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Gobierno de Javier Milei
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Trump, al rescate de Milei

El anuncio de un salvavidas económico de Estados Unidos llega en un momento crucial para el Gobierno ultraderechista de Argentina

Carlos Pagni

El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, emitió este lunes un mensaje de una contundencia inusual en respaldo del Gobierno argentino: dijo que su país está dispuesto a hacer lo que sea necesario para ayudar a que Javier Milei estabilice la economía de su país.

La declaración de Bessent se produjo en un momento crucial. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) viene perdiendo parte de sus escasísimas reservas para defender una cotización del dólar que el mercado financiero ha considerado muy barata. Ese deterioro del monto de dólares en poder del BCRA encendió alarmas entre los tenedores de títulos de la deuda argentina, que comenzaron a vender esos papeles. El índice de riesgo llegó la semana pasada a un alarmante nivel de 1500 puntos. Los bonistas supusieron que el gobierno de Milei caminaba hacia el default. En este contexto, las palabras de Bessent funcionaron como un salvavidas providencial. Aun cuando todavía se ignore la modalidad que adoptará ese auxilio.

El secretario del Tesoro dijo que este martes Donald Trump y él mismo se verían con Milei en Manhattan, en el marco de la asamblea general de las Naciones Unidas. Y destacó que la Argentina es un aliado sistémico de los Estados Unidos. Estas afirmaciones ayudan a entender el sentido del anuncio financiero de Bessent.

En primer lugar, Milei juega un papel relevante en la política de Trump hacia América Latina. No solo porque se manifestó alineado con el líder republicano antes de que este volviera a la Casa Blanca. También es relevante que la región está coloreada hoy con un tono antinorteamericano. Brasil, México, Colombia, Venezuela, Chile y Uruguay son administrados por distintas variantes de la izquierda contraria a Washington. Milei es el único amigo de Trump en Sudamérica y lo es de manera desenfadada. El presidente argentino no tiene reparo alguno en manifestar que su alineamiento con la Casa Blanca es automático.

El segundo indicio que cobijan las palabras de Bessent es que el rescate de la Argentina es una decisión de Trump. Por eso, la relevancia de la reunión de Manhattan. Esta personalización de la política exterior de los Estados Unidos no es novedosa. Trump anunció a finales de julio que aumentaría los aranceles de importación a los productos brasileños en represalia por la decisión judicial de someter a proceso a su amigo Jair Bolsonaro, imputado por instigar un golpe de Estado el 8 de enero de 2023. Los funcionarios de Lula da Silva intentaron modificar esa decisión con innumerables gestiones ante la burocracia norteamericana. En todos los casos rebotaron contra la misma advertencia: “Esto solo se puede modificar en el Salón Oval de la Casa Blanca”. En otras palabras, fue un castigo infligido por un presidente imperial.

Es curioso: un líder como Trump, que suele ufanarse de haber retirado a su país de innecesarios conflictos internacionales, interviene en la política doméstica de otras naciones para complicarla o repararla, según se trate de amigos o enemigos. Pocas veces la política económica se subordinó tanto a una estrategia geopolítica elaborada por una sola persona.

El auxilio prometido a Milei por el secretario del Tesoro es sorprendente. En principio, por el énfasis de esa declaración, “haremos lo que sea necesario”, se sospecha que la ayuda no será inferior a los 10.000 millones de dólares. Esa hipótesis, muy razonable, despeja cualquier presunción de cesación de pagos. Es más que eliminar un episodio traumático del horizonte.

El aumento del riesgo financiero de la Argentina hacía prever que el Gobierno de Milei ya no podría renegociar su deuda en el mercado. Quiere decir que debería acumular los dólares necesarios para hacer frente a vencimientos de alrededor de 20.000 millones de dólares durante el año que viene. La adquisición de esos dólares significaría un aumento en la cotización de la divisa norteamericana, con sus derivaciones inevitables: menos consumo de todos los bienes fabricados con insumos o piezas importadas, que se volverían más caros. Es decir: la falta de dólares conllevaría un malestar político por la caída en el nivel de actividad económica.

Esta consecuencia de mediano plazo es accidental respecto de los nubarrones de corto plazo. El temor a que el BCRA no pueda defender una cotización prefijada del dólar venía impulsando una corrida contra el peso. Es el peor escenario para enfrentar las elecciones para la renovación del Congreso nacional que se celebrarán el 26 de octubre. Quiere decir que, con su comunicado de este lunes, el Gobierno de Trump se convirtió en el principal aliado electoral de Milei.

Este respaldo cuenta con pocos antecedentes. Se podría recordar el de Bill Clinton al presidente mexicano Ernesto Zedillo en enero de 1995, cuando dispuso un paquete de ayuda de 40.000 millones de dólares, 20.000 de los cuales salieron del Fondo de Estabilización del Tesoro norteamericano. Durante la crisis de 2001, el gobierno de George W. Bush otorgó al Uruguay de Jorge Batlle una ayuda inmediata de 1500 millones de dólares para evitar un colapso financiero similar al que estaba ocurriendo en Argentina.

La predilección por Milei se explica por una razón adicional al alineamiento del Gobierno argentino con Washington. El 7 de septiembre pasado, en una elección local de la provincia de Buenos Aires, se produjo un triunfo contundente del peronismo, encabezado por Cristina Kirchner. Ese resultado instaló en el horizonte la posibilidad de un regreso del kirchnerismo para las presidenciales de 2027. Para Washington, kirchnerismo y China son la misma cosa.

Por esta razón se especula con que en la reunión de Trump, Bessent y Milei de este martes no se hablará solo de economía. También se mencionará una cuestión estratégica para Washington: la posibilidad de que empresas mineras norteamericanas accedan a las reservas de tierras raras que existen en el norte de Argentina. Son un insumo esencial para la producción de alta tecnología de consumo masivo o militar. La posesión de esos minerales es un motivo principal de la competencia cada vez más intransigente entre los Estados Unidos y China. No debe sorprender que sea el precio más importante del rescate de Milei.

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