Kaiser, el libertario que mira a Milei
El exyoutuber, crítico de la política tradicional y radical en sus propuestas en materia de seguridad, migración y tamaño del Estado, llega a su primera aventura presidencial como un fenómeno


Johannes Kaiser (49 años, Santiago) es el candidato presidencial outsider de las derechas. Se podría decir que su trayectoria política arranca en la recepción de un hotel en Austria cuando trabajaba de conserje nocturno. Mataba las horas viendo canales de Youtube, hasta que decidió abrirse uno propio. En 2016 lo bautizó como El Nacional Libertario, donde disparaba contra las ideas progresistas que se discutían en Chile, en materias como educación o migración. Sin haber finalizado sus estudios universitarios de Derecho y entrando a los 40, sus dotes comunicacionales e ideas radicales hicieron eco en un puñado de decenas de miles se seguidores. Una década después, es diputado y candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, una formación que fundó a principios de año y que encontró un espacio más a la derecha que la del republicano José Antonio Kast, especialmente en la batalla cultural y la defensa del legado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Su canal de Youtube sigue ahí, pero con una advertencia: “Si no publico, es porque he sido censurado”.
Las primeras apariciones de Kaiser en la prensa local ocurrieron en el aniversario número 46 del golpe de Estado contra el socialista Salvador Allende, en septiembre de 2019. Fue uno de los 60 firmantes de un aviso publicitario a página completa en El Mercurio encabezado con el titular: El 11/9/1973 Chile se salvó de ser como hoy es Venezuela. Los medios lo presentaban como el hermano del abogado Axel Kaiser, divulgador de las ideas de la ultraderecha y presidente de la Fundación para el Progreso, cercano a Javier Milei. Semanas después, Johannes Kaiser visitó Chile en medio del estallido social y utilizó su canal para dar un contra discurso a las revueltas. “Nosotros no teníamos la calle, pero teníamos las redes”, dijo a La Tercera. Sus seguidores se triplicaron, pero le reclamaron que hablaba mucho, sin hacer nada. Su respuesta fue presentarse a las parlamentarias de 2021 por el Partido Republicano, de Kast, resultando electo.
Dos veces abandonó las filas del Partido Republicano. La primera, antes de asumir siquiera como diputado, por unas declaraciones donde cuestionaba si había sido buena idea que las mujeres conquistaran el derecho a voto, según él, de manera irónica. La segunda y definitiva llegó en 2023, durante el segundo proceso constituyente, dominado por integrantes republicanos. Previo al plebiscito, Kaiser reconoció que votaría en contra, la opción que finalmente resultó ganadora, pues consideraba que se habían hecho demasiadas concesiones a la izquierda, lo que se castigó en las filas de su partido y finalmente renunció.

Con una estrategia basada en estirar el elástico del discurso extremista de la derecha y un buen desempeño en los debates, el candidato presidencial libertario ha logrado morderle varios puntos de respaldo en la recta final al ultraconservador Kast, a quien considera de “centroderecha”. En las últimas semanas, antes de la prohibición de los sondeos, Kaiser se instaló en el tercer lugar y quedó a solo cuatro puntos de Kast, con un 15,6%. Ha confesado que no se imaginaba entrar en disputa por el segundo puesto con el republicano, dando por hecho que la apuesta de la izquierda, Jeannette Jara, pasará al balotaje, como indican todos los sondeos.
Sobre las diferencias con la formación del republicano, Kaiser ha dicho: “La lucha de clases ha sido reemplazada por la lucha entre minorías, y nosotros estamos en contra de eso. Y el Partido Republicano, al menos en el segundo proceso constitucional, no reconoció esos nuevos ejes”, y que los libertarios recogen la teoría política liberal y, hasta cierto punto, elementos de la conservadora, para fusionarlo en su proyecto. “Entramos muy profundamente en una sección que podríamos llamar los votantes desencantados por el sistema político”, sostuvo a El Líbero. Entre sus adherentes está Augusto Pinochet Hiriart, el mayor de los cinco hijos del dictador.
Pero las diferencias se han visto claras durante la campaña. Mientras Kast decidió omitir sus posiciones contrarias a libertades como el aborto, el matrimonio homosexual o su defensa a la dictadura de Pinochet, Kaiser hizo gala de su radicalidad en todos los frentes. Es contrario a la causal de violación para interrumoir un embarazo y ha dicho que apoyaría “sin dudas” un nuevo golpe de Estado y que aplicará un indulto general o una ley de amnistía a favor de los presos de Punta Peuco, la cárcel para violadores a los derechos humanos de la dictadura, donde hay 139 exuniformados entre los 60 y los 94 años. También se ha comprometido a sacar a Chile del Acuerdo de Escazú, de la Agenda 2030, del Acuerdo de París, y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Está a favor de la aplicación de la pena de muerte—derogada en Chile desde 2001— para quienes cometan delitos como la violación y el secuestro con resultado de muerte, además del sicariato. Está por la expulsión masiva de migrantes sin papeles, incluido los niños.
Su estilo más estridente y carismático, su discurso antiestablishment y sus ideas conservadoras, nacionalistas y de un Estado reducido a su mínima expresión, han obligado a las comparaciones con el Milei. “Yo no soy Milei ni soy Bukele”, reclamó a La Tercera, argumentando que son liderazgos que se comprenden solamente en el contexto de sus países. “Otra cosa son las medidas”, apuntó. Su hermano Axel, defensor del Gobierno de Milei, con quien tiene un estrecho vínculo, ha dicho que su hermano candidato es quien mejor encarnaría un Gobierno libertario y que es un fenómeno muy parecido al que ocurrió con Milei en Argentina, al que pasó con Trump, a lo que ocurrió con Bolsonaro en Brasil y lo que está sucediendo en Europa con distintos movimientos de derecha. “Y es que las élites de derecha e izquierda tradicional no están viviendo ni comunicando como si estuvieran sufriendo lo mismo que el resto de la ciudadanía”, ha dicho.
Si al libertario no le alcanza para pasar a la segunda vuelta y es Kast quien gana las elecciones, ha afirmado que en su formación no están dispuestos a transar “líneas rojas” y “quemar la confianza de la ciudadanía a cambio de un puesto en un Gobierno”. Entre esos intransables, ha mencionado la baja de impuestos, eliminar todas las contribuciones en vivienda, la reducción del tamaño del Estado y diversas reformas institucionales.
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