El Socialismo Democrático prepara una nueva etapa tras la segunda vuelta, sin el PC
En el PS, PPD, PR y PL se busca un proyecto junto al Frente Amplio. La prioridad es fortalecer la propuesta socialdemócrata que se le haga a la sociedad chilena


En el Socialismo Democrático chileno, como se le conoce a la fuerza que reúne a los socialistas, el PPD y los partidos Liberal y Radical -o lo que que queda de él- prepara una nueva etapa tras la segunda vuelta presidencial del 14 de diciembre, cuando se mida la comunista Jeannette Jara, la candidata del oficialismo de Gabriel Boric, y el ultraderechista José Antonio Kast, que tiene amplias posibilidades de ganar La Moneda 2026-2030. Al margen de los resultados, este sector político prepara, de forma prioritaria, un nuevo ciclo donde se defina y fortalezca la propuesta que le haga a la sociedad chilena, que se ha visto desdibujada en los últimos años. En esta fase se proyecta tener dentro al Frente Amplio (FA), el partido del presidente Gabriel Boric, pero no al Partido Comunista (PC), con el que, sin embargo, podrían hacerse alianzas puntuales. La urgencia, sin embargo, no está en la orgánica -ni las fusiones ni los nombres ni en la forma de operar-, sino en las ideas comunes para ofrecerle a Chile desde la socialdemocracia y la forma conjunta de enfrentar el futuro que, con probabilidad, será desde la oposición.
Es un proyecto diferente al actual oficialismo, donde todas las fuerzas, desde la centroizquierda al PC, respaldan al Gobierno. Desde el Socialismo Democrático explican que este proyecto se podrá aliar con el PC, pero que las alianzas no deben significar una pérdida de identidad, como ha sucedido hasta ahora. A diferencia de lo que ocurrió al comienzo de esta Administración, donde el Frente Amplio en alianza con los comunistas estuvieron en el pacto Apruebo Dignidad, con el que Boric ganó la Presidencia, se proyecta unir al FA al Socialismo Democrático, porque se considera que los frenteamplistas tienen la misma matriz de ideas. Los del FA tienen otra experiencia generacional, pero se trata de la socialdemocracia moderna, se explica desde las fuerzas moderadas que apoyan al Gobierno.
El PC, en cambio, representa un tipo de izquierda distinta y eso debe quedarle claro a la sociedad, indican las mismas fuentes a EL PAÍS. Desde el Socialismo Democrático se evalúa que, ante tantas expresiones orgánicas de la izquierda moderada, hoy en día su proyecto de sociedad parece muy difuso ante la ciudadanía. En el PS, PPS, PR, PL y el FA hay muchas identidades que, tal y como funcionan hasta ahora, no cuajan y terminan relevándose las diferencias, las competencias y las disputas, aunque se trata de una misma familia política, se explica a 18 días de elecciones.
Para este nuevo ciclo -que contempla hacerse nuevas preguntas y el fortalecimiento de un proyecto-, vienen bien los 30 meses sin elecciones que tendrá Chile, que en los últimos años ha estado en un tren imparable de comicios. Desde octubre de 2020, el país ha tenido 14 procesos electorales, entre ellos los plebiscitos constitucionales en los que fueron rechazadas las propuestas tanto de la extrema izquierda como de la derecha radical; elecciones parlamentarias y locales, además de dos presidenciales.
¿Jara fuera del PC?
Los resultados de la elección presidencial del pasado domingo 16 de octubre dejaron un escenario cuesta arriba para Jara: aunque salió primera, con el 26,8%, quedó solo a casi cuatro puntos sobre Kast, 23,95%. La candidata de la izquierda quedó por debajo del 30% de respaldo del Gobierno y no parece evidente de dónde podrá sacar los 20 y tantos puntos que necesita para una mayoría. En cambio, el republicano tiene, como piso, el porcentaje de las otras dos derechas: la tradicional, agrupada en el conglomerado Chile Vamos, que llevó como candidata a Evelyn Matthei (12%), y la del Partido Nacional Libertario, que tuvo como carta a La Moneda a Johannes Kaiser (13,9%), que está aún más al extremo de Kast. Ambos obtuvieron el quinto y cuarto lugar, respectivamente, en las elecciones de hace poco más de una semana.
