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Boric, al recibir el texto de nueva Constitución: “Chile debe decidir si esta es una propuesta que nos une”

La presidenta del Consejo Constitucional, la republicana Beatriz Hevia, en su discurso habla de la “grave crisis social” que atraviesa el país sudamericano. El plebiscito se realizará el 17 de diciembre

Gabriel Boric y Beatriz Hevia en la ceremonia de entrega de la propuesta de nueva Constitución en Chile
Gabriel Boric sostiene la propuesta constitucional, acompañado por Beatriz Hevia, en Santiago, este martes.SOFIA YANJARI (REUTERS)

Por segunda vez en el año y medio que lleva de Administración, el presidente chileno Gabriel Boric ha recibido una propuesta constitucional que busca enterrar la Carta Fundamental nacida en la dictadura de Augusto Pinochet y reformada unas 60 veces. En una ceremonia breve y solemne, el Consejo Constitucional ha entregado este martes el texto en el que ha trabajado los últimos meses, en el Salón de Honor de la sede del Congreso Nacional de Santiago. “Los chilenos deberán decidir si esta es una propuesta que nos une”, ha planteado el presidente Gabriel Boric en un sobrio discurso. Con este acto, el documento con tintes conservadores ahora pasa a la ciudadanía, que el 17 de diciembre votará si está a favor o en contra de la propuesta. La presidenta del consejo —disuelto esta mañana—, la republicana Beatriz Hevia, ha defendido que el texto tiene la capacidad de “terminar con la incertidumbre institucional y política”, en unas palabras de cierre marcadas por un tono muy crítico ante lo que definió como una “grave crisis social” que atraviesa Chile.

El primer proceso, dominado por las izquierdas, acabó en un fiasco en septiembre de 2022 (62% rechazó el documento). Hasta ahora, según los sondeos, los votantes quieren tumbar la segunda propuesta, aunque el plebiscito todavía está abierto y la opción A favor avanza. A diferencia del proceso anterior de la Convención Constitucional, este nuevo intento fue llevado a cabo de manera mucho más discreta, con una ciudadanía desinteresada y cansada después de cuatro años de elecciones y debates en torno a la Carta Magna. Un termómetro de esa desafección se ha visto esta mañana en las calles aledañas a la sede del Congreso en Santiago. El año pasado, cuando el órgano redactor entregó su propuesta al presidente Boric, a las afueras del edificio había un ambiente festivo. Se congregaron las feministas, ondeando banderas del Apruebo y manifestantes que recordaban a los detenidos de las revueltas sociales de 2019. Además, se repartieron ejemplares de la propuesta y los constituyentes de izquierda se tomaron fotos con los ciudadanos, que les pedían que firmaran sus textos, aunque nada de eso se reflejó en las urnas dada la contundencia de la derrota de aquella apuesta.

Este martes no ha habido nada de eso. Ni ciudadanos curiosos, ni manifestantes. Ni siquiera la propuesta impresa. Sí se repartieron una tarjeta plástica con un código QR para acceder al documento.

propuesta de nueva Constitución de Chile
La propuesta de Constitución, durante la ceremonia de cierre. FERNANDA REQUENA

Tras recibir el texto constitucional, Boric señaló que cada ciudadano “tendrá que ponderar de qué manera este texto constitucional permitirá abordar los grandes temas de Chile, los desafíos que tenemos en materia de salud, de educación, de pensiones, de trabajo, de seguridad social, de medio ambiente, los avances en los derechos de las mujeres, el modelo de desarrollo, los recursos naturales, la institucionalidad política, el fortalecimiento de nuestra democracia, la integración de nuestra diversidad cultural”. “Sobre todo —añadió— los chilenos y chilenas deberán decidir si es que esta es una propuesta que nos une”.

Aunque Boric y sus ministros han intentado no desvelar abiertamente su postura —aunque es evidente que están en contra—, fue una señal de que estará por el rechazo, como lo han anunciado los partidos de izquierda y el oficialismo en general.

La nueva propuesta de Constitución ha sido catalogada por las izquierdas como identitaria y dogmática. Entre los principales puntos que le critican es que, si bien se consagró en el texto el Estado social, que ha sido su aspiración histórica, pero varios artículos dejan “vacía” la definición. Las derechas lograron mantener en la propuesta también el modelo de Estado subsidiario, implícito en la Carta Fundamental vigente, y que ratifica un papel clave a los privados en la provisión de derechos sociales, como en el sistema de pensiones y salud. Se suma otra norma aprobada que señala que “la ley protege la vida de quien está por nacer”, una de las más complejas para este sector que prevé que podría colisionar con la ley aborto tres causales que rige desde 2017 en Chile.

