Al menos 15 muertos en un motín en la cárcel más peligrosa de Ecuador
La presencia de militares no ha frenado la escalada de violencia en la Penitenciaría del Litoral, controlada por las pandillas
Una fila de ambulancias aguardaba este martes a las afueras de la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más peligrosa de Ecuador, después de que una nueva masacre ocurriera en el interior del centro penitenciario. El inusual movimiento de agentes de las fuerzas de seguridad al amanecer indicaba que algo grave había sucedido en el recinto. Un grupo de personas ya estaba a la espera de su turno para ver a sus familiares recluidos en el presidio. En su mirada, la incertidumbre y la angustia por saber cómo estaban los detenidos. Ya les había llegado información desde dentro, donde los presos usan teléfonos celulares y tienen armas. Las autoridades tardaron más de seis horas en difundir un balance preliminar: 15 muertos y 14 heridos.
La matanza se inició a las tres de la madrugada en el pabellón tres. Se registraron disparos y explosiones dentro del penal, donde se desataron la misma furia y crueldad que en otras ocasiones. La cárcel está bajo el control de los militares desde enero de 2024, cuando Daniel Noboa reconoció la existencia de un conflicto armado interno, desatado tras la fuga del criminal más peligroso del país, José Adolfo Macías Villamar (alias Fito), seguido de motines en siete cárceles y una serie de hechos violentos que terminaron con la toma del plató de una cadena de televisión. Desde entonces, los militares han impuesto con mano dura un régimen de autoritarismo y abuso que han sido denunciados por la Defensoría del Pueblo, el Comité de Derechos Humanos de Guayaquil y Amnistía Internacional.
La Penitenciaría del Litoral, que está en las afueras de la ciudad costera de Guayaquil, estuvo tomada por las bandas criminales que se habían repartido los pabellones en función del grupo al que pertenecían. Con la intervención militar, las autoridades aseguraron que se habían terminado los privilegios de las bandas. Sin embargo, los familiares de los presos reportan que en los últimos meses han comenzado a consolidarse nuevamente, con la aparición de nuevos grupos de criminales como Los Duendes, Mafia 18 y Trébol Killer.
Los heridos de este martes fueron trasladados de urgencia al Hospital de Monte Sinaí, un centro médico que se ha convertido en escenario recurrente de violencia. No solo por los tiroteos que se producen en sus inmediaciones, sino también por las fugas de presos, quienes a menudo aprovechan la confusión de los operativos para escapar. Monte Sinaí se ha instalado en la memoria colectiva como el lugar donde la violencia del sistema penitenciario ecuatoriano se encuentra con la de la ciudad, en una línea difusa entre el orden y el caos.
La masacre del 12 de noviembre no es un hecho aislado. Se suma a casi una decena de episodios violentos que han marcado la historia reciente de la Penitenciaría del Litoral desde 2021. Desde ese tiempo, más de 300 personas han sido asesinadas dentro de la prisión, todas bajo la custodia del Estado. Estos asesinatos son, en su mayoría, resultado de enfrentamientos entre bandas criminales que operan con una impunidad absoluta, a pesar de las promesas de control y orden.
Aunque en los últimos meses las cárceles ecuatorianas experimentaron, al menos aparentemente, una calma relativa atribuida a la presencia de militares en las instalaciones, la realidad es más bien otra. Los operativos recientes, destinados a controlar el flujo de armas dentro de los penales, han puesto al descubierto la magnitud del problema: han sido incautados, por ejemplo, alijos de granadas y fusiles de asalto, revelando que el control militar sobre las cárceles no ha logrado frenar la violencia.
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