De acuerdo a publicaciones de prensa, Jara -independientemente del resultado de la segunda vuelta- renunciará al Partido Comunista, donde milita desde los 14 años (tiene 51). El domingo pasado, La Tercera informaba que la exministra del Trabajo de Boric ha iniciado “un viaje sin retorno” y “lejos del PC”.
Durante su campaña, el PC que preside Lautaro Carmona, del ala más dura y dogmática del partido, que es la mayoría, representó un gran problema para la candidata. Jara, parte de una generación que ha tenido disidencias con la jerarquía de la formación, mostró en diversas ocasiones tener mayor apertura que su partido y a aspirar sobrepasar sus límites, con una mirada amplia. Unos 10 días antes de la elección dijo que, de ser electa presidenta, congelaría su militancia o renunciaría al PC, pero esta decisión la concretaría independiente de resultado de la segunda vuelta, según La Tercera.
La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, admitió en CNN el pasado domingo que “el espacio del Socialismo Democrático es un nombre que no ha logrado tener un contenido, ni una definición política, ni una conducción política adecuada porque no hay intereses comunes”. Por ello, planteó su revisión. Es lo que está sucediendo en el progresismo chileno mientras se espera el resultado de la presidencial que, según se vislumbra, será adverso para Jara y la izquierda.
“Lo dije hace mucho tiempo: respecto del Socialismo Democrático, que es un espacio político que principalmente el Partido Socialista es quien da un soporte. No quiero desmerecer a los otros partidos“, dijo Vodanovic, quien asumió la jefatura de campaña para la segunda vuelta de Jara. Para la senadora, “la mera suma de parlamentarios no constituye un espacio político relevante”, por lo que se requiere hacer un esfuerzo “tal vez mucho más en lo ideológico”. Y agregó: “No es el momento hoy para esta discusión, pero probablemente en un futuro cercano tengamos que hacer un análisis de este espacio político, donde yo incluyo a la Democracia Cristiana (DC)”.
La senadora dice que es una “férrea defensora de la unidad del progresismo”, pero que hay proyectos políticos distintos, aunque sean convergentes. “El Partido Socialista representa algo distinto que el Partido Comunista y distinto de Frente Amplio, en forma y fondo”. Y planteó que existe “una coalición en construcción” donde que abarcaría desde el PC, a la DC, además del Frente Amplio y el Socialismo Democrático.
El analista Alfredo Joignant, columnista de EL PAIS, en su última entrega dijo que el “certificado de defunción” que Vodanovic ha dado al Socialismo Democrático “hay que tomarlo muy en serio ya que proviene de la líder indiscutida del PS”.
“El diagnóstico es durísimo y en algún sentido contra-intuitivo, ya que a esta entelequia del Socialismo Democrático no le fue tan mal en las elecciones parlamentarias que tuvieron lugar el mismo día de la primera vuelta: 20 diputados entre socialistas y pepedés, a los que se suman en matemática formal ocho diputados democratacristianos, tres liberales y dos radicales (33 en total, en una Cámara de 155 miembros). Nada de mal en comparación con los 17 diputados del Frente Amplio y los 11 comunistas, entre quienes tampoco se observa ni unidad ni comunidad de intereses. Todo esto nos habla de izquierdas fracturadas”, escribió el sociólogo y politólogo. Pero, agregó, “las cosas son lo que son, y todo indica que el Socialismo Democrático no tiene futuro, por una muy buena y simple razón desarrollada por la senadora Vodanovic: el apodo de centroizquierda con el cual el Socialismo Democrático es descrito incomoda a los socialistas, ya que desdibuja su identidad originaria, de izquierda a secas”.
Y añadió que “lo que falta en este certificado de defunción” del bloque es “la prefiguración de un certificado de nacimiento de otra izquierda. En esa prefiguración, los socialistas debiesen cumplir un papel fundamental”.
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