Sobre los resultados del próximo plebiscito, Boric confirmó que el Gobierno dará todas las garantías para implementar el nuevo texto en caso de que se apruebe y, de rechazarse, no hizo mención a un tercer proceso. “En el caso de que la propuesta que hoy nos entregan de nueva Constitución sea aprobada, no les quepa duda que, como Gobierno, cumpliremos íntegramente con su correcta implementación e instalación y nos haremos cargo, como corresponde, en conjunto con los demás órganos del Estado, del proceso de reformas legales y adaptaciones reglamentarias que se requerirán”. Asimismo, agregó que, de darse el resultado contrario, el Gobierno “se dedicará sin pausa y con mucha energía a seguir trabajando y gobernando por el bienestar de las personas”.

Vista del Salón de Honor de la sede del Congreso Nacional de Santiago, este martes.
Vista del Salón de Honor de la sede del Congreso Nacional de Santiago, este martes.FERNANDA REQUENA

La ceremonia comenzó pasadas las 8:45 de la mañana con un discurso de la representante del Partido Republicano, la abogada Beatriz Hevia, que no escondió la mirada de su partido sobre el momento que vive Chile. “Más allá de cualquier diferencia política, es urgente entender que los verdaderos chilenos, los chilenos honrados y pacíficos, los de trabajo, anhelan con esperanza, quizás sin saberlo, que se cierre este proceso constitucional”, dijo Hevia citando una antigua publicación de un diario del norte de Chile, lo que generó el rechazo desde el oficialismo, críticos de la mención a los “verdaderos chilenos”, interpretado como que existen unos que no lo son. “Esta propuesta se estructura sobre las bases fundamentales y necesarias para establecer los principios y valores que deben guiar y orientar el sistema político, económico y jurídico (...) donde la persona está en primer lugar y el Estado al servicio de ella”, añadió Hevia, ante la atención absoluta de Boric, quien, con semblante serio, no permitió distracciones durante la intervención de casi 20 minutos de la republicana.

La consejera Hevia habló de una “crisis moral y social de proporciones” que, a su juicio, enfrenta el país y comparó este proceso con el anterior, el que calificó como “triste espectáculo”. “Sacamos adelante un proceso serio, sobrio y republicano en el más amplio sentido de la palabra”. Y agregó: “Tiene la capacidad para terminar con la incertidumbre institucional y política, fortaleciendo el estado de derecho y la certeza jurídica”.

La redacción de este segundo texto se extendió durante ocho meses y comenzó con la instalación de un Comité Experto nombrado por el Congreso de Chile y compuesto por 12 personas, representantes de diferentes partidos políticos con representación en el Congreso. Este organismo dio a luz a un anteproyecto transversalmente apoyado, que luego fue trabajado por los 50 integrantes del Consejo Constitucional, elegido por la ciudadanía el 7 de mayo, en el cual la derecha tenía los tres quintos necesarios para visar los nuevos artículos y el Partido Republicano. La presidenta del Comité Experto, Verónica Undurraga, de la centroizquierda, sostuvo a EL PAÍS que al Consejo Constitucional le “faltó lucidez”. “Lamentablemente, creo que se perdió un poco de vista el propósito que tenía el proceso constitucional, que es lograr una Constitución que una a los chilenos, que establezca las bases de nuestro nuevo pacto social. Ese era el propósito de una que nos uniera, pero lamentablemente aquí se mezclaron otros objetivos más bien electorales y eso distorsionó el resultado”.

A dos meses del plebiscito, cuya campaña comienza hoy oficialmente, diversas encuestas muestran que el nuevo texto no ha logrado conquistar a la población chilena: la opción En contra supera la alternativa A favor del nuevo texto: un 50% contra un 35%, de acuerdo a la última encuesta Plaza Pública de Cadem. Aunque todavía hay un 15% que no ha definido su voto. Si se cumple el pronóstico de los sondeos, y Chile no logra dar a luz una nueva Constitución, seguirá rigiendo la Carta Fundamental actual: no hay voluntad política de ninguno de los sectores políticos para probar con un tercer intento, salvo de algunos dirigentes del Partido Comunista, como al alcalde Daniel Jadue.

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