El Gobierno cubano excarcela al líder opositor José Daniel Ferrer

Una foto del conocido opositor cubano José Daniel Ferrer en el patio de su casa en Santiago de Cuba anuncia al mundo que ha sido excarcelado, después de casi cuatro años en los que se ha enfermado y enfrentado todo tipo de acoso en la cárcel de Mar Verde. La imagen, en la que se ve un Ferrer que ha perdido peso, vestido de pantalón negro y pulóver blanco, dibujando con los dedos de su mano izquiera el símbolo de libertad, fue compartida por su hermana Ana Belkis Ferrer en redes sociales. “Excarcelan a mi valiente hermano”, dijo. También pidió libertad para “todos” los presos políticos, una demanda que se ha viralizado y que exige la excarcelación no solo de los 553 prisioneros acordados con el Gobierno de Joe Biden, sino de los más de 1.500 presos políticos que permanecen en las cárceles cubanas.

“Estoy muy emocionada”, aseguró a EL PAÍS Ana Belkis. “Esta mañana, cuando me llegó la información de que la esposa debía ir a la prisión, imaginamos que lo iban a liberar. Apenas llegó sacaron a José Daniel y les dijeron que estaba excarcelado”.

La hermana cuenta que los oficiales de la prisión le hicieron leer “un panfleto de condiciones”, a lo que Ferrer respondió que “no acotaba condiciones de ningún tipo, porque él estaba secuestrado por la dictadura, y ellos debían saber que él iba a continuar su activismo en defensa de los derechos humanos y la libertad de todo el pueblo cubano”.

Al líder disidente le fue concedida la libertad condicional, la figura legal bajo la que -junto a la licencia extrapenal- el Gobierno cubano está excarcelando a cientos de presos luego de que la Administración Biden eliminara a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, en la que comparecía junto a Corea del Norte, Irán y Siria.

Ferrer, uno de los más prominentes disidentes cubanos, líder de la organización opositora Unión patriótica de Cuba (UNPACU), sale de prisión dos días después de que el Gobierno cubano comenzara a liberar presos, algunos detenidos durante las protestas antisistema de julio de 2021. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha podido confirmar hasta el momento la excarcelación de 36 presos políticos.

Ayer, miércoles, su hermana había dejado saber públicamente que a la familia no le habían notificado la posible liberación del líder opositor. Pero esta mañana Ana Belkis anunció que la esposa de Ferrer, Nelva Ismarays Ortega Tamayo, y su hijo de cinco años Daniel José estaban en camino a la prisión, luego de que las autoridades les solicitaran presentarse en el lugar.

Esta es la segunda excarcelación de Ferrer tras mediaciones en las que interviene El Vaticano. Durante la llamada Primavera Negra de 2003, en la que el Gobierno cubano persiguió y condenó a entre 6 y 28 años a 75 opositores, Ferrer fue detenido y sentenciado a 25. La Fiscalía incluso pidió para él la pena de muerte. En 2011, a sus 40 años, fue liberado con una licencia extrapenal tras el diálogo del Ejecutivo de Raúl Castro, la Iglesia católica y el Gobierno español.

El líder de la UNPACU y presidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), quien cumplió 54 años en prisión en julio, estaba en la cárcel por una sentencia de cuatro años y 14 días por los delitos de desacato y desobediencia tras sumarse a las protestas del céntrico Parque Céspedes de Santiago de Cuba, que se replicaron en todo el país el 11 de julio de 2021. Pero la cárcel es un lugar que Ferrer, el rostro más visible del movimiento disidente en el interior de la isla desde la muerte de Oswaldo Payá, conoce de cerca. En el momento de su última detención, Ferrer permanecía en arresto domiciliario tras ser detenido en 2019 y condenado por el supuesto delito de lesiones a otro hombre. En 2018 también estuvo en prisión.

Durante todo este último tiempo tras las rejas, los familiares de Ferrer han denunciado las más diversas torturas contra el opositor, que van desde golpizas, aislamiento y la negativa de hacer llamadas telefónicas o permitir visitas familiares. También lo han amenazado con revocarle los 17 años que, según las autoridades, les debe por su condena impuesta durante la Primavera Negra. En una carta que el pasado año Ferrer logró hacer pública, aseguró que el Gobierno cubano lo tenía “sepultado vivo”. Dijo que sufría de fuertes dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, sangrado bucal, calambres y pérdida de la visión. “Me encuentro en el aislamiento más extremo conocido en el hemisferio occidental en el siglo XXI”, aseguró.

Por el momento se desconoce qué hará Ferrer a partir de ahora, pero aunque muchos piensan que el exilio es una posibilidad para muchos de los excarcelados, esta ha sido una propuesta que Ferrer siempre ha rechazado.