El Banco de España destaca el crecimiento de las economías latinoamericanas, pero advierte de una desaceleración

El Producto Interno Bruto (PIB) promedio en América Latina ha sorprendido a los analistas de manera positiva, aunque se espera que empiece a ralentizarse a finales de este año y a lo largo del siguiente, asegura el Banco de España en su informe sobre el comportamiento de la economía latinoamericana durante el primer semestre de 2023. “La actividad económica de América Latina se sigue mostrando más dinámica de lo que se esperaba unos meses atrás, pese al endurecimiento de la política monetaria, la retirada de algunos estímulos fiscales y la pérdida de poder adquisitivo por la persistencia de una alta inflación”, escriben los especialistas del órgano regulador español en un estudio difundido este martes.

La tasa de crecimiento en el primer trimestre del año se situó en el 1,2%, frente al 0% esperado por los analistas a principios de 2023. Sin embargo, no todas las economías crecieron, destaca el reporte. El crecimiento de Brasil, impulsado por la contribución del sector agrícola, es notable, mientras que la economía peruana se contrajo, “lastrada temporalmente por las disrupciones asociadas a las protestas sociales”, indica el informe.

La alta inflación se ha traducido en una pérdida del poder adquisitivo de los latinoamericanos, apunta el Banco de España, pero el impacto se ha visto atenuado por el fortalecimiento del mercado laboral. El número de empleados fue en marzo un 5% superior a las cifras anteriores a la pandemia. Mientras tanto, la tasa de desempleo continuó reduciéndose hasta alcanzar el 6,8% en ese mismo mes, comparado con el 8,5% en marzo de 2019.

“América Latina se enfrenta a un entorno internacional algo más desfavorable, con un ligero menor crecimiento global y una caída del precio de las materias primas energéticas y alimenticias —aunque sus precios aún se sitúan por encima de la media histórica—, de las que varias economías de la región son exportadoras netas”, señala el estudio. “Además, este panorama está acompañado de una elevada incertidumbre y de unas perspectivas desalentadoras a medio plazo, dadas las tasas de crecimiento potencial calculadas por diferentes instituciones internacionales para la región”, agregan los especialistas.

Los analistas encuestados por el Banco de España prevén que para finales 2023 la actividad económica baje respecto al ejercicio anterior, esto es, con un promedio del 1,5%, frente al 3,6% observado en 2022. Este crecimiento resulta similar al 1,5% esperado para Europa del Este, especialmente afectada por la guerra en Ucrania, y superior a economías avanzadas como Estados Unidos y la eurozona. Países asiáticos emergentes, mientras tanto, crecerán más este año, un 4,4%.

En la región, la inflación ha seguido moderándose en casi todos los países. En promedio, llegó al 6% anual en mayo, 4,2 puntos porcentuales por debajo del máximo alcanzado en junio de 2022. “Asimismo, se anticipa una continuación del proceso de reducción gradual de la inflación en los próximos trimestres, hasta situarse a finales de 2024 en los intervalos objetivo de los principales bancos centrales de la región con objetivos de inflación. Adicionalmente, las expectativas de inflación a largo plazo permanecen ancladas en los objetivos de inflación y mantienen una reducida vinculación con la inflación pasada”, asegura el Banco.

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