma. La investigadora, sin embargo, destaca que hay que priorizar a los científicos que trabajan en laboratorios de alta seguridad y añade que lo más “sangrante” es que todavía haya en España personas mayores de 80 años que no han recibido la primera dosis.

El virólogo Antonio Alcamí apunta también al Ministerio de Ciencia, dirigido por Pedro Duque. “La solución habría sido que el ministro hubiera dado un golpe en la mesa y exigido vacunas para la gente que está trabajando en esto”, opina el científico. Un portavoz de Ciencia asegura que han intentado solucionar el desbarajuste. “Nosotros hemos pedido al Ministerio de Sanidad que ponga en la lista de prioritarios a todos los investigadores que están en contacto con el coronavirus”, afirma el portavoz. Alcamí insta a las instituciones implicadas a rectificar y a adelantar la vacunación de los científicos “por vía de urgencia”.